La última vez que se le veía en público era el pasado 4 de enero cuando asistía, de luto riguroso, al funeral de Monseñor Bernard Barsi en Mónaco, acompañando a su marido. Sin embargo, en la primera gran cita del 2023 ha llamado la atención la ausencia de la princesa Charlène (44 años), que desde que retomó su actividad oficial había estado muy activa. Sin embargo, no ha acudido a la 45ª edición del Festival de Circo de Montecarlo, una de las citas más especiales para los Grimaldi donde todos esperaban verla aparecer.
El pasado día 20, Alberto de Mónaco (64), su hermana Estefanía (57), Camille Gotlieb (24), Louis Ducruet (29) y su esposa presidían la inauguración del evento. Dos días más tarde, el soberano regresaba a la carpa, esta vez con sus hijos, pero nuevamente sin su esposa. Sus sobrinos estuvieron otra vez junto a él y a los mellizos para disfrutar de los números circenses. Se volvía a repetir la soledad de Jacques y Gabriella (8), sin su madre, pero cumpliendo a la perfección el papel institucional que les toca.
Entraron caminando y dos payasos les entregaron unos ramos de flores antes de posar para los medios, muy formales. Una vez dentro del recinto, se sentaron uno a cada lado de su padre y disfrutaron del show. No hay comunicado oficial que haya explicado la ausencia de Charlène en esta importante cita, lo que ha desatado algunas alarmas.
Tras permanecer más de un año alejada de la vida pública debido a una complicada enfermedad de oído y garganta que le obligó a pasar varias veces por quirófano y que acabó repercutiendo en su salud mental, la princesa retomaba sus deberes el pasado mes de mayo de 2022. Muy recuperada y feliz de poder volver a trabajar codo con codo con su marido, han sido muchos los actos de su agenda que ha presidido, también en solitario e incluyendo algún viaje al extranjero.
Sin embargo, la preocupación en torno a su estado vuelve a ser noticia. No sólo por el hecho de que haya faltado a este evento, sino porque es su segunda y notable ausencia, pues no acompañó a Alberto al funeral de Constantino II de Grecia. Y aún hay otro detalle significativo: los padres de Charlène, según informa la prensa francesa, se han mudado de Sudáfrica al Principado para estar más cerca de ella y ayudarla a sentirse mejor. Habrían alquilado una casa en la localidad de La Turbie, cerca de Mónaco, para apoyar a su hija y garantizar su bienestar. Una buena noticia para ella, que se siente "segura y protegida" al tener a su familia cerca, como expresan fuentes cercanas.
Donde parece que sí estará presente, pues han sido uno de los primeros royals en confirmar su presencia, es en la coronación de Carlos III (74), el próximo 6 de mayo en Londres. Alberto de Mónaco y Charlène serán dos de los asistentes al gran evento. Faltan todavía unos meses, por lo que durante este tiempo se verá si la ausencia de la primera dama en el circo ha sido algo puntual o su ausencia se vuelve a repetir.
No hay que olvidar que la princesa necesitó de ayuda médica y psicológica al volver de Sudáfrica y estuvo un tiempo ingresada en una clínica de Suiza, donde apenas podía tener visitas. Recibió el alta el pasado mes de marzo, pero su reincorporación a la vida pública fue paulatina. En su última entrevista concedida en diciembre a Monaco Matin aseguraba que se encontraba "mucho mejor" y con menos dolores, pero no dijo que estuviera completamente restablecida.