No es una forma de hablar. Los vinos de pueblo existen y son una categoría aprobada por la D.O.Ca Rioja cuyo objetivo es aumentar la visibilidad de las unidades geográficas menores. Forma parte de un impulso por el desarrollo en la zona que comenzó en 1998 con la diferenciación entre municipios que dio lugar a las indicaciones de Rioja Alta, Rioja Alavesa o Rioja Baja (ahora Oriental) en el etiquetado.
Para entrar en la categoría de Vinos de Pueblo, el principal requisito es que los vinos estén producidos en la localidad a partir de uva cultivada en dicha zona. Lo que no quiere decir que las bodegas tengan libertad para elaborar vinos de distintos pueblos, como ocurre en Borgoña o Alsacia. Se trata de reconocer el origen, legislarlo y controlarlo, algo que cada vez más bodegas, sobre todo las más pequeñas, reclaman desde hace años para evitar especulaciones, con el deseo que sus vinos se diferencien y se valoren principalmente por la singularidad del terruño.
“Creemos que vivimos en un momento crucial y fascinante en Rioja, cuando la región por fin empieza a articular su diversidad y a ofrecer no solo excelentes vinos de estilo, sino también vinos de origen, expresivos de sus paisajes, pueblos y viñedos”, comenta el Master of Wine Andreas Kubach, co fundador de Península Viticultores. Desde Bideona, una bodega concebida y diseñada para hacer vinos de pueblo y de parcela de viñedos singulares en la Rioja Alavesa, asegura querer contribuir decisivamente a ello.
Vinos de paraje, de parcela, de viñedo singular o vinos de pueblo. Su nomenclatura depende de la denominación que los dirija, pero todos comparten los mismos objetivos. Delimitar geográficamente la producción y elaboración de un vino, aprovechar e incentivar las características y peculiaridades de una localidad frente a la de al lado.
Potenciar esas virtudes para que sean reconocidas de cara al consumidor. Es decir, que el amante del vino distinga desde la etiqueta las diferencias que presentan determinados terrenos de determinadas poblaciones. “Se trata de mostrar la identidad de cada pueblo a partir de cada parcela, que los vinos reflejen la personalidad de un municipio”, concluye Kubach.
Pero de Vinos de Pueblo no sólo se habla en Rioja. En Ribera del Duero, en Navarra o incluso en Montilla-Moriles también encontramos vinos que son la clara expresión del paisaje de sus lugares de origen. Te recomendamos unos cuantos.
Bideona Vinos de Pueblo (L4GD4, V1BN4, L3Z4)
Bideona (antes Badiola) significa ‘buen camino’ en euskera. Justo el que pretende seguir el nuevo proyecto en Rioja Alta de Península Viticultores. Tres Vinos de Pueblo que hablan de viñedos singulares, de terruño y, en definitiva, de la personalidad de los municipios de Laguardia (L4GD4), Villabuena (V1BN4) y Leza (L3Z4).
Tres vinos elaborados a partir de viñas que rondan los 50 años, muchas de ellas plantadas en los años 20, 30 y 40 del siglo pasado, y que muestran la frescura, la elegancia y la profundidad aromática que, en opinión del equipo de Andreas Kubach, distingue a los grandes vinos de Rioja Alavesa. P.V.P.: 25 €
Altos de Losada Villa de San Lorenzo
San Lorenzo del Bierzo, en Ponferrada, reúne todas las características para elaborar un godello superior: altitud, suelo de pizarra y temperaturas frescas que permiten una maduración lenta de la uva. Por eso esta edición limitada de Losada Vinos de Finca es tan especial. Se trata de un vino de pueblo (o de villa) procedente de viñedos localizados en la zona. Un blanco fermentado en acero inoxidable y criado sobre sus lías en foudre de roble francés durante 8 meses de gran pureza. Generoso y maduro, con gran frescura y vitalidad. P.V.P.: 27,50 €
Legaris Vinos de Pueblo
Procedentes de una misma variedad, cultivada en diferentes municipios de la Ribera del Duero, la gama de Vinos de Pueblo de Legaris supone un paso más en su búsqueda de la excelencia, respetando la singularidad del origen y la máxima expresividad del terruño.
Alcubilla de Avellaneda, Olmedillo de Roa y Moradillo de Roa (a los que acaba de sumarse Peñaranda de Duero) llevan el nombre del pueblo cuyos viñedos han sido utilizados para su elaboración, dotándoles de características únicas. Son monovarietales que recogen la esencia de sus entornos y microclimas para darle al tinto fino el protagonismo que merece, realzando su procedencia desde la copa. P.V.P.: 35 €
Santa Cruz de Artazu Blanco
Este vino blanco con barrica elaborado por Artazu, la bodega del grupo Artadi en Navarra, a partir de garnacha blanca, también se ha ganado la categoría de Vino de Pueblo por su intención de recuperar esta variedad típica navarra, a partir de viñedos viejos y autóctonos situados entre 450 y 600 metros de altitud. Un vino profundo y auténtico, elaborado en ecológico con el máximo respeto al entorno, que envejece en depósito de acero inoxidable durante 27 meses sobre sus lías antes de salir al mercado. P.V.P.: 17,90 €
Tragaldabas - Mandrágora Vinos de Pueblo
El personaje mitológico que invitaba a comer mucho y bien a las gentes de Castilla y León, da nombre a este vino elaborado César Ruiz y amigos, fundadores de Mandrágora Vinos de Pueblo. Un tinto procedente de viñedos de rufete seleccionados en los pueblos de Miranda del Castañar, Garcibuey y Molinillo (Sierra de Salamanca) con una edad de 80 años, cuyo objetivo, como el del Tragaldabas, es hacernos disfrutar por encima de todo. Ligero y fresco, con poca capa y muy fácil de beber, un vino pensado para el deleite. P.V.P.: 16,50 €
Alvear 3 Miradas
Este vino blanco, elaborado por la Bodega Alvear con uva Pedro Ximenez de la D.O. Montilla-Moriles, se obtiene a partir de la mezcla de seis vinos procedentes de viñedos distintos, cada uno con su particular terruño y embotellados por separado. Una mezcla que envejece bajo el velo de flor durante ocho meses en tinajas de hormigón, hasta adquirir su amplitud, equilibrio y acidez controlada características. Un vino de pueblo elaborado a la manera de Borgoña, pero en la Sierra de Montilla. P.V.P.: 15,50 €
Artuke Pies Negros
Las uvas con las que se elabora este vino de pueblo provienen de la localidad de Ábalos, a los pies de la Sierra Cantabria. De unas viñas de tempranillo plantadas en suelos calcáreos y un trabajo respetuoso con el medioambiente. Su nombre es un homenaje a la tradición, a los pisadores de uva de antaño, cuya práctica sigue vigente en Artuke Bodegas y Viñedos. Una forma de proceder que, combinada con la altitud del viñedo, marca la frescura y las señas de identidad de Pies Negros: amplio y equilibrado en boca, sedoso y seductor en su conjunto. P.V.P.: 12,95 €