La invasión de Ucrania por parte de Rusia no está generando consecuencias únicamente en el plano político. El mundo del deporte se ha volcado en la condena del ataque de Vladímir Putin y en las últimas horas se han tomado diferentes medidas. Mientras Estados Unidos y la Unión Europea imponen sanciones económicas, las organizaciones deportivas dan la espalda a Rusia con el objetivo de aislarla en el sector.
El movimiento más esperado y sobre el que más presión había era el de cambiar la sede de la final de la Champions League. La UEFA, en los días previos al inicio de la invasión, había dejado en el aire tomar alguna decisión respeto al encuentro que se tenía que celebrar en San Petersburgo. Su única respuesta fue que estaban monitoreando la situación y que, por el momento, todo se mantenía como estaba fijado.
Sin embargo, la reacción se retrasó lo suficiente como para que países como Reino Unido optaran con pedir públicamente a Aleksander Ceferin que dejara a Rusia sin dicho partido de fútbol. Si no se producía ese 'castigo', el ente que lidera el fútbol europeo iba a quedar muy tocado a nivel político. El cambio que finalmente se produjo y detonó una cascada de decisiones en diferentes disciplinas.
El baloncesto, por ejemplo, es otro de los torneos que ha actuado de manera más reticente. La Euroliga cuenta con clubes como el Zenit o el CSKA de Moscú en su liga. Y, de hecho, equipos españoles como el Barça tenían que ir a jugar esta jornada allí. El club catalán retrasó lo máximo posible su viaje con la intención de que la Euroliga no les hiciera trasladarse a territorio ruso. Por suerte, la organización acabó cediendo y tomó medidas.
En un primer momento aplazó los duelos. Poco después, tras una reunión de su cúpula, tomó la decisión de poner en campo neutral todos los encuentros de equipos rusos. La presión sobre la competición sigue y ya hay clubes como el Zalgiris Kaunas que ha anunciado que no jugará contra ningún equipo ruso. Menos todavía si estos no muestran su condena a la invasión de Ucrania. Los lituanos, en caso de no jugar, serán sancionados. Sin embargo, es un escenario que ya han confirmado que no les afecta porque su posición es firme.
De igual manera, el sindicato ABP, representante de los jugadores españoles, ha pedido la expulsión inmediata de todo equipo ruso que juegue competiciones FIBA o Euroliga y que no haya condenado de forma frontal la invasión que se está produciendo en Ucrania. Un comunicado que hasta el momento no tiene respuesta, pero que puede acabar teniendo efectos si más clubes toman la misma postura que el Zalgiris Kaunas.
La Fórmula 1, gran emblema del mundo del motor, también ha tomado medidas. En su caso, el Gran Premio de Sochi ha sido cancelado en el calendario después de que pilotos como Sebastian Vettel anunciaran que no iban a correr allí. "El Mundial de Fórmula 1 visita países de todo el mundo con la visión positiva de unir a personas y naciones. Estamos observando el desarrollo de los acontecimientos de Ucrania con tristeza, gran impresión y esperamos un cambio y una resolución pacífica de la situación actual", han explicado desde la organización.
El último golpe lo ha dado el Comité Olímpico Internacional. Dicho ente siempre ha ejercido como neutral con el objetivo de solventar problemas políticos en aspectos deportivos. Pero el hecho de que Rusia haya roto la tregua olímpica a días de que comiencen los Paralímpicos de Invierno ha hecho que el COI se pronuncie. Su petición ha sido clara: que nadie compita en territorio ruso.
Clubes y jugadores se rebelan
Los movimientos de las organizaciones pueden provocar duros reveses económicos. Algo que no está importando en este boicot a Rusia como respuesta a su ataque a Ucrania. Por ello, tanto clubes deportivos como jugadores reconocidos en todo el planeta han decidido seguir la misma línea y dar un paso al frente contra la guerra iniciada por Rusia.
El Manchester United fue uno de los primeros equipos en tomar medidas. La entidad británica, por medio de un comunicado, rompió toda vinculación con un patrocinador de peso como Aeroflot. La aerolínea rusa tenía contrato hasta 2023 con cifras cercanas a los 40 millones de libras. Una cantidad valiosa en estos tiempos, pero que no ha servido para que el United olvide lo sucedido en Ucrania.
El Schalke 04 también ha reaccionado. En su caso, rompiendo con una de las principales marcas rusas como es el caso de Gazprom. "Con vistas a los acontecimientos, desarrollo y escalada de los últimos días, el Schalke 04 ha decidido retirar las letras de GAZPROM de sus camisetas", anunciaron en sus redes sociales.
La dureza contra el ataque de Putin ha llegado hasta a sus propios deportistas. Ciclistas como Pavel Sivakov o tenistas como Rublev han apoyado el 'No a la guerra' que se está empleando como lema contra la invasión de Ucrania.
El sector del deporte tiene su importancia en la batalla contra Rusia. Si las sanciones económicas buscan lastrar al país que lidera Putin, los 'castigos' deportivos suponen quitarle un foco mediático a nivel mundial y la validación de sus acciones políticas.
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