Charo Reina, sobre María del Monte: "En el tema de la homosexualidad se es más intolerante con las mujeres"
La actriz sevillana se ha dado cita con EL ESPAÑOL para conversar sobre su vida personal y profesional y reflexionar sobre la actualidad más candente.
28 agosto, 2022 01:31Charo Reina (62 años) siempre soñó con ser actriz. A los catorce años, se matriculó en la Escuela de Arte Dramático. Después, la artista sevillana formó su propia compañía teatral, con la que pasaría una temporada recorriendo la geografía andaluza. Hasta hizo sus pinitos como actriz de cine, una industria en la que debutó en 1980 gracias a la comedia de Pancho Bautista Se acabó el petróleo. Aquel mismo año, se casó con Arturo Caballero, que al poco se convirtió en el padre de su primer hijo, Arturo. Ya en 1988, divorciada y convertida en toda una madre coraje, se atrevió a debutar como cantante, animada por su tía, Juanita Reina. Varios discos, películas y series de televisión después, EL ESPAÑOL ha charlado con la actriz y cantante sobre las alegrías y los sinsabores de la vida y de su oficio.
Creo que el otoño llega movidito a nivel laboral. ¿Ha podido recargar las pilas este verano?
No, no he podido recargar las pilas. En este instante estoy en la playa, donde me he venido a pasar dos o tres días. El domingo terminé el rodaje de Intersex, que es la primera película del cine español que trata el tema de la intersexualidad. Hemos estado rodando en Lebrija y en Trebujena, con un calor enorme. Ha sido un rodaje muy satisfactorio y precioso porque, además, he rodado junto a una mujer de la que era amiga desde hacía años pero con quien no había trabajado nunca, Mónica Bardem. No pude recargar las pilas, pero ya bastante se recargaron en la pandemia. Ahora hay que trabajar.
¿Ve su participación en Intersex como una forma de hacer activismo?
Son muchos los años que llevo haciendo activismo por los derechos de las personas LGTBI. Llevo muchos años en esa lucha, y quien ha estado conmigo lo sabe. No falté a ninguno de los primeros Orgullos, aunque últimamente no voy, porque tanta masificación me asusta. Siempre huyo de esas concentraciones de gente, pero ese es un problema personal mío. En cuanto me llamó Tomás Aceituno, director y guionista de la película, le dije que sí sin preguntar nada más. Tenemos que luchar por decir stop a la mutilación genital de los bebés que nacen intersexuales, y darles tiempo para que ellos decidan su propia identidad sexual. Creo que muchas veces se han cometido errores y abusos en ese tema. Más de dos millones de personas nacen intersexuales en el mundo. Hay que darles visibilidad, y que se haya contado conmigo para contar esta historia es un verdadero honor para mí. Hacer cine social también es necesario.
[Quién es Charo Reina, la cantante y actriz que ha participado en varios realities de televisión]
En 2019 anunció que se retiraba de la música, pero veo que va a volver grabar un nuevo disco. ¿Ni contigo ni sin ti?
No. Lo que pasa es que llevo más de cuarenta años en activo, haciendo teatro, zarzuela, comedia musical, series de televisión, de todo. Las grandes giras de música como las que yo he hecho hasta ahora me quitaban mucho tiempo de poder disfrutar y ser feliz con lo que realmente es mi veneno, que son el teatro y la interpretación. No es que la música vaya a quedarse en un segundo plano, pero ahora haré los conciertos que quiero hacer. Ahora, por ejemplo, me meto en estudio, porque estoy empezando a grabar un nuevo disco. Lo voy a grabar como a mí me apetece, con las canciones que quiero, poco a poco y subiéndolas una a una a las plataformas digitales. Cuando termine, se hará una pequeña tirada física de discos y vinilos para aquellos que sean coleccionistas. Ya tengo una edad en la que puedo decidir, y quiero ser plenamente feliz. Me siento mucho más realizada con el teatro y la interpretación.
Su anterior disco llevaba por título Loca, gamberra y canalla. ¿Con cuál de esas tres cosas se identifica más?
[Risas] Soy un poco gamberra. Siempre fui un poco díscola. Mi familia siempre ha estado muy unida, y lo sigue estando, pero a mí me llamaban 'rabillo de lagartija', porque nunca estaba quieta. Seguí los cánones de mi familia hasta que un día empecé a pensar por mí misma. Ahí pasé a ser un poco la oveja negra. Desde entonces, he seguido mis propios cánones de ideas y de vida, que quizás no se corresponden con esos cánones de familia conservadora que seguían ellos. Canalla no creo que haya llegado a serlo nunca, y loca… bueno, a mí manera, también. Pero, sobre todo, gamberra.
Hace poco participó en el cortometraje Votamos, nominado a los Goya, que aborda el tabú que rodea a los problemas de salud mental. ¿Tuvieron empatía con usted los suyos cuando sufrió varias depresiones?
Bueno, es que en eso también soy muy particular. Siempre he pasado mis depresiones con mis tratamientos y con mis médicos pero de una manera muy distante, para no preocupar a los míos. Pero siempre que he necesitado a mi gente, ellos han estado junto a mí. Lo que se habla en este corto, dirigido y escrito por Santiago Requejo, es un fiel reflejo de lo que pasa, porque vivimos en una sociedad muy poco empática y tolerante con los enfermos mentales. Cuando empezamos a rodar, estuvimos reunidos con las Hermanas Hospitalarias, que trabajan con enfermos con problemas de salud mental. Repasando el guion, les dije: 'Yo he vivido en mi casa un problema de salud mental, con una persona que era esquizofrénica. Viví el rechazo que se le tenía a los llamados locos'.
Lo viví en la piel de mi abuela, porque era un tío mío, un hermano de mi madre. Mi abuela sufrió muchísimo rechazo social, y su sufrimiento me marcó mucho. No somos locos, y yo me incluyó ahí, porque he padecido problemas de salud mental. Me movió mucho el poder hacer visible esa realidad por medio de Votamos. Yo misma ahora, después de la pandemia, estoy en tratamiento, y no me avergüenza decirlo, porque creo que el psiquiatra es un médico al que debes acudir igual que acudes a un médico de medicina interna cuando tienes problemas de salud.
¿Ser activa en redes sociales es compatible con mantener una buena salud mental?
Sí. Aunque yo también soy una suertuda. Lo que yo doy en Instagram y Facebook son contenidos de risa, de buen rollo, y si entra alguien insultando, enseguida lo bloqueo. No me entretengo en contestar, porque para mí es mucho más importante mi salud mental que el hecho de tener seguidores. De Twitter sí me fui, porque eso era ya demasiado fuerte; incluso hubo alguien que me amenazó de muerte. Soy una persona que madruga mucho, porque todos los días me despierto a las seis de la mañana sin necesitar el despertador. Siempre aprovecho ese tiempo donde estoy que me levanto y que no me levanto para hacer los contenidos del día y contestar a todo lo que tengo. Las redes no me obsesionan, pero sí las mantengo vivas. Ahora que tengo que ponerme a estudiar a destajo, para el monólogo que llevaré al teatro a finales de este año, tendré menos tiempo, pero bueno.
En ese monólogo (Lo que esconden las risas) interpreta a una ama de casa hastiada, que recurre a las pastillas como refugio frente a la ansiedad. ¿Se ha visto en las mismas alguna vez?
Sí, en algún momento de la vida sí. Fue un momento en el que, desgraciadamente, padecí violencia de género y tuve bastante tratamiento. Ahí sí me sentí como la protagonista del monólogo, que está escrito por Santiago Escalante. Desgraciadamente, cuando se sufre esta lacra, tú te sientes anulada y te llegan a hacer sentir que tú eres la culpable de todo lo que te está pasando, que te lo estás mereciendo. Una vez, alguien muy conocido al que no voy a nombrar me dijo: '¿Cómo pudiste aguantar esos años de malos tratos, con lo fuerte que eres y el genio que tienes?'. Yo la miré y le contesté: 'Que nunca te toque'.
Nadie se puede llegar a imaginar la manipulación psicológica y mental que se ejerce sobre la persona maltratada. Pasa en la violencia machista, en la homofobia,... Desde hace mucho tiempo, mantengo que dentro de las escuelas se debería hacer una labor pedagógica fuerte para fomentar una educación en el respeto a la identidad sexual y la libertad de amar de cada persona, y contra la homofobia y la violencia de género.
El relato de Rocío Carrasco en Rocío, contar la verdad para seguir viva sembró el debate sobre cómo visibilizar la violencia machista. ¿Qué opina al respecto?
Visibilizo la mía, de la que he sido protagonista. Yo quería mucho a Rocío Jurado, y cuando quiero a una persona no quiero ni que la roce el aire. Hay muchas maneras de visibilizarla; yo lo hice a mi manera y que cada uno lo haga como crea conveniente.
[María del Monte revela su condición sexual y presenta a su novia en el Orgullo Gay de Sevilla]
Hablando de visibilidad, ¿le sorprendió que María del Monte aprovechara el pregón del Orgullo en Sevilla para salir públicamente del armario?
Sorprender no es la palabra. Vi que ella creyó que ese era el momento oportuno y, por supuesto, es respetable. Creo que hay que respetar el momento que ella eligió. Lo hizo allí, fue fantástico y creo que visibilizar tu opción sexual cuando eres una persona popular siempre ayuda a dar grandes pasos a las personas que aún andan ocultas. Además, creo que en el tema de la homosexualidad se es más intolerante con las mujeres. La homosexualidad masculina, a base de mucha lucha, se ha normalizado bastante, pero en el tema de la homosexualidad femenina aún quedan muchos tabúes.
¿Le molesta que María la demandase en su día por insinuar que había tenido un romance con Isabel Pantoja, y que ahora, sin embargo, se haya convertido en una especie de referente LGTBI?
Es que ahí hay un error. A mí me demandó por unas declaraciones, pero yo te puedo mostrar a ti el auto donde se dice que fue porque yo conté unos episodios violentos que presencié entre ellas. Jamás insinué lo otro, porque, entre otras cosas, soy muy respetuosa en ese tema, y creo mucho en la libertad de cada uno. ¿Tú crees que, con la lucha que yo traigo desde hace tanto años, voy a hacer un comentario de ese tipo? Nunca lo hice, e invito a cualquiera a encontrar en la hemeroteca alguna frase alusiva a eso. En la sentencia condenatoria pone que fue por contar algo, lo de aquella pelea, que iba contra su derecho al honor. Tal vez dije algo que no debía decir, pero también es cierto que nunca he mentido. Yo le pedí perdón públicamente a María, porque me dio la gana, no porque a mí me lo pidiera nadie, y porque me gusta estar en paz conmigo misma. Creo que pedir perdón te dignifica y te hace libre. Nunca volví a hablar con ella, pero tampoco tengo problema si la encuentro.
Han pasado ya quince años desde el final de su relación con el empresario uruguayo Pablo García. ¿No ha vuelto a dejarse querer desde entonces?
Bueno, he vuelto a tener cosas que no se han sabido [risas]. He tenido alguna que otra relación después, pero cada uno en su casa. La edad me ha hecho un poco egoísta en ese sentido, y ahora estoy muy a gusto con lo de tener todos los armarios para mí y que haya solo un cepillo de dientes en mi casa. Soy una gran amiga de la soledad, no me asusta en absoluto. La soledad buscada es maravillosa. Ahora mismo, no tengo ninguna relación sentimental. Estoy bien, feliz y muy a gusto conmigo misma. Tengo dos hijos que llenan mi vida y una familia maravillosa. Me he venido a vivir a Sevilla, donde decidí quedarme, después de que mi madre cayera enferma y muriese, para estar más cerca de mi familia. Los años pasan de una manera vertiginosa.