De BRAFA Art Fair se sale, inevitablemente, con un cierto grado de saturación en la mirada, esa percusión en el ánimo que genera la confrontación con las más altas prestaciones creativas del ser humano y el insólito temblor que proporcionan las experiencias sensitivas de alto voltaje. La Feria de Arte de Bruselas celebra su 68.ª edición (del 29 de enero al 5 de febrero) con más de 10.000 obras de arte desde la Antigüedad hasta nuestros días y 130 galerías participantes (procedentes, además de Bruselas y otras ciudades belgas, de París, Londres, Milán, Zúrich, Ginebra, Mónaco, Fráncfort, Ámsterdam…), que exponen sus mejores piezas en stands que compiten en originalidad y elegancia. Todo en un ambiente de alivio pospandémico.
Coleccionistas y aficionados de todo el mundo disfrutan estos días de la puesta en escena en los pabellones 3 y 4 de Brussels Expo, empapada de motivos Art Nouveau y firmada por Volume Architecture, que celebra 20 años de colaboración con la feria.
El recorrido por BRAFA es una aventura de descubrimiento entre pinturas (nos encontramos con Chagall, Picabia, Canaletto, Jordaens, Fuseli, Renoir, Warhol, Miró…), esculturas (Henry Moore, Calder, Lynn Chadwick, Rodin, Picasso, Alicia Penalba…), diseño, mobiliario, tapices, joyería… Una enorme variedad de géneros, códigos, lenguajes, estilos y materiales. Hay 13 nuevas galerías en el programa, en el que figuran dos españolas ya habituales: Jordi Pascual y Montagut, ambas de Barcelona.
En pintura, una de las obras clave de esta edición es Estudio de un evangelista de Jacob Jordaens, del siglo XVII, en el stand de la galería Klaas Muller de Bruselas. Un boceto de esta obra se encuentra expuesto en el Rijksmuseum de Ámsterdam. Jordaens fue, junto con Rubens y Van Dyck, uno de los tres grandes maestros de la pintura flamenca del siglo XVII. Muy influido por Rubens, desarrolló sin embargo un estilo propio muy característico: realista por una parte y monumental y expresivo por otra.
Simon Studer Art SA, con sede en Ginebra y especializada en arte impresionista, moderno y contemporáneo, presenta una sugerente selección de obras, entre ellas Lady Constance, Arturo y el conde de Salisbury de Johann Heinrich Füssli (también conocido como Henry Fuseli), de 1825; Vega-Zett-2, de Victor Vasarely (1971), y una acuarela sobre papel firmada por Joan Miró y fechada el 2 de mayo de 1942: Niñas intrigadas por el vuelo de un pájaro saltando. Pertenece al último periodo de producción del artista en Palma de Mallorca, antes de regresar a su Barcelona natal.
Unas niñas juegan con una cuerda de saltar, con la mirada levantada hacia el pájaro que vuela por encima de ellas. Las tres figuras están individualizadas, cada una con sus rasgos distintivos. Además de las famosas estrellas de Miró, la composición está animada por varias salpicaduras de colores vivos, que recuerdan la alegría y la vitalidad de la infancia.
Miró está también presente en los espacios de Opera Gallery (Ginebra) y Samuelis Baumgarte Galerie (Bielefeld). La pintura española tiene una sede principal en la Galería Jordi Pascual, en cuya oferta figuran Tàpies, Barceló, Saura, Picasso y Manolo Valdés, entre otros. “La propuesta de la galería es un reflejo de lo que habitualmente exponemos -explica Pascual-. Siempre tenemos obra de Barceló y de Valdés y también traemos vanguardias clásicas como Picasso o Miró, Escuela de París como Domínguez o Antoni Clavé… Franceses y belgas hay muchos en la feria y yo traigo a los míos, la presencia española”.
Picasso está representado en varios stands, y la galería Nosbaum Reding (Bruselas) exhibe una obra monumental del francés Damien Roubaix inspirada en su Guernica: Garage days re-re-visited (2019).
Más curiosidades en la galería parisina Jean-François Cazeau, que presenta enfrentados un Ecce Homo de Valdés Leal (hacia 1665) y un Homme de Judit Reigl realizado tres siglos después.
Otra instalación que merece una visita es la de Samuel Vanhoegaerden Gallery (Knokke-Zoute), dedicada íntegramente a uno de los principales artistas del movimiento CoBrA, Pierre Alechinsky, del que expone unas 30 obras desde los años 60 hasta la actualidad. La pieza central, y una de las más importantes del artista, es L'or du rien, exhibida por primera vez en la 36.ª Bienal de Venecia, en 1972. Es la primera vez en 25 años que una panorámica de este tamaño e importancia se presenta en una galería.
En escultura clásica, la galería Desmet (Bruselas) expone un busto del emperador Caracalla realizado por Luigi Valadier en el último cuarto del siglo XVIII. Descendiente de una dinastía de orfebres, fue un escultor muy apreciado por las familias influyentes de Roma. Entre sus clientes figuraban el papa Pío VI y el archiduque Fernando de Austria. La escultura del siglo XX tiene entre sus representantes a Henry Moore, del que Osborne Samuel Gallery (Londres) ofrece un grupo familiar de 1945.
Miró, Picasso, Valdés Leal, Saura, Barceló y Tàpies son algunos de los artistas españoles presentes en la feria
Es destacable también la presencia en la feria del arte tribal, protagonista absoluto en la galería barcelonesa Montagut con piezas procedentes de Gabón, Malí y otros países africanos. “Presentamos una colección que hicimos aquí en Bruselas de pequeños fetiches Songe y una colección ecléctica de objetos de diferentes etnias, además de un cuadro de Bosco Sodi que, considero, combina muy bien con el arte africano”, explica el responsable de la galería, Guilhem Montagut.
El galerista afirma que el coleccionismo de arte tribal se encuentra en un buen momento “desde hace mucho tiempo: los americanos empezaron a comprar en los años 60 y 70, compraron maravillas y hay colecciones increíbles en Estados Unidos. También desde hace años las hay en Francia y Bélgica, y ahora hay muchos coleccionistas jóvenes que empiezan y se sienten atraídos por este arte universal que inspiró a los cubistas y en el que cada pieza es diferente y única”.
El experto continúa la labor que desarrolló su madre, Raquel Montagut, “pionera” en la promoción del arte tribal en España, marchante, organizadora de ferias y formadora de coleccionistas. “Sigue habiendo interés, si bien muchos coleccionistas residentes en España son belgas, holandeses o sudamericanos que se han instalado en Madrid o Barcelona”.
En la galería milanesa Dalton Somaré, los visitantes descubren una notable estatuilla, perfectamente geométrica, que constituye un ejemplo temprano y clásico de figura de guardián Kota (Gabón, siglo XIX). El rostro es una aguda elipse cortada por dos anchas bandas de latón, que confieren a la figura una expresión severa y soñadora.
El recorrido exige una parada frente al excepcional servicio en vermeil de Paris de Abel-Etienne Giroux y Charles-Salomon Mahler en el stand de Bernard de Leye (Bruselas), de estilo Imperio de época (principios del siglo XIX), que perteneció a las familias Aligre-de Pomereu. Consta de 36 platos llanos, ocho platos cuadrados, una gran cubertería de 234 piezas, una tetera y un par de candelabros, entre otros objetos que forman un conjunto muy poco común y homogéneo.
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Jean Lemaire (Bruselas) presenta un servicio en porcelana china, compuesto por 50 platos, fuentes y tazas del siglo XVIII, con escudos de armas de grandes familias europeas, entre ellos los de Federico II de Prusia y Luis XV. Por su parte, Röbbig München (Múnich) permite a los amantes de la porcelana de Meissen admirar una pareja de grandes leones montados sobre bronce dorado (París, época Luis XV, hacia 1750), obra de Johann Joachim Kaendler, así como un juego de cuatro apliques de porcelana de Christophe Jünger (Viena, hacia 1750-60).
En la sección de diseño, que acoge una decena de galerías, Gokelaere & Robinson (Knokke-Zoute) expone un biombo creado en 1953 por el italiano Piero Fornasetti. El diseñador se inspiraba mucho en el Art Nouveau y situaba la ornamentación en el centro de sus creaciones. Las líneas sinuosas, los delicados dibujos y la representación en trampantojo de paneles con motivos arquitectónicos confieren a este biombo un aspecto refinado y decorativo. La decoración naturalista, con representaciones de pájaros y motivos florales, evoca también los tapices ingleses del movimiento Arts and Crafts.
Un nuevo expositor, Pascal Cuisinier (París), presenta un notable escritorio, obra de Joseph-André Motte (1962), en madera de palisandro de Río, cuero y metal cromado. Y también un aplique doble péndulo de Robert Mathieu, de 1955, en metal lacado negro y amarillo y metal pulido.
BRAFA acoge por primera vez este año, en la sección de joyería, a la galería VKD Jewels (Uden), que ofrece un singular brazalete de René Kern (Alemania, hacia 1960) en oro amarillo y blanco de 18 quilates. La crin del caballo está compuesta de oro y mechones engastados con diamantes, mientras que la frente está tallada en lapislázuli. Con sede en Düsseldorf, René Kern fue una glamurosa referencia de la joyería internacional en los años 60 y 70. Entre sus clientes figuraban relevantes industriales alemanes, así como el sha de Persia y el rey Hassan II de Marruecos.