La tensión contra las deportistas transexuales que compiten en pruebas femeninas está llegando a un punto en Estados Unidos de no retorno. El triunfo en el campeonato de la NCAA de Lia Thomas este fin de semana abrió un enclave en el que los sectores más conservadores del país se han vuelto a levantar contra lo que denominan una injusticia. Agrupaciones como 'Save Women's Sports' son un ejemplo de estas protestas y estuvieron en Atlanta este fin de semana para protestar contra esta situación.
Lia, antes conocido como Will, no tuvo rival en la prueba de 500 yardas. Aún así, la segunda clasificada, Emma Weyant, aceptó el rol que tanto el público como muchas de sus rivales le daban: el de verdadera ganadora de la prueba. La nadadora olímpica, para añadir más fuego a la polémica, se hizo la foto en el podio ocupando el tercer cajón del mismo junto a la tercera y a la cuarta clasificada en la prueba. La diferencia en la final había sido de un segundo. En la imagen se dejaba claro que había más distancia.
Ese es el pensamiento que comparten varias organizaciones que han aparecido para ser el azote de Lia. Thomas dominó la Ivy League en su única temporada compitiendo en el equipo femenino de la Universidad de Pensilvania gannado los títulos de su conferencia en las pruebas de 500, 200 y 100 yardas. Esto lo ha podido llevar a nivel estatal después de que la NCAA no aceptó la política de USA Swimming que exige que los atletas transgénero se sometan a tres años de terapia de reemplazo hormonal, medio año más del tiempo que lleva la protagonista de la historia.
La testosterona es uno de los razonamientos que explica 'Save Women's Sports' en su página web como grandes diferencias que incentivan la injusticia de que las transgénero compitan con mujeres, pero también da otros motivos físicos. Las diferencias del desarrollo de los huesos, la masa muscular, el hecho de no tener ovarios y la altura le dan una gran ventaja a las deportistas que hacen la transición de hombre a mujer.
Las protestas
Beth Stelzer es la fundadora de 'Save Women's Sports', la organización que se opone a que las atletas transgénero participen en competencias femeninas, o lo que ella llama: "una lucha contra el borrado de la mujer". En el Centro Acuático McAuley de Georgia Tech se produjeron enfrentamientos entre este grupo y otros manifestantes que defienden los derechos de las mujeres trans. La policía tuvo que intervenir en el campus en varias ocasiones.
Unos coreaban "¡Salvad el deporte femenino!", mientras que los otros contestaban: "Dilo fuerte, dilo claro: ¡los atletas trans son bienvenidos aquí!". "Si permitimos que los hombres compitan en deportes femeninos, habrá deportes masculinos, habrá deportes mixtos, pero ya no habrá deportes femeninos", defiende Stelzer en la página web de 'Save Women's Sports'. Esta levantadora de peso está siendo una de las caras visibles contra la presencia de Lia en los campeonatos nacionales de Estados Unidos.
Esta asociación respalda sus protestas con explicaciones científicas. Por ejemplo, el Dr. Gregory A. Brown, profesor de Ciencias del Ejercicio en el Departamento de Kinesiología y Ciencias del Deporte de la Universidad de Nebraska, explica en una declaración esas diferencias físicas que existen entre hombres y mujeres y que afectan, de esta manera, a las trans. La Dra. Emma Hilton, bióloga, sentencia que la eliminación de la testosterona no acaba con la ventaja de rendimiento.
También explican conceptos como el de la tríada de la mujer deportista que no sufren las trans. Se trata de la diferencia de disponibilidad de energía, la función menstrual y la densidad mineral ósea que suponen trastornos de la alimentación, amenorrea hipotalámica funcional y osteoporosis. Es decir, que las atletas femeninas se desgastan más que los hombres en la actividad física de alto nivel.
¿Se dejó ganar?
Las protestas continuaron durante todo el fin de semana, donde siguió compitiendo Lia, pero no ganando. El viernes, pocas horas después de que Thomas ganara los 500, fue quinta en los 200 estilo libre. La idea de que iba a destruir la natación femenina desapareció. Entonces apareció la suspicacia de que se había dejado ganar.
El sábado, la campeona de las 500 yardas compitió en las 100 con otro que ha hecho la conversión al revés, Iszac Henig. Este hombre trans que compite con mujeres fue quinto, mientras que Thomas acabó última. Un grupo de padres en las gradas del recinto alimentó la suspicacias.
Mientras las familias de los dos deportistas trans se conocían, las manifestantes de Save Women's Sports centraban su atención en una periodista transgénero que cubría las actuaciones tanto de Lia como de Iszac. Las representantes de la asociación le gritaban, según relata The Washington Post, que "no era una madre" y recordándole que se mantuviera alejada de los "espacios de mujeres". La batalla que se había centrado en las universitarias se trasladaba a la grada.
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