Un ratito de charla con Ferran Centelles sabe a poco, pero cunde mucho. El que fuera sumiller de elBulli lleva años dando rienda suelta a su faceta de investigador para la Bullipedia (concibe y redacta los volúmenes del ‘Sapiens del Vino’) y seleccionando los mejores vinos españoles para la crítica inglesa Jancis Robinson. Aunque si algo define a este experto es su don para comunicar el vino desde un punto de vista personal y democrático.
Ferran disfruta especialmente con los jereces y percibe el vino como una combinación de negocio, droga, placer, cultura y arte. Durante la entrevista, discute los desafíos que enfrenta el sector, como el cambio climático y la dificultad de obtener vinos de alta calidad, destaca la importancia de la internacionalización del vino español y la necesidad de aumentar la presencia y el valor de lo nuestro en el mercado global. Habla largo y tendido sobre cómo los maridajes pueden ser emocionantes y creativos en lugar de simplemente una combinación de vino y comida. Aconseja a los consumidores noveles que se acerquen al vino con sensibilidad y curiosidad. Y nos da una master class sobre tendencias.
Cocinillas: ¿Qué está de moda en el mundo del vino?
Ferran Centelles: “El vino de pasto de Jerez, los vinos sin fortificar. Para mí son una maravilla, el futuro de una región muy bien encaminada. También los vinos cada vez más finos del Bierzo, que ya hace tiempo que son una realidad. Galicia es la zona de España, con permiso de Canarias, donde es más caro comprar viñedo hoy en día. El Monsant está precioso, con un estilo un poquito más desenfadado de vino, comparado con el Priorat... Hay muchas regiones que actualmente tienen potencial para brillar y tengo la suerte de poderlas ir catando poco a poco para Jancis (Robinson). España es una fuente inagotable de novedades y de narraciones”.
C: ¿Una región de vino para quedarse a vivir?
FC: “Pues mira, yo me quedaría en Rías Baixas. Pero solo en el Salnés, ¿vale? Me quedaría en el Salnés para los blancos y para los tintos seguramente entre el Priorat y el Montsant”.
C: ¿Y otra de la que huir?
FC: “De Borgoña, pero porque sus vinos me encantan, me apasionan, pero conseguir buen borgoña se ha convertido en un juego tan sumamente difícil que he tirado la toalla. De hecho, en la próxima carta que haga, si es mío el restaurante, la página de Borgoña estará en blanco y pondré: ‘la vida es demasiado corta para preocuparse por Borgoña’, porque es una locura lo difícil que es, la de favores que tienes que pedir, el cuidado que tienes que poner y los vinos que tienes que comprar si quieres probar Borgoña. Me marcharía de Borgoña, no porque no me gusten los vinos o no me apasione la región, porque es de mis regiones favoritas, sino porque son sumamente complicados de conseguir hoy en día”.
C: Confiesa, ¿le pones hielo al blanco, le eches gaseosa al tinto o algo así?
FC: “Me gusta el pinot grigio. Pero el de pizzería, ¿eh? No el pinot gris guay, me gusta el pinot grigio de supermercado”.
C: Tres vinos baratitos que no pares de beber últimamente.
FC: “Aquí van tres que no superan los 10 euros: Eduardo Garrido García Crianza, de Rioja. Tempranillo y garnacha de viñas plantadas a 500-600 metros en Ábalos, 16 meses de barrica, más otros 6 en botella. Estilo ‘old-school’ pero muy fácil de beber. Un clásico fabuloso, para disfrutar del rioja tradicional. Formigo, la entrada de gama de Manuel Formigo en Ribeiro. 50% palomino, con trixadura, godello, torrontés, albariño y loureira. Puro, limpio y consistente, con una expresión mineral. Magníficamente equilibrado y con un postgusto refrescante y delicado. Para chuparse los dedos. Es, posiblemente, la mejor ganga que he encontrado este año. Y, por último, Ònix Clàssic, de Viticultors del Priorat, garnacha negra y cariñena de viñedos de 50-60 años, con diferentes exposiciones, altitudes y rendimientos. Se elabora en una cooperativa y no lleva barrica. Me sorprendió mucho descubrir esta botella en una cata a ciegas. No será el tinto más concentrado y glamuroso, pero su frescura, su viveza y su fruta acompañada por notas florales es algo difícil de encontrar en la región. Me encanta su expresión frutal, soy muy fan de esta garnacha tan viva y fácil de beber. El vino perfecto para cualquier momento. Una joya accesible y asequible”.