De Diana de Gales a los Casiragui: la historia real tras los grandes linajes europeos
A finales del siglo XIX, los fortunas estadounidenses vieron en la nobleza empobrecida europea la oportunidad perfecta para crear unas alianzas que perduran hasta la actualidad.
1 mayo, 2020 03:00Noticias relacionadas
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A partir de 1870, durante la época dorada en Estados Unidos, las grandes fortunas americanas empezaron a mirar al otro lado del Atlántico para ennoblecer sus apellidos. Si hasta ese momento, la señora Astor fundó el llamado 'Club de los 400' –el número de personas que cabían en el salón de baile de su mansión de la Quinta Avenida de Nueva York donde actualmente está el Empire State Building- formado por las fortunas más importantes del país como su propia familia, los Vanderbilt, los Winthrop o los Whitney, había llegado el momento de ampliar unos horizontes (de grandeza).
De esta manera, el dinero nuevo empezó a asociarse con algunos rancios apellidos que empezaban a empobrecerse en la vieja Europa, especialmente, con la aristocracia británica. Una de los antepasados de la princesa Diana de Gales fue una de las primeras en cruzar el charco. Se trataba de Frances Work, hija del corredor de bolsa Franklin H. Work y protegido de Cornelius Vanderbilt, que se casó en 1880 con James Roche, III Barón de Fermoy. Tras la boda, en los círculos sociales se hizo llamar lady Fermoy, y en las columnas de cotilleo pasó a la historia como la bisabuela de lady Di y la tatarabuela de los príncipes Guillermo (37 años) y Harry (35), y del actor Oliver Platt (60), protagonista de Los tres mosqueteros o X-Men: primera generación.
Unos años más tarde, los Vanderbilt copiaron aquel certero movimiento estratégico. La célebre Consuelo Vanderbilt, heredera del rey de los ferrocarriles, se casó en 1895 con Charles Spencer-Churchill, IX duque de Marlborough. La dote de Vanderbilt se usó para restaurar diferentes alas del enorme palacio de Blenheim -escenario de la serie Downton Abbey- donde nació el exprimer ministro y estadista británico Winston Churchill, primo lejano de la princesa Diana.
En el punto de mira también estaban Italia y Francia, cuna de algunas de las dinastías aristocráticas y reales más asombrosas de la historia. Por ello, a las hermanas Beers-Curtis, hijas de un rico comerciante de Nueva York, las enviaron a Europa para asegurar su futuro. Josephine Mary se casó en 1885 con Emanuele Ruspoli, I príncipe de Poggio Suasa, convirtiéndose en princesa de Poggio Suasa.
Su inmenso palacio de Roma acogió a su hija y a su nieta, Emmanuela Dampierre y Ruspoli, porque apenas tenían dinero. Ésta última protagonizó grandes titulares en la prensa rosa por sus continuas peleas con su exnuera, Carmen Martínez Bordiú (69), pero adoraba a su nieto Luis Alfonso de Borbón (45), duque de Anjou y pretendiente al trono de Francia. Su hermana Josephine Beers-Curtis puso el ojo en Francia, casándose en 1867 con Maurice de Talleyrand-Périgord, IV duque de Dino y II marqués de Talleyrand.
Aquella tradición del último tercio del siglo XIX se ha conservado hasta la actualidad. El multimillonario empresario Robert Miller (86) se encargó de poner en sociedad a sus tres hijas, Pia (54), Marie Chantal (51) y Alejandra (47) para que se unieran a ilustres apellidos (algunos tanto o más ricos que ellas).
Marie Chantal se casó en 1995 con Pablo de Grecia (52) –hijo del depuesto rey griego Constantino II (79), hermano de la reina Sofía (81), y de Ana María de Dinamarca (73), hermana de la reina Margarita II de Dinamarca (80)- un joven atractivo y sin una cuenta corriente abultada ya que, junto a su familia, tuvo que exiliarse a Londres con lo puesto. En la capital británica, sus facturas la pagaban las grandes fortunas griegas como los Niarchos, los Livanos o los Chandris.
A raíz de su matrimonio, Marie Chantal es princesa de Grecia y duquesa consorte de Esparta. Su hermana Pía se unió a Christopher Getty (descendiente del rey del petróleo, Jean Paul Getty) y Alejandra lo hizo con Alexander von Fürstenberg (50), cuyo linaje ha sido pasto de la prensa rosa durante décadas: su madre es la diseñadora Diane von Fürstenberg (73); su abuelo paterno fue Egon von Fürstenberg, hijo del príncipe Tassilo zu Fürstenberg y de Clara Agnelli (hermana mayor de Gianni Agnelli, descendiente del fundador de la Fiat) y hermano de Ira von Fürstenberg (80), que se casó con el príncipe Alfonso de Hohenlohe, fundador del Marbella Hotel Club y anfitrión de las mejores saraos a nivel mundial.
El heredero alemán de las pizzas Oetker, Carl Christian, se casó en 2014 con la princesa Theresa de Oettingen-Spielberg. La pareja es íntima amiga de los príncipes Guillermo y Enrique de Inglaterra.
Con la llegada del nuevo milenio, estos matrimonios de conveniencia se caracterizaron porque ambas partes gozaban de un amplio patrimonio. Tal es el caso de Luis Alfonso de Borbón, que llevó al altar en 2004 a Margarita Vargas Santaella (36), hija de una de las grandes fortunas bancarias de Venezuela y, por supuesto, los Casiraghi-Grimaldi.
Dos de los nietos de Grace Kelly y Rainero III de Mónaco –Pierre y Andrea, los hijos de la princesa Carolina de Mónaco (63) y del difunto Stephano Casiraghi- se dieron el 'sí, quiero' con dos multimillonarias. Andrea (35) se casó en 2013 con la socialité americana Tatiana Santo Domingo (36), descendiente de la mayor fortuna colombiana y una de las más grandes a nivel mundial, según la revista Forbes. Pierre (32) contrajo nupcias en 2015 con Beatrice Borromeo (34), cuya familia posee las islas Borromeas en el lago Mayor de Italia.
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