El sueño roto de Alex Txikon: las avalanchas del Manaslu le obligan a abandonar su mayor reto
El escalador español, después de vario intentos por hollar la cima del coloso nepalí en pleno invierno, ha tenido que decir adiós a su aventura.
12 febrero, 2022 20:20Noticias relacionadas
- El Everest, ante el reto más salvaje: Jost Kobusch y su ascenso invernal sin oxígeno y en solitario
- La odisea de Alex Txikon en el Manaslu: nevadas de metro y medio antes de una ascensión histórica
- Alex Txikon no se rinde y retoma su reto infernal en el Manaslu: una ascensión entre avalanchas y riesgos
No ha podido ser. La expedición que encabezaba el alpinista español Alex Txikon ha tenido que desistir en su empeño de hacer cima en el Manaslu en pleno invierno. Después de casi dos meses intentando avanzar y luchar contra las inclemencias climatológicas, han tenido que mirar por su salud y desistir en su empeño.
Ha sido una guerra contra el clima y en especial contra la nieve. Días paleando para intentar acondicionar su Campo Base a más de 5.000 metros de altura. Luchando contra las avalanchas que cada noche enterraban sus tiendas de campaña y que dejaban todo completamente destrozado.
Un drama que no han podido esquivar y que les ha terminado obligando a decir adiós a su sueño. El reto de hacer cima en el Manaslu luchando contra infernal invierno tendrá que aplazarse, al menos, hasta el 2023. Seguro que Alex vuelve a reunir fuerzas para emprender un nuevo viaje con toda su expedición para terminar completando una de las empresas más complicadas de toda su trayectoria.
Lo peor está por venir
Alex y todo su equipo han tenido que decir adiós en los últimos días a su asentamiento en el campo base del Manaslu. El coloso nepalí de 8.163 metros, la octava montaña más alta del mundo, les tenía preparados para el futuro más próximo un infierno todavía mayor al que ya habían vivido.
Ese ha sido el motivo de mayor peso que les ha obligado a renunciar a su mayor sueño. Las previsiones climatológicas daban para los próximas días intensas nevadas que iban a provocar nuevas avalanchas. Además, hay previstas rachas de viento extremedamente fuertes, por lo que permanecer en la zona se convertía en toda una temeridad.
Así lo confirmaba el propio Alex Txikon a través de un vídeo que ha compartido en sus redes sociales donde ha comunicado la triste noticia. Han sido muchos días de trabajo incansable y de penurias para terminar renunciando al que estaba fijado como el objetivo estrella de la temporada invernal. Sin embargo, Alex no quería poner en riesgo la integridad física de todo su equipo y lo cierto es que la situación ha sido realmente tensa hasta que han conseguido escapar de la trampa mortal en la que se había convertido el Manaslu.
"Hoy es el último día que estamos por aquí. Finalmente viene nevada los siguientes días y vamos a bajar. Es inviable y el equipo está reventado. Ha sido un invierno muy malo, con dos días de nieve y dos días de sol, y nos ha quitado la energía. Hay gente con más positivismo y otros menos, pero lo que está claro es que a partir del 16 viene nieve y después vientos fuertes. No hay gran cosa que hacer aquí". Un mensaje que mostraba nítidamente el profundo pesar con el que Alex dice adiós a su aventura.
Un adiós muy doloroso
En las últimas horas, el propio Alex Txikon informaba de que ya habían llegado a Katmandú, la capital de Nepal, donde estaban recogiendo todo su equipo. Unas labores que muchos han completado con lágrimas en sus ojos y en su corazón por tener que renunciar a lo que había sido su gran sueño. El Manaslu y el invierno les habían ganado la partida.
No obstante, el objetivo prioritario había sido salvar la vida y ese estaba cumplido. Con ese propósito emprendieron de nuevo su viaje el pasado 29 de enero, cuando retornaron al campo base por segunda vez tras haber tenido que regresar a Katmandú después del primer gran temporal de nieve.
Las últimas semanas del montañero español y de toda su tripulación han sido de infarto. Una lucha incansable contra la situación y un ir y venir hacia el campo base, el cual abandonaban cuando la cosa se ponía realmente peligrosa y al que tenían que volver para acondicionarlo.
Y todo para tener que decir adiós finalmente después de tantos días de esfuerzo. Pero lo cierto es que en este segundo intento, la moral del grupo había decaído al ver lo complicado que pintaba el futuro su panorama en una montaña que no da segundas oportunidades.
"Estamos con pena de haber tenido que bajar del Campo Base, pero la méteo no nos ha dejado otra opción. Ha sido muy duro, sobre todo las noches paleando nieve sin parar. Así que hemos agradecido la ducha y dormir sin oír avalanchas. Llevamos todo el día currando en la sede de Seven Summit Treks para reparar todas las tiendas y que se sequen al sol para poder ir empaquetando todo". Así se despedía Alex de su gran reto.
Esfuerzo sin recompensa
Ahora que Txikon y todo su equipo están en Katmandú respiran aliviados. Sin embargo, atrás dejan un reto que arrancaron incluso antes de que acabara el año 2021. Tuvieron un inicio de 2022 realmente diferente al de la mayoría de los mortales. Trabajaron como héroes, pero no pudieron cumplir su gran sueño.
Entre aquellas fechas y ahora, noches enteras de palear nieve sin parar, de trabajar contra el frío y el cansancio, de jugarse la vida en la montaña y de estudiar a fondo por qué vías intentar atacar su objetivo. Sin embargo, no ha habido manera, no ha habido camino ni ruta posible que pareciera segura teniendo en cuenta que ya el Campo Base ha quedado sepultado en varias ocasiones por la nieve.
Así han tenido que pasar las últimas semanas, durmiendo entre avalanchas y animándose los unos a los otros. Ni ese receso que hicieron para dejar la montaña por una vez les sirvió para regresar con más fuerza. Era una batalla casi perdida.
"Después de una noche nevando sin parar en el Campo Base y paleando sin tregua, estamos de vuelta en Katmandú. La dureza del invierno ha machacado todo nuestro material así que ahora nos quedan días de trabajo por delante para reparar todo". Esa fue la cruda realidad con la que además han tenido que pelear.
Sin un equipo que les garantizase condiciones de seguridad y con la ferocidad de la montaña en pleno apogeo, jugarse la vida era comprar papeletas de una lotería que solo podía conducirles a la muerte. Ahora, Txikon y toda su gente ya se encuentran dándole vueltas al que será su próximo reto. El invierno del Manaslu tendrá que esperar.
[Más información: La guerra interna de Kilian Jornet: el atleta extremo que se culpa del deterioro del medioambiente]