Vik Muniz: "Soy un artista conceptual. La idea es la que marca el proceso"
Ha dibujado la 'Gioconda' con crema de cacahuete, movido toneladas de basura tecnológica para construir un gran mapamundi y experimentado con el arte abstracto. Llegan las series más conocidas de Vik Muniz al Museo Universidad de Navarra
23 septiembre, 2020 09:11Han pasado más de dos décadas de aquella Gioconda dibujada con crema de cacahuete y mermelada, multitud de investigaciones, experimentos con polvo de pigmentos, trozos de revistas y hasta diamantes. Los materiales no dejan de ser anecdóticos, pero posiblemente sea esa familiaridad que despiertan en el espectador lo que hace que sus obras se reciban con curiosidad. Vik Muniz (São Paulo, 1961) sabe jugar con ellas, busca atrapar ideas y hace constante guiños a la historia del arte. Llegan ahora varias de sus series más icónicas -realizadas entre 1989 y 2015- al Museo Universidad de Navarra, en Pamplona. El siguiente paso, más adelante, será un proyecto tomando las colecciones históricas de este museo como punto de partida. El coronavirus ha frenado su desarrollo y retrasado esta muestra que por fin abre sus puertas hoy.
Pregunta. Guernica, Velázquez, Pollock, Van Gogh…, ¿qué le lleva a recurrir a la historia del arte en sus trabajos?
Respuesta. La historia del arte ha trazado la evolución de nuestra mirada. Las meninas, La Gioconda, El grito son imágenes que, por cierto motivo, han sobrevivido al paso del tiempo y se han convertido en referentes en esta evolución. Tiendo a mirar la historia del arte como una guía para el consumo visual.
P. Háblenos de su proceso de trabajo y de cómo empieza todo en su estudio.
R. Puedo trabajar dentro o fuera del estudio, solo o con miles de personas haciendo proyectos que tardan un segundo o años en hacerse. Pueden ser difíciles de ver a simple vista o necesitar de un helicóptero o un dron para documentarlos debido a su gran escala. Soy un artista conceptual. La idea es la que marca el proceso independientemente de su presentación final.
P. ¿Qué importancia da a las historias que cuentan sus fotografías y qué valor tiene la cuidada manera de presentarlas?
R. Trabajo por series para poder aplicar cada cosa que aprendo en la siguiente obra. Me interesa más el conjunto del proceso que cada pieza individual. Las obras son parte de una narrativa más amplia que siempre da pistas sobre su propia creación. Si hay algo que se repite constantemente es que invito al espectador a descubrir los procesos que las originaron.
P. Esta exposición que llega ahora al Museo Universidad de Navarra, tras pasar por varios museos europeos y americanos, incluye obras que van de 1989 a 2015. ¿En qué ha estado trabajando de 2015 a 2020? Vimos, por ejemplo en si última exposición en la galería Elba Benítez de Madrid un giro importante respecto a lo que nos tenía acostumbrados.
R. Normalmente el contacto del artista con el espectador se limita a la presentación de sus obras, terminadas, en las exposiciones. Trabajar en proyectos a gran escala me permite compartir el proceso de manera más directa, hacer el trabajo con el público.
P. ¿Cómo condiciona la escala de sus trabajos esta recepción por parte del espectador?
P. Esta exposición que llega ahora al Museo Universidad de Navarra, tras pasar por varios museos europeos y americanos en los últimos años, incluye obras que van de 1989 a 2015. ¿En qué ha estado trabajando entre 2015 y 2020? Vimos, por ejemplo, en su última exposición en la galería Elba Benítez de Madrid un giro importante respecto a lo que nos tenía acostumbrados.
R. Siempre trabajo en varios proyectos o series a la vez. Desde 2015 he ido destilando algunos aspectos de mi obra hacia formas más abstractas. Empecé a trabajar en ellas pensando hacer una o dos exposiciones, y han resultado ser un campo de investigación visual mucho más amplio de lo que había previsto, un nuevo cuerpo de trabajos. Uno de los aspectos que me interesan de hacer nuevas series es que nunca sabes realmente cuando las cerrarás.
P. ¿En qué otros proyectos está trabajando ahora?
R. Estoy organizando dos exposiciones fuera de los circuitos habituales del arte, una de ellas en un mercado de alimentos. También estoy preparando dos series nuevas de imágenes figurativas que han surgido del trabajo abstracto de estos últimos cinco años, y en una serie de largo recorrido (Verso) y en proyectos colectivos para hacer imágenes a gran escala.
Una obra comprometida
P. ¿Sigue interesado por esa huella social que veíamos en algunos de sus trabajos iniciales como Best of Life y Sugar Children?
R. Independientemente del material que utilice, el ingrediente fundamental del trabajo de cualquier artista es la experiencia, y esta no se genera entre las cuatro paredes del estudio sino empapándose del mundo real. Eso es lo que le da sentido y perspectiva a lo que hago. La venta de mi obra me permite apoyar en estos momentos a dos proyectos educativos para niños con falta de recursos. Siempre estoy involucrado en los temas que me afectan como persona, más que como artista.
P. Ha creado también imágenes con chatarra y basura, ¿le preocupa el medioambiente?
R. No preocuparse por el lugar en el que vivimos es como descuidar una parte de nuestro propio cuerpo. Somos parte del medioambiente, el cambio climático nos afecta a todos.
P. ¿Cómo surgió la idea de empezar a trabajar con este tipo de materiales extra-artísticos?
R. Asumiendo que cualquier material puede estar al servicio de una idea, que no existe tal distinción entre materiales artísticos y extra-artísticos.
P. Reflexiona mucho en su trabajo sobre la percepción. En un momento de tanta saturación de imágenes como el actual, ¿en qué lugar queda la contemplación?
R. Las galerías y los museos se han convertido en los espacios donde aún se puede ritualizar la experiencia visual. El significado de las obras de arte depende del sentido que le de cada espectador. Estamos en una encrucijada en la que la única salida es educar a nuestros sentidos. Solo el arte que se preocupa por la realidad puede considerarse político.