El milagroso rescate de Núria Castán: sobrevive a un alud tras quedar enterrada bajo la nieve

Núria Castán está viva de milagro para contar la situación más peligrosa y extrema que ha experimentado nunca. La snowboarder española ha vuelto a nacer en la estación de Verbier, en Suiza, después de haber sido rescatada de un alud de 250 metros de longitud el pasado martes 4 de abril. Un suceso que ahora escucha con alegría y alivio, pero que estuvo a punto de suponer un trágico final para ella. 

La rider del equipo Head Snowboards quedó atrapada junto a una rival mientras participaban en una competición que se estaba desarrollando en Verbier. Ambas se dirigían al start point donde tenían que arrancar su participación cuando fueron sorprendidas por un increíble alud. Una especie de avalancha de 250 metros de longitud que arrasó a las dos snowboarders y que cerca estuvo de provocar una tragedia. 

Tanto Núria como la otra competidora iban camino del punto de partida para tomar la salida. Pero cuando se dieron cuenta, habían sido engullidas por un océano de nieve. Para su suerte, los equipos de salvamento de la zona consiguieron rescatarlas a tiempo. La llegada de los servicios de emergencia fue una noticia de alivio para ella, ya que empezaba a asumir que aquella situación era el final. 

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Después de pasar más de diez minutos completamente sepultada entre toneladas de nieve, sus esperanzas se agotaron al mismo ritmo que lo hacían sus fuerzas. Sin embargo, poco después empezó a encontrar un hilo de vida al que agarrarse cuando estos equipos de salvamento se personaron en la zona con capacidad para intervenir en su rescate. Además, contaba con la importante baza de no haber sufrido graves lesiones en el desastre. 

La compañera de Núria, que no había quedado enterrada por completo, tuvo mayores problemas de movilidad al haber sufrido lesiones más severas mientras la ola de nieve las golpeaba una y otra vez contra el suelo y contras las rocas a medida que las iba cubriendo. Tras haber superado ya el momento crítico, Castán daba las gracias por haber conseguido salir viva de un desastre de tan grandes proporciones. 

"Tengo mucha suerte de poder decir que he sobrevivido a un alud de 250 metros de longitud y a esos intensos 10 minutos enterrada bocabajo. Resulta difícil de creer todo lo sucedido y que físicamente solo haya resultado con un golpe en el codo, dolor muscular y dos dedos congelados, debido a que perdí los guantes durante lo ocurrido".

La snowboarder de Reus reiteraba su agradecimiento una y otra vez a los equipos de rescate que le habían dado una nueva vida tras verse abocada al desastre mientras se encontraba cabeza abajo, hundida en la nieve y sin capacidad de movimiento. 

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"Gracias al equipo de seguridad y, sobre todo, a las riders que estaban alrededor que actuaron rápido y de forma muy eficaz, pudieron rescatarme a tiempo. Esta desagradable experiencia siempre ha sido uno de mis mayores miedos y finalmente se ha convertido en realidad. No se lo deseo a nadie y espero que no vuelva a pasar. Toca procesar todo y apreciar esta suerte de tener una segunda vida. Volver a nacer".

La importancia de la seguridad

La rider del equipo Head Snowboards reconocía haberse sentido siempre muy preocupada por este tipo de fenómenos. Por eso, en paralelo a su carrera deportiva siempre ha ido completando su formación en técnicas de seguridad para sentirse lo más protegida y autosuficiente posible en la montaña. Castán sabe mejor que nadie que la nieve no suele ofrecer segundas oportunidades y ahora ha comprendido como ni la mejor de las instrucciones a veces sirve para salvar la vida. 

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Tras lo sucedido, la catalana lanza una reflexión que puede salvar vidas en situaciones límite: "Ir bien equipado e informarse sobre las condiciones climáticas y de la nieve es crucial, como también saber cómo actuar en una situación de rescate, pero también creo que lo más importante para practicar este deporte es ir acompañado de personas a las que les puedas confiar tu vida, que sabes que harán todo lo posible para rescatarte, y convertirte tú mismo en una de esas personas para tus compañeros".

Después de lo sucedido, la competición fue suspendida y trasladada a la zona de Nendaz, también en Suiza, para evitar nuevas réplicas de este alud. Sin embargo, Núria decidió que lo mejor era no competir para superar el shock sufrido tras su accidente y pensar ya en la próxima temporada, poniendo fin a un curso con grandes resultados para ella.