El deporte estadounidense no atraviesa tiempos fáciles. Y en particular, la disciplina de la natación. Lia Thomas, la nadadora transexual que ahora compite entre mujeres y que hasta hace unos años lo hacía entre hombres, vuelve a estar en el ojo del huracán. La atleta se acaba proclamar campeona de Estados Unidos en la prueba de 500 yardas en los campeonatos organizados por la NCAA, un éxito que ha generado una enorme polémica y una repercusión terrible.
La prueba tuvo lugar este pasado jueves y el principal de los problemas no estuvo en la victoria de Lia, si no en las reacciones que se produjeron justo después. Muchos de los presentes en el pabellón no aceptaron su triunfo ya que consideraban que no compite en igualdad de condiciones frente al resto de sus rivales.
Por ello, recibió la desconsideración de parte de sus oponentes e incluso del público mientras intentaba disfrutar del mayor éxito de su carrera deportiva. La histórica victoria de Lia Thomas sigue abriendo el debate sobre en qué tipo de competiciones deben introducirse las personas transgénero y si sus cambios les aportan una ventaja por encima de sus rivales. Este hecho se acentúa cuando además pasan de batallar entre hombres a hacerlo entre mujeres, dadas las evidentes diferencias físicas que pueden existir entre ambos sexos.
La polémica en torno a Lia se agravó todavía más cuando la segunda clasificada en la prueba, Emma Weyant, aceptó el rol que tanto el público como muchas de sus rivales le daban. El de verdadera ganadora de la prueba. Emma es una reputada deportista en Estados Unidos que ya ha representado de manera brillante al país en eventos tan importantes como en unos Juegos Olímpicos.
Lia Thomas es rechazada
La nadadora de 22 años se ha convertido este jueves en la primera atleta transgénero en proclamarse campeona de una prueba de natación organizada por la NCAA. Se trata, por tanto, de un momento histórico que ha generado un revuelo que escapa de las fronteras del propio deporte y que abre un debate político, social y hasta moral.
Lia se ha dedicado siempre a la natación. Sin embargo, había competido contra hombres hasta el año 2019 en virtud de la condición sexual con el que había nacido. Sin embargo, decidió iniciar su transición hasta convertirse en una mujer, pero sin dejar su pasión por el agua. Ahora compite contra mujeres a las que vence habitualmente con una diferencia abismal. Cada evento en el que Thomas participa, la primera plaza está definida incluso antes de que las nadadoras toquen el agua. Y este importante campeonato nacional no ha sido una excepción.
Por ello, en el momento en el que recibió su medalla en el podio, recibió la ira, los abucheos y los pitos de buena parte del público que denunciaban una adulteración de la competición. El hecho de que permitan a Lia participar en este tipo de competiciones supone para muchas personas una disparidad en las condiciones de cada atleta. Y lo cierto es que la superioridad que ahora demuestra en la piscina alimenta este debate.
La Asociación Nacional de Atletismo Universitario, organizadora del campeonato de natación de Estados Unidos, de momento no ha manifestado decisión alguna de cambiar su reglamento a pesar del revuelo originado tras la prueba. Lo cierto es que la reducida diferencia que esta vez sí ha existido ampara esa posibilidad de seguir hacia delante haciendo oídos sordos.
La nadadora de UPenn se llevó la medalla de oro con un crono de 04:33:24, mientras que Emma Weyant, segunda clasificada, llegó algo más de un segundo después. Tras la conclusión de la prueba y después de recibir muchos abucheos, y también algún vítore, Lia habló para ESPN sobre lo sucedido: "Trato de ignorarlo todo lo que puedo, trato de centrarme en la natación, en lo que tengo que hacer para prepararme para mis carreras y trato de bloquear todo lo demás. Significa mucho estar aquí, estar con dos de mis mejores amigos y compañeros de equipo y poder competir".
Thomas se ha convertido ya en la atleta más controvertida del mundo, especialmente dentro de la natación. Y todo después de haber pasado tres años en el equipo masculino de su universidad. Ahora, cuenta con detractoras incluso en su propio vestuario de la UPen que le acusan, desde el anonimato, de haber arruinado el deporte femenino y sus competiciones con sus marcas inalcanzables.
Lia decidió iniciar su transición en el año 2019 y se sometió al tratamiento hormonal requerido para cumplir con las normas actuales para los atletas transgénero. Sin embargo, los más críticos dicen que sus impresionantes actuaciones demuestran que todavía conserva una ventaja considerable e injusta.
Emma Weyant, la otra campeona
Mientras Lia Thomas recogía la ira de los aficionados y de parte de sus rivales, Emma Weyant fue ensalzada como la verdadera campeona de la prueba. Así lo hizo el público, que le regaló a Emma la ovación más calurosa de toda la entrega de medallas. Un reconocimiento en el que ella misma también colaboró y en el que se sintió como la auténtica protagonista del evento.
Es cierto que por primera vez en muchos meses, todo no solo giraba en torno a Lia, que había estado en el ojo del huracán desde su impresionante aparición en las pruebas femeninas a golpe de récord. Weyant no solo recibió el reconocimiento en el pabellón donde se habían disputado las pruebas, si no que recogió multitud de elogios en las redes sociales.
Aficionados, compañeras, rivales, expertos y grandes personalidades de la natación en Estados Unidos iniciaron una campaña para dar como ganadora a Emma y borrar la victoria de Thomas. De hecho, su figura pasó a ser como la de una líder carismática destinada a salvar la natación femenina de la entrada de intrusos que pueden romper su historia.
Además de su evidente buen resultado, el hecho de que hubiera llegado a poco más de un segundo de la ganadora hacía todavía más épica su batalla. Y ella decidió seguir el juego al hacerse una fotografía que ya ha dado la vuelta al mundo. Emma su situó junto a la tercera y a la cuarta clasificadas para hacerse una foto no oficial que simbolizaba lo que para ellas era el podio real, excluyendo a la ganadora oficial, Lia Thomas. Una reacción que recibió la aprobación casi unánime de un público que estaba entregado. Eso sí, también hubo la protocolaria instantánea en la que sí estuvo Lia como vencedora.
La de Florida contaba con el apoyo de toda su hinchada al ser una reputada nadadora. Sin ir más lejos, a sus 20 años, venía de ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en la prueba de 400 metros. Un éxito que ahora ha sido eclipsado por otra plata que muchos han querido bañar de un oro muy reivindicativo.
El futuro de Thomas
A pesar de todo este revuelo que se ha originado a su alrededor, Lia Thomas ya se prepara para participar en más pruebas de los campeonatos nacionales de Estados Unidos. Salvo que la NCAA se lo impida, tomará la salida en las modalidades de 100 y 200 yardas en las que también es una de las mejores de todo el país. De hecho, llega a este importante evento tras conseguir varios récords en los Campeonatos de la Ivy League el mes pasado.
La NCAA, a nivel organizativo, entró a estudiar el caso de Lia Thomas hace semanas y lo cierto es que sus medidas fueron bastante criticadas. Se lavaron completamente las manos y dejaron el peso de las decisiones en el organismo rector de cada deporte con el fin de que fueran ellos quienes pusieran límites a la presencia de atletas transexuales en sus pruebas. Para ello modificó sus reglamentos.
De esta forma, nada impide a Lia Thomas seguir compitiendo en el futuro ya que la USA Swimming le permitió participar como mujer en sus pruebas. El motivo era que la nadadora de UPen había completado un año de tratamiento hormonal.
Sin embargo, poco tiempo después de esta primera decisión, la propia USA Swimming anunció un nuevo requisito según el cual las mujeres transgénero debían reducir sus niveles de testosterona durante tres años antes de competir, una norma que en ese momento excluía a Thomas de futuras competiciones femeninas.
No obstante, justo antes de la Ivy League del mes pasado, la NCAA dio marcha atrás a su veredicto alegando que introducir una nueva política en medio de la temporada era injusto. Así permitió a Thomas participar en esa competición y posteriormente en los nacionales de la NCAA del mes de marzo.
El debate ahora está servido y muchas compañeras, rivales y personas relacionadas con la natación le piden a Lia Thomas que dé el paso que las instituciones no se atreven a dar para echarse a un lado. Alegan que se está discriminando a las mujeres y sus derechos con este tipo de competiciones y que se está matando al deporte femenino. El escrutinio y el debate nacional siguen abierto, a pesar de que hace ya tiempo que traspasó las fronteras de los Estados Unidos.
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