Gauguin ya no lidera el mercado del arte
Gauguin: ¿Cuándo te casarás? y a la derecha, De Kooning: Interchanged
Una pelea entre el subastador Simon de Pury y el vendedor Rudolf Staechelin determina que la obra ¿Cuándo te casarás?, de Gauguin no fue vendida por 300 millones sino por 210. Esto hace que la lista de las obras más caras la lidere, ahora, Willem de Kooning en solitario.
La noticia la publicó el New York Times tras hacerse eco de los problemas entre De Pury, subastador suizo que puso en contacto a vendedor, Staechelin, y comprador, el emir catarí. De Pury denuncia no haber recibido los diez millones de dólares de comisión apalabrados por la gestión. Staechelin, ejecutivo retirado de la casa Sotheby's, por su parte, declara que el subastador suizo no le notificó acerca de posibles mejores ofertas para la venta de la obra por lo que esto suprime cualquier "derecho a comisión alguna".
Al parecer no se firmó contrato alguno entre las dos partes, algo que resulta habitual en un mercado del arte en el que, según el abogado de Simon de Pury, Jonathan Cohen, "todo funciona con formas caballerosas basadas en la mutua confianza". Sin embargo, Jeremy Scott, abogado de Staechelin, que cuenta con una colección de unas 20 piezas de arte impresionista y postimpresionista, concluye que De Pury no debería haber ignorado otras opciones ya que, de saberlo, no hubieran aceptado su venta por 210 millones. Para ellos, la función de un subastador es vender la obra por el precio más alto posible. El pleito ya está en manos del Tribunal Supremo de Londres y, casi con seguridad, se resolverá a finales de este mismo mes.
Sea como fuere, nadie se ha hecho eco de qué ha pasado con esos 90 millones de dólares de diferencia en la venta. Ni Staechelin ni el emir Sheikh Tamim bin Hamad al-Thani corrigieron la cifra cuando se produjo la venta hace ya tres años. La pieza colorista de Gauguin, pintada al óleo en 1892, representa a dos jóvenes tahitianas (temática a la que recurriría en diversas pinturas) en el campo. El artista postimpresionista escapó en busca de lo exótico, se obsesionó con Tahití y, abandonando a su familia en Francia, se casó con una joven.