Peter Phillips, desdichado en el amor y privilegiado por la Corona: por qué tiene una vida 'libre' y sin deberes reales
Es el primogénito de la princesa Ana y nieto mayo de Isabel II. Sin embargo, no tiene tratamiento de Alteza Real.
11 abril, 2024 01:31Es el nieto mayor de la reina Isabel II, pero no suele ser protagonista de la crónica royal porque a diferencia de sus primos no tiene estatus de Alteza Real. El nombre de Peter Phillips (46 años), sin embargo, ha sido noticia en varias ocasiones. La última, por su ruptura con Lindsay Wallace después de tres años de discreto amor.
La información la adelantó el diario The Sun este pasado martes, 9 de abril, y poco después la confirmó HELLO!, exponiendo los motivos de la ruptura. "Peter y Lindsay tomaron la difícil decisión de separarse porque pasaban menos tiempo juntos debido a sus compromisos laborales y familiares. Los compromisos empresariales de Peter y su trabajo le han obligado a viajar sin parar. Peter ha viajado por todo el mundo y ha estado increíblemente ocupado, y Lindsay vive en Escocia, así que ha sido difícil que se vieran", aseguró la revista.
Antes de ser pareja, Peter Phillips y Lindsay Wallace fueron amigos. Inciaron su relación en 2021 después de que ambos se separan de sus anteriores parejas. Ella estaba casada y con dos hijos. Él llevaba 12 años de matrimonio con la canadiense Autumn Kelly (45), madre de sus únicas dos hijas, Savannah (12) e Isla (12).
Peter Phillips parece no tener suerte en el amor. Suma varias historias en su currículum sentimental y hasta ahora no ha dado con la mujer definitiva. Antes de Autumn tuvo otros romances. Algunos más mediáticos que otros.
Su primera relación de alto estatus fue la que vivió con la estadounidense Elizabeth Lorio, hija de un magnate del aceite de hígado de bacalao de Massachusetts. Su historia de amor duró dos años y convivieron durante ocho meses en 2021. Según la prensa británica, Phillips también tuvo un affaire con Tara Swain, asistente de vuelo de British Airways.
Peter Phillips, pese a ser el nieto mayor de Isabel II, y el favorito según muchos, se mantiene un discreto segundo plano y son pocas las veces que se une a la Familia Real. El primogénito de la princesa Ana (73) y el capitán Mark Phillips sólo acude a eventos de gran relevancia, pues a diferencia de sus primos no tiene un título real.
Ni Phillips ni su hermana, Zara (42), son Alteza Real debido a una tradición familiar centenaria. Según las reglas establecidas por el rey Jorge V en 1917, sólo el padre puede transmitir su título. Ambos, al ser hijos de la princesa Ana, la única hija mujer de Isabel II, no son príncipe ni princesa.
El padre de Peter y Zara, el capitán Mark Phillips, no es miembro de la Familia Real y rechazó quedarse con un condado, por lo que sus dos hijos no recibieron títulos desde el momento de su nacimiento. Aunque desde fuera podría verse como una desventaja, para la princesa Ana fue la mejor alternativa.
En ocasiones se ha especulado sobre la posibilidad de que Isabel II le ofreciera un título a sus nietos, rompiendo con la tradición. Pero según estos mismos rumores habría sido Ana quien se negó, presumiblemente para que Phillips y Zara tuvieran una infancia lo más normal posible.
"Creo que la mayoría de la gente diría que tener títulos tiene desventajas... Así que creo que probablemente fue lo correcto", expresó la princesa Ana en una conversación con Vanity Fair en 2020. Zara también se ha pronunciado al respecto. En un pódcast al que fue invitada dijo que no tener un título de princesa fue un gran privilegio.
"Tuvimos mucha suerte de que pudimos hacer las cosas un poco a nuestra manera", expresó Zara, en su nombre y en el de su hermano. Para ambos, como reseñó un medio local en el pasado, fue una suerte de "bendición disfrazada" no tener títulos de príncipe y princesa. De esta manera, tuvieron mayor libertad en su día a día y en su carrera profesional.
En el caso de Phillips, al no tener ningún deber real, ha podido trabajar en compañías como Jaguar Racing o WilliamsF1. Actualmente forma parte del equipo del Banco Real de Escocia en Edimburgo y ocupa el decimoctavo puesto en la línea de sucesión al trono británico, por detrás de su madre, la princesa Ana.