El debate sobre las atletas transexual se ha destapado. Casos como el protagonizado por Lia Thomas han roto fronteras. En relación a esto se ha rescatado lo que le ocurrió a Cece Telfer. La atleta comenzó a destacar desde que empezó a competir en categoría femenina. Pero se quedó fuera de las pruebas para acudir a los pasados Juegos Olímpicos de Tokio después de no cumplir con los niveles de testosterona reglamentados en la política de elegibilidad de USA Track and Field.
Ambas deportistas son transgénero y las dos han logrado imponerse en un campeonato de la NCAA. Cece Telfer se convirtió en la primera en conseguirlo. Se hizo con el título universitario en los 400 metros valla allá por el año 2019. Este era un gran paso antes de cumplir el sueño de estar en una cita olímpica. Pero su sueño se vio finalmente truncado por incumplir con los niveles de testosterona.
Después de Cece Telfer ha sido Lia Thomas la que se ha impuesto en un campeonato de la NCAA. De la pista a la piscina. La nadadora protagonizó una de las imágenes más impactantes que se ha visto en el mundo del deporte en los últimos tiempos. Y es que fue abucheada por el público y las otras competidoras que acabaron en los primeros lugares decidieron fotografiarse a parte de ella.
¿Justicia o no?
La inclusión se ha ido abriendo paso entre los valores del deporte. Pero cuando se toca el tema de los deportistas trans, también se utiliza el término de injusticia. ¿Por qué? Pues porque con los tiempos sobre la mesa, se comprueba que atletas como Cece Telfer o Lia Thomas pasaron de firmar registros de lo más discretos cuando competían en categoría masculina a imponerse con segundos de ventaja en división femenina.
Desde que Cece Telfer pasó a competir contra otras mujeres, la atleta fue acostumbrándose a la victoria. Esa pasó a ser su tónica habitual. Ella se encuentra bajo tratamiento de supresión de testosterona y tal y como ha llegado a asegurar, siente "el apoyo" de sus "compañeras".
Aunque este es el sentimiento que ha trasladado Cece Telfer, son cada vez más los que consideran que es completamente injusto que deportistas trans compitan contra otras mujeres. Incluso, por el 'caso Lia Thomas' se han promovido movimientos bajo las dañinas palabras para ellas: "Él es un hombre".
Precisamente, Telfer siempre ha sido una ferviente activista. "Es importante para mí hacerlo por estos niños. Es importante para mí hacerlo por mi gente, ya sean mujeres, personas negras, personas transgénero, personas LGTBI+, cualquiera que sea examinado y oprimido", afirmó en declaraciones para The Washington Post antes de conocer que no podría postular a estar en Tokio 2020.
Un camino difícil
Cece nació en Jamaica bajo el nombre de Craig Telfer. Comenzó en el mundo del atletismo con tan solo 5 años. De su país natal a Estados Unidos para empezar a competir, en categoría masculina, con la Universidad Franklin Pierce. Atrapada en un cuerpo con el que no se identificaba, la atleta tuvo que ir en plena pandemia de la Covid-19 a México para encontrar un entrenador que le apoyase.
Regresó después a New Hampshire. Allí tuvo que dormir en su coche hasta que su psicóloga le dio un techo. Pero ahí no acabaron sus problemas. Quería llegar a unos JJOO y eso supuso tener que volver a moverse por el país. Tan solo dos entrenadores quisieron entrenar a la atleta trans. En su objetivo de estar en Tokio, tenía que vivir en EEUU para lograr la nacionalidad y eso hizo que el coche volviese a ser un lugar donde dormir. Así como el pollo su única comida durante muchos días porque era lo más barato de conseguir en el supermercado.
Miradas extrañas, amenazas y burlas en las redes sociales... Cece Telfer continúa enfrentándose a esta realidad por ser transgénero. Rechazada. Ocultando su disforia de pequeña por miedo. Siendo observada con escepticismo cuando llegó a la universidad: "No entendieron que yo era una mujer compitiendo en el deporte que amo. Empezaban a verme como un atleta masculino gay corriendo con hombres cisgénero".
Todo cambió entre los años 2018 y 2019. Entonces dio un paso valiente. Habló con su entrenador y le dijo que quería competir como mujer contra otras mujeres. Lo que más le sorprendió fue la aceptación en ese momento: "Comencé a llorar, y luego mi amigo comenzó a llorar. Es como si no supiéramos lo que estaba pasando, y él dijo: 'Puedes competir como Cece, como tú misma, como una niña'".
Entonces un nuevo rechazo. Familiares y amigos de sus rivales empezaron una campaña por la ventaja atlética que tenía sobre el resto de atletas. "Al ver cómo el mundo odiaba a las personas como yo, el sueño no solo se hizo realidad, sino que tuvo un significado más grande", aseguró Telfer.
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