Sexo en Mesopotamia.

Sexo en Mesopotamia. The Israel Museum

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La tradición más carnal de la Antigüedad: el día en el que todos los sumerios practicaban sexo

El rey sumerio, en representación divina, se unía a Inanna en un ritual en el que la diosa era encarnada por una sacerdotisa.

25 septiembre, 2020 11:48

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Sumeria es considerada la primera civilización de la humanidad. Entre los ríos Tigris y Éufrates floreció un pueblo heterogéneo del cual han llegado a la actualidad numerosas esculturas y construcciones que permiten conocer su misterioso y valioso pasado.

A este pueblo pertenecía la princesa Enheduanna, quien nació alrededor del año 2.300 a.C. Por aquel entonces el poder religioso y el político estaban unificados y sirvió como sacerdotisa de Nannar, el dios-Luna sumerio. Según sus creencias, la hija de Nannar, Inanna, era la a diosa del amor, de la guerra y protectora de la ciudad de Uruk.

Sobre ella se hacían infinidad de festividades y celebraciones en los diferentes templos que se construían en su nombre. Cada año, el rey, en representación divina, se unía a Inanna en un ritual en el que la diosa era encarnada por una de las sacerdotisas. Se escribían todo tipo de himnos y poemas sobre estas relaciones que trataban de emular el amor y el sexo entre dioses.

Representación de la diosa Inanna.

Representación de la diosa Inanna.

"Cuando la pura Innana se tumba sobre el lecho en su sagrado regazo, hace el amor sobre su lecho", dice el himno dedicado a Iddin-Dagan, tercer rey de la primera dinastía de Isin. "Una vez realizado el acto carnal, se permite la entrada del pueblo cargado de ofrendas, al igual que de los músicos. Entonces se sirve un banquete", narra Georges Roux en Mesopotamia: historia política, económica y cultural (Akal).

La fiesta iba más allá de las costumbres reales y todo el pueblo salía a la calle a celebrar la unión. El sexo no era una actividad tabú ni mucho menos. Las creencias de aquella época lo consideraban como un hecho místico que pertenecía al "placer humano" y al transcurso de la vida. "Forma parte de un ciclo cósmico más amplio, integral al placer erótico —ciclo que comienza con el sexo y con el nacimiento y termina con la muerte y la regeneración—", explica la académica Riane Eisler.

De esta manera, al igual que los reyes celebraban el año nuevo con una sacerdotisa, las parejas populares actuaban en consonancia. Los matrimonios yacían en sus camas mientras que los solteros recurrían a sus concubinas. El año nuevo sumerio se basaba en todo tipo de actividades lujuriosas que llevaban a cabo todos los ciudadanos, ya fueran monarcas o campesinos, con tal de celebrar la festividad más importante en nombre de la diosa Innana.