La reina Sofía y Juan Urdangarin comienzan el año muy unidos en el Teatro Real

La reina Sofía (80 años) ha comenzado el 2019 sacando su lado más solidario, tal y como acostumbra a hacer. Ha asistido a una actuación benéfica, celebrada este miércoles en el Teatro Real de Madrid. Lo ha hecho junto a su hermana, Irene de Grecia (76), y uno de sus nietos, que son su debilidad: Juan Valentín Urdangarin (19). El hijo de Iñaki Urdangarin (50) y la infanta Cristina (53) ha podido disfrutar de la compañía de su abuela en sus primeras navidades alejado de su padre.

La monarca emérita lució para la ocasión un elegante atuendo de color azul noche, compuesto por una chaqueta brillante con hombrera y un pantalón de terciopelo, lo que combinó con un gran bolso de color blanco. A su llegada, en medio de una gran expectación, Sofía recibió alabanzas y el cariño de todos los allí presentes. Tras saludar a las autoridades pertinentes, entraron rápidamente para disfrutar del concierto benéfico con instrumentos elaborados con todo tipo de materiales como bidones, cubiertos o cajas de cereales.

Ejerció de Presidenta de Honor del Comité de La Música del Reciclaje, y disfrutó de un espectáculo musical con una orquesta formada por material reciclado para la fabricación de los instrumentos, y cuya propuesta se ha inspirado en el concierto que se celebró el día de Año Nuevo en la ciudad de Viena. La esposa del rey Juan Carlos I (80) muy implicada siempre en las citas culturales, disfrutó del emocionante concierto que aunaba la música y la solidaridad cuyos beneficios irán destinados a los niños más desfavorecidos del proyecto social del barrio marginal de Asunción, Paraguay.

Al término del espectáculo, Sofía, su nieto y su hermana salieron del emplazamiento después del concierto en el que la orquesta contó con las colaboraciones de Melendi, el tenor José Manuel Zapata y Los Chicos del Coro y donde se tocaron canciones de distinta índole: desde música clásica hasta temas de The Beatles. De lo más discreto, el hijo de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se mantuvo en todo momento en un segundo plano y es que le dejó todo el protagonismo a su abuela. De lo más atenta, la Reina Sofía se despidió de los allí presentes antes de marcharse.

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