Vladímir Putin ya no es presidente de honor de la Federación Internacional de Judo. El presidente ruso ha sido suspendido de dicho cargo días después de iniciar la invasión de Ucrania. El cargo lo obtuvo en 2008 y en 2012 recibió el octavo Dan como muestra de su relevancia en la disciplina. Sin embargo, ni sus amistades en la cúpula de la federación le han bastado para recibir dicho castigo.
"A la luz del conflicto bélico en curso en Ucrania, la Federación Internacional de Judo anuncia la suspensión del estatus del señor Vladímir Putin como presidente honorario y embajador de la Federación Internacional de Judo", ha informado el organismo en un comunicado oficial.
La posición de la IFJ cambia radicalmente respecto de la que hace más de una década les llevó a aupar a Vladímir Putin como un icono del judo mundial. Por aquel entonces, en 2008, se le nombró presidente de honor al suponer un escaparate para la disciplina ante todo el planeta.
En 2012 recibió el octavo Dan, condición vista como uno de los mayores reconocimientos posibles en el mundo del judo. "Al ser el Presidente Honorario de la IFJ, un emérito y reconocido judoka, y ostentar la Jefatura de Estado de un gran país, Vladímir Putin es el embajador perfecto para nuestro deporte", indicaron desde la cúpula de la federación internacional.
"Es un gran honor para nuestra federación internacional, así como para toda la comunidad de judo, tener entre nosotros a una personalidad con su fama y prestigio. El presidente Putin representa una alta expresión de los valores del judo en el mundo", defendió el presidente de la IFJ, Marius Vizer.
El comunicado que arrebata la presidencia de honor no es baladí. Vladímir Putin ha mantenido cierta amistad con los principales cabecillas del organismo. El presidente Vizer llegó al cargo en 2007 y solo un año después impulsó ese reconocimiento al oligarca ruso. Desde entonces, Vizer se mantiene la frente de la institución. Además, la federación europea está liderada por el ruso Sergey Soloveychik.
Los golpes del deporte a Putin
La ofensiva mundial contra Rusia por su invasión de Ucrania no ha quedado únicamente en palabras políticas. Además de las sanciones económicas que se están impulsando desde la Unión Europea y la OTAN, organizaciones deportivas de todo el mundo han reaccionado a lo sucedido esta semana.
Rusia, por el momento, se ha quedado sin grandes citas como la Fórmula 1 o la final de la Champions League. El Comité Olímpico Internacional también ha pedido que no se desarrolle ninguna competición en territorio ruso. Y está por ver qué pasa con clubes rusos que juegan ligas continentales como la Euroliga, pues hay entidades que se han negado a disputar los encuentros contra dichos conjuntos.
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