Las fuerzas de seguridad de Buenos Aires evacuaron este martes a la selección argentina de fútbol ante el caos reinante en la celebración por el título del Mundial. Más de cuatro millones de personas se congregaron en las calles de la capital y colapsaron la caravana festiva de la Albiceleste. 

La selección argentina aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, y a las 11:39 hora local comenzó un auténtico baño de masas hasta que en torno a las 16:00 horas locales la expedición tuvo que ser evacuada por el aire. Se esperaban cientos de miles de hinchas agolpados en diferentes puntos de la capital para ver pasar a Leo Messi y compañía en el autobús descapotable, pero las previsiones se vieron completamente desbordadas.

Las autoridades, en un primer momento, no tuvieron más remedio que improvisar y cambiar sobre la marcha el recorrido previsto. Sin embargo, viendo que era prácticamente imposible avanzar ante la marea albiceleste que se agolpaba en torno al autobús, y con los jugadores ya agotados, decidieron ejecutar un plan de emergencia.

En el Parque Roca se situaron, lejos de la muchedumbre, varios helicópteros que se prepararon para evacuar de manera urgente a la expedición de Argentina. Muchos hinchas de la Albiceleste se quedaron, por lo tanto, sin poder ver a sus ídolos de cerca y tuvieron que conformarse con verlos volando por los aires.

En este plan improvisado, los helicópteros sobrevolaron lugares emblemáticos donde estaban agolpados cientos de miles de personas como el Obelisco, y los hinchas igualmente enloquecieron con el paso de estos helicópteros.

Se desata el caos

Chiqui Tapia, el presidente de la AFA, manifestó a través de las redes sociales que fueron las autoridades las que no permitieron avanzar al autobús por el recorrido previsto. Pidió además disculpas por ello en nombre de todos los jugadores de Argentina.

Sin embargo, se vivieron escenas de mucha tensión y peligro durante el recorrido del autobús que transportaba a Leo Messi y el resto de los nuevos campeones del mundo. A través de las redes sociales algunos aficionados compartieron vídeos en los que se podía ver a personas tirándose desde puentes dentro del autobús descapotable, una acción de mucho riesgo. También por motivos como este, las fuerzas de seguridad tuvieron que actuar. 

A primera hora de la mañana, tras el anuncio de que el recorrido del autobús descapotable de Argentina iba a ser desviado, el pánico se apoderó de los aficionados y se desató el caos. Una marabunta albiceleste de personas comenzó a desplazarse hacia otros lugares de Buenos Aires, y la Autopista 25 de mayo fue tomada por los hinchas. 

Se vivieron, por lo tanto, escenas en las que se podía ver a la gente corriendo a toda prisa para encontrar un nuevo sitio privilegiado para poder ver a los campeones del mundo, algo que no se presencia en Argentina desde hace 36 años.

4 millones de personas

Durante la celebración comenzaron a hacerse estimaciones de la cantidad de gente que se había ido dando cita en las calles de Buenos Aires. Así, varios medios de comunicación argentinos hablaron un par de horas después de que el autobús emprendiera su salida de una cifra cercana a los 4 millones de personas.

Se trata de un acontecimiento histórico para un país como Argentina en el que se vive el fútbol de una manera diferente. En la nación sudamericana, el deporte rey está a la altura de cualquier religión y el éxito de la Albiceleste en el Mundial de Qatar ha supuesto un gran impacto social. Tanto, que se decretó este martes como día de Fiesta Nacional.

Robos en los coches

La fiesta que se vivió este martes en Argentina con la celebración del título mundial también dejó algún capítulo negro. Aprovechando que la mayoría de la gente estaba pendiente de seguir a los jugadores para poder festejar el entorchado con ellos, se produjeron algunos robos.

Así, algunos medios de comunicación argentinos pudieron reflejar cómo varios coches que quedaron apartados cerca del aeropuerto de Ezeiza, donde aterrizó la Albiceleste, sufrieron en masa el robo de algunas de sus ruedas. Una serie de automóviles aparcados en fila se quedaron sin varios de sus neumáticos.