En Semana Santa hay que hacer hueco para las torrijas. Pero no todo es dulce en el recetario tradicional de estas fechas. Con la primavera llamando a la puerta, sopas, potajes y otros guisos nos proponen disfrutar de las últimas cucharas del año antes de que el calor se instale de verdad. Si practicas el ayuno cuaresmal (al menos los viernes) y celebras la vuelta de la carne con el espíritu festivo que acompaña a la Pascua, estos son los vinos que debes tener a mano.
Potaje de Vigilia con tinto un tinto intenso
El potaje de Vigilia es, sin lugar a dudas, la receta más típica de nuestro país en Semana Santa. Un guiso de garbanzos, espinacas y bacalao, que tradicionalmente se elaboraba los viernes de Cuaresma debido a la prohibición religiosa de comer carne durante este periodo. Sigas o no el dogma cristiano, a este plato le irá bien un tinto con cuerpo como el nuevo Vino de San Vicente de la Sonsierra de Hacienda López de Haro. Un vino de pueblo elaborado con tempranillo y mazuelo de San Vicente, con el que Vintae rinde homenaje al paisaje, la historia y el terroir de esta localidad.
Sopa de ajo con vino de Jerez
La sopa de ajo es otro de esos platos que las abuelas suelen preparar en estas fechas. Pura cocina de subsistencia y aprovechamiento, que tan sólo requiere un poco de pan, unos ajos y agua. Tres ingredientes humildes que se convierten, sin embargo, en una verdadera maravilla. Necesitaremos un vino con estructura y carácter para acompañar esta receta. Un vino que esté a la altura, que limpie el paladar y aporte matices al conjunto. Rescatamos la tradición de echarle un chorrito de jerez a la sopa para darle “alegría” y nos servimos una copa de Amontillado Los Arcos de Lustau. Envejecido durante 4 años bajo velo de flor y con una crianza oxidativa de 4 años más en la bodega de la Emperatriz Eugenia, en Jerez de la Frontera.
Buñuelos de bacalao con un tinto joven
Los buñuelos de bacalao son típicos, no sólo en España, sino también en otros países del sur de Europa, como Francia, Italia y Portugal, de donde procede originalmente esta receta. Una suerte de croqueta de pasta de bacalao desmigado y mezclado con otros ingredientes, que se incluye en muchos menús de Semana Santa. Para acompañarlos, nos decantamos por Finca Vega Real, procedente de los viñedos ribereños de Barbadillo. Un vino joven de viñas viejas, expresivo, ligero y menos clásico, que refleja el nuevo carácter disruptivo de la Ribera del Duero.
Porrusalda con un blanco con crianza
La porrusalda o purrusalda es una receta originaria de la gastronomía vasca, navarra y riojana. Elaborado con dos productos que nunca faltaban en la huerta, puerros y patatas, antiguamente era un plato humilde, típico de cuaresma. Lo disfrutamos junto a La Malvar, de la bodega toledana Más Que Vinos, un blanco con alma de tinto, intenso y cremoso, que cría sobre lías finas tanto en tinaja como en barrica, y que resulta perfecto para armonizar carnes, pescados, revueltos y calderetas en las que las verduras sean las protagonistas.
Hornazo con rufete
El hornazo es la “empanada” salmantina por excelencia, una masa rellena de embutido ibérico, jamón y lomo adobado. Una receta que, aunque en la actualidad se come todo el año, tiene su origen en la Pascua. Antiguamente se preparaba para conmemorar el fin de la época de recogimiento y abstinencia que significa la Semana Santa. Se dice que los estudiantes atravesaban el río Tormes para ir a merendar hornazo con las "mozas" nada abrir la veda. Desde Cocinillas proponemos un maridaje de proximidad y elegimos La Zorra Original, el primer vino de la bodega que impulsó la creación de la D.O.P. Sierra de Salamanca como D.O.P. Un tinto elaborado con rufete y tempranillo, que exhibe el carácter floral, delicado y fresco de la uva local.
Patatas a la importancia con un clarete
Típicas de la provincia de Palencia, las patatas a la importancia tampoco pueden faltar en nuestro recetario de Semana Santa. En este guiso la patata, rebozada, es la protagonista y, aunque su elaboración es un poco laboriosa, el resultado merece mucho la pena. Lo acompañamos con El Rosado de Pagos de Anguix, un vino que revive el perfil de los claretes clásicos de la Ribera del Duero, con mezcla de uvas blancas y tintas, equilibrado, amplio y muy gastronómico.
Torrijas con cream
Según parece, que hoy comamos torrijas en Semana Santa se debe a la necesidad que antaño se tenía de aprovechar el pan sobrante durante el tiempo en que no se podía comer carne. Y también a la capacidad de este alimento para engañar al estómago sin ofender las creencias religiosas. Sea como fuere, las torrijas son el dulce más atractivo de estas fechas, y por ello proponemos servirlas con uno de los vinos más versátiles del Marco de Jerez, el cream. Bodegas Viuda de Manjón elabora Leona Cream a partir de una selección de olorosos de crianza oxidativa, endulzados con Pedro Ximénez. Un vino de mezcla o cabeceo, dulce pero no empalagoso. Una delicia para otra delicia.