El cuadro que explica la renovación del PP madrileño
Soledad, silencio y muerte. Es el final de una relación abocada al fracaso y al enfrentamiento a vida o muerte. Sólo puede quedar uno de los dos contrincantes. Caravaggio se hace cargo de una de las escenas más dramáticas del texto bíblico, sin subir el tono al amarillismo fluorescente. Ha detenido la escena ante el cadáver de Goliat. David le ata los cabellos de la cabeza para llevar la prueba de la victoria al pueblo de Israel. Un gesto inocente que resume la batalla cruel. Otros se atrevieron a pelear con quien parecía intocable e inmortal, pero no contaron con la herida de la corrupción para fulminar su poder. Sólo la sangre con sabor a financiación ilegal es capaz de hacer caer a los gigantes que se niegan a abandonar el trono por su propio pie. A esos, los enemigos del mismo partido les cortan la cabeza.