¿Qué libro tiene entre manos?
Mi nombre era Eileen, de Ottessa Moshfegh.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Que no me crea lo que me están contando. Cuando el artificio literario es muy evidente, cuando no hay verdad en un libro, suelo desconectar. ¡Será por buenos libros!
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Con el pobre Josef K, protagonista de El proceso de Kafka, a quien fueron a buscar una mañana sin haber hecho nada malo. Es una sensación que todos tenemos en algún momento y me gustaría decirle que le comprendo.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
No sé si fue el primero que leí, pero sí el primero del que tengo recuerdo: Miguel Strogoff, de Jules Verne.
¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche…?
A la lectura por placer le dedico al menos una hora diaria de manera disciplinada y la asocio al libro impreso. El soporte digital es para trabajo, y la sensación cambia.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambiara su manera de ver la vida.
Mi trabajo como librero en la desaparecida Crisol. Tuve acceso a muchos libros y catálogos de editoriales que cambiaron mi percepción de la literatura.
De sus ventas online, ha decidido destinar a la librería que elija cada cliente el mismo porcentaje que si hubieran comprado el libro en tienda, ¿cómo nació la iniciativa?
Por solidaridad. Las editoriales también estamos seriamente afectadas en este momento, pero creo que de esta crisis salimos unidos o no salimos. La solidaridad, que no la caridad, es esencial en estos días.
¿Deberían abrir, con las debidas medidas de seguridad, en estos momentos o la salud debe ser lo primero?
Que la salud debe ser lo primero es algo fuera de discusión. Creo que son las librerías las que tienen que decidir cuándo es el momento adecuado para abrir, en qué momento se dan las condiciones para hacerlo con seguridad.
¿Qué medidas concretas debería adoptar el Ministerio de Cultura para ayudar a las librerías?
La primera medida debería ser poner en marcha una gran compra para bibliotecas, de manera que cuando las librerías abriesen pudiesen tener oxígeno a través de la compra pública, ya que tal vez los lectores tarden un tiempo en regresar de manera mayoritaria a las librerías.
¿Y a las editoriales independientes como Nórdica?
Pues creo que la misma medida es la buena para nosotros, pues todo lo que mejore la situación de las librerías nos afectará directamente.
¿Qué nos recomienda de todo lo leído esta cuarentena?
He disfrutado mucho con Dos ciudades, de Adam Zagajewski.
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
Disfruto mucho con el arte (especialmente de esa época que va de la pintura románica a los primitivos flamencos) y en el arte contemporáneo hay artistas que me emocionan, como Bill Viola o Miquel Barceló.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Sin duda, me gustaría tener alguna de las maravillosas obras de Edward Hopper o del danés Vilhelm Hammershøi. Lo que tengo son obras de ilustradores cuyo trabajo aprecio especialmente, así que no me quejo.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Por supuesto que me importa la crítica, tanto desde el punto de vista de editor como de lector. En un mercado repleto de buenos libros las reseñas son una de las mejores formas de filtrar y llamar la atención de los lectores. No tienen tanta influencia como sucedía hace años, pero siguen siendo fundamentales.
Una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
Que desde la escuela se fomente la pasión por la cultura, en sentido amplio, de manera que sea querida, disfrutada y defendida como algo esencial por toda la sociedad. Y que socialmente sea deseable ser un creador o un trabajador de los sectores culturales, y no algo despreciado, como sucede en muchas ocasiones.