Melania Rodriguez, la subcampeona del mundo de gimnasia que entrena entre cables y goteras
- Tras varios éxitos en junior y dar el salto a la categoría absoluta la gallega ha logrado la plata en el Mundial de Rusia.
- Entrena en unas pésimas condiciones, con goteras y en un pabellón no habilitado.
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El pasado sábado, en San Petersburgo, se celebró el Campeonato del Mundo de gimnasia trampolín, una cita que acabó en éxito para la expedición española y para Melania Rodríguez, una pontevedresa que a sus 18 años se convirtió en subcampeona del mundo de doble mini-tramp, una disciplina que consiste en completar un doble doble salto sobre un trampolín y lograr la mejor puntuación antes de caer sobre la colchoneta.
Lo ha logrado tras dar el salto a la categoría absoluta hace poco, aunque su palmarés en junior, con dos campeonatos europeos en el bolsillo, preveían su triunfo en Rusia: "Me siento muy bien la verdad, porque ni mi entrenador ni yo nos esperábamos que en mi primer mundial absoluto obtuviéramos este resultado, así que estoy muy contenta", reconoce la joven gimnasta.
Ahora Melania triunfa sobre en trampolín, pero cuando era pequeña se decantó por la gimnasia artística, aunque finalmente fueron el salto y las piruetas lo que le acabaron conquistando: "Yo empecé con gimnasia artística y trampolín a la vez en Pontevedra, pero por las instalaciones me tuve que ir a Madrid. Estuve allí seis años viviendo y llegó un punto en el que dejé la gimnasia y como no quería dejar el deporte empecé con el trampolín. Para poder entrenar me tuve que volver a Pontevedra", cuenta Melania.
Unas instalaciones que dejan mucho que desear
Joven pero con un palmarés más que envidiable, aunque eso no le permita a Melania disfrutar de unas instalaciones para entrenar adecuadas. El pabellón donde se prepara luce unas condiciones lamentables y la gimnasta se lamenta porque no parece que esto vaya a mejorar debido al poco apoyo que tienen este tipo de disciplinas: "Las instalaciones en Pontevedra son pésimas. En invierno hace más frío dentro que fuera y en verano hace más calor dentro que fuera. Además, dentro del pabellón tenemos unos cables que no me dejan coger toda la altura que necesito para entrenar. También tenemos goteras y se nos humedece el material, se estropea. De momento nos tocará aguantar, porque la gimnasia no recibe ninguna ayuda".
Aun así, Melania no se rinde, y aunque no lo tiene nada fácil, tiene previsto seguir peleando por su sueño y alcanzar su gran objetivo, Tokio 2020. Una cita soñada para la que todavía tiene que superar varias pruebas: "De la gimnasia no se vive pero yo voy a aguantar hasta que pueda. Mi objetivo es llegar a una olimpiada pero es muy difícil llegar hasta ahí. Hay cuatro copas del mundo el año que viene y otras dos en 2020. Es complicado, pero vamos a intentarlo".
Pasión por una disciplina que no es olímpica
Tokio 2020 es un objetivo complicado, más aún al no contar con el doble minit-tramp como deporte olímpico. Pero Melania también se centra en el trampolín, que sí lo es, quiere ir paso a paso, y si toca ir a Tokio se preparará a conciencia: "Yo compito en cama elástica y en doble mini-tramp que no es olímpico y es donde obtengo resultado. Me estoy centrando en cama elástica y el año que viene asistiré a las copas del mundo y a ver cómo sale", reconoce la joven.
Un deporte poco conocido, sin ayudas, y casi sin eco en los medios de comunicación, algo que no importa a Melania, que disfruta como una niña de su gran pasión. "Es muy diferente a otros deportes, es algo que mola un montón. No lo puedo explicar", confiesa la gimnasta.
Ahora, tras proclamarse subcampeona del mundo, Melania descansa en su Pontevedra natal y la próxima semana comenzará su preparación de cara a febrero, cuando tendrá lugar el próximo Mundial, una nueva oportunidad para lograr un sueño que sus padres apoyan incondicionalmente: "Totalmente. Ellos siempre me apoyan y hasta ahora siempre me han pagado todo y siempre lo han hecho sin problema. Están muy orgullosos de mí", concluye Melania.
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