Este viernes no viajaban a los lugares donde debían dirigir los partidos y hacían un comunicado en el que dejaban claro su punto de vista: "Para hacer historia hay que estar unidas y aguantar lo que haga falta. Como si no hay liga en todo el año". Las árbitras de fútbol femenino cumplen con su amenaza de huelga y el inicio histórico de la Liga F, la primera competición profesional, no comenzará este fin de semana. Los clubes se han presentado en los campos, pero sin colegiadas no hay encuentros.
El protocolo en los dos partidos que debían abrir la competición ha sido el mismo. En el Atleti - Real Sociedad las jugadoras de los equipos han saltado al campo con el procedimiento habitual, pero sin las árbitras. Han estado media hora sobre el césped y, una vez cumplido ese tiempo de espera, se han retirado a los vestuarios. El partido se ha aplazado, cuestión que ha sucedido exactamente igual en el caso del Alhama CF - Madrid CFF. El bochorno quedó retratado en forma de imagen en un día que debía ser histórico.
La Liga Profesional de Fútbol Femenino, el ente regulador de la nueva competición, calificó esta situación de "chantaje" de la Real Federación Española de Fútbol utilizando a sus árbitras para boicotear el inicio histórico. Ambas partes, a pesar de la presión del Consejo Superior de Deportes, no se han puesto de acuerdo con la cantidad que deben pagar los clubes por el arbitraje de los partidos. La RFEF pide 21.000 euros, muy por encima de los 3.300 de la última temporada. No es más que un capítulo más de la guerra LaLiga - Federación.
Todo esto sucede con las árbitras en el centro de la polémica y un problema real. En una competición que ahora se equipara en consideración con la Primera División masculina tras pasar a ser profesional, las colegiadas no habían visto subidos sus emolumentos. Hasta ahora cobraban entre 300 y 160 euros por encuentro. La LPFF quiere abordar esta problemática y les ofrece cuadruplicar su sueldo. La RFEF no ha comunicado esta propuesta al Comité Técnico de Árbitros, o ha hecho caso omiso, mientras el CSD ha prometido reuniones desde la próxima semana para tratarlo.
La LPFF denuncia desde que explotó la situación de las árbitras con una rueda de prensa que Rubiales utiliza "a la mujer como ariete para conseguir su objetivo de destruir el fútbol femenino español". Desde que se hizo oficial la Liga Profesional de Fútbol Femenino estallaron diferentes guerras por quién iba a organizar el sorteo, cuántas extracomunitarias iban a estar permitidas o quién iba a ser el tenedor de los derechos audiovisuales. La última ha sido la de las colegiadas "con el objetivo de boicotear la competición", como explican desde la patronal de clubes femeninos.
Este sábado se ha confirmado esta huelga a pesar de la amenaza de la LPFF de iniciar procedimientos judiciales teniendo en cuenta que "la función arbitral es una función pública delegada". Tampoco valió de nada que José Manuel Franco dejase claras las competencias compartidas entre la LPFF y la RFEF, así como mostrase su apoyo al colectivo para encontrar una solución al problema salarial. A pesar de ser una circunstancia que debía tratarse, no es más que una batalla dentro de la guerra de Luis Rubiales contra LaLiga, que firmó un acuerdo por la explotación comercial de la competición por 42 millones por cinco años.