Image: La pintura trágica de Antoni Clavé

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Exposiciones

La pintura trágica de Antoni Clavé

5 febrero, 2004 01:00

Amb collage de blau, 2001

Joan Gaspar. General Castaños, 9. Madrid. Hasta el 20 de marzo. De 1.000 a 100.000 euros

Con noventa años a cuestas, casi noventa y uno, abrumado por todas las dificultades físicas de esa edad, Antoni Clavé sigue pintando con una energía y una intensidad prodigiosas. Su última gran aparición en Madrid, hace cinco años, fue una retrospectiva en las salas del Conde-Duque, que reunía medio centenar de obras de dos fecundas décadas del artista, desde 1980 hasta 1999. Lo que se expone ahora en la nueva sede madrileña de la histórica galería de Joan Gaspar, una veintena larga de obras donde se combinan la pintura y el collage, es como otra retrospectiva de los últimos diez años. En esta última vuelta del camino, la pintura de Clavé ha ganado en concentración y densidad. Se ha vuelto menos alusiva, más abstracta; han desaparecido de ella los últimos vestigios de figuras humanas, ya sean dibujadas o tomadas de fotografías. Se ha reducido también la variedad de los materiales encontrados, limitados ahora al papel y el cartón, con su característico gofrado en forma de círculos y estrellas, o a lo sumo, a ese fragmento de yeso que domina una de las piezas. Del color se han desvanecido los rojos que hace unos años puntuaban la obra de Clavé, y ahora se quedan solos el negro y el azul en su contraste sombrío, el azul intenso y el negro conversando como dos formas distintas, opuestas, de la noche. La violencia del gesto pictórico no se ha atenuado, sino todo lo contrario. Los amplios brochazos, las sombras de spray, los churretones y restregados de pintura diluida, mezclados con las rupturas del collage, crean un escenario agonal, como si los recursos pictóricos lucharan todos contra todos, como si la propia pintura se debatiera consigo misma, con un resultado que es al mismo tiempo trágico y misteriosamente armónico.