En Cantabria, además de por sus cascos antiguos, su arquitectura, fuertes y castillos; la historia se teje también a través de los bares y restaurantes más tradicionales y que han conseguido sobrevivir al paso del tiempo. Emblemáticos lugares que han sido el escenario inmejorable de citas importantes o que simplemente han sido testigos de la evolución de los diferentes pueblos y ciudades cántabras, incluida la propia capital de Santander.
En esta ciudad costera, no solo es posible encontrar algunos de los mejores restaurantes especializados en pescados y mariscos, sino también el que actualmente está considerado como el restaurante más antiguo de toda Cantabria. Uno de los establecimientos más carismáticos de Santander y una visita imprescindible para todo amante de las tapas y los vinos.
Este restaurante cántabro lleva abierto desde 1912
El restaurante al que queremos invitarte en esta ocasión lo encontrarás ubicado en Santander y estratégicamente bien situado dentro de la ciudad cántabra, concretamente muy cerca de la Plaza Porticada y del Mercado del Este en la Calle del Medio, 5.
Un restaurante especializado en tapas y que se destaca por ofrecer un amplio y delicioso menú, donde los chefs se esmeran al máximo para brindar a los clientes auténticos platillos de diversas cocinas españolas, destacando especialmente en su preparación de ostras.
Una parada imprescindible para vecinos y turistas de Santander, de ahí que sea uno de los más concurridos de la capital cántabra, por lo que si quieres acercarte a conocerlo lo mejor es que no se te olvide reservar para asegurarte un sitio.
Hablamos por si aún no lo has adivinado del restaurante La Cátedra. La agradable decoración del lugar invita a prolongar la experiencia culinari, y su terraza se convierte en el espacio predilecto de muchos clientes habituales.
La Cátedra, la mejor opción para ir de vinos y tapas por Santander
La Cátedra fue inaugurado en 1912 y es el bar más antiguo de Cantabria, por lo que figura entre los establecimientos más emblemáticos de Santander. Después de una extensa renovación en julio de 2009, el lugar ha experimentado una transformación significativa convirtiéndose en un espacio perfecto para disfrutar de la cocina tradicional con un toque contemporáneo.
Lo encontrarás ubicado en la planta baja de un edificio construido en 1866, con una decoración que combina elementos tradicionales, como vigas de madera a la vista y paredes de piedra, con toques modernos utilizando materiales como hierro, acero y lámparas de diseño.
[El paraíso en Cantabria para los amantes de las croquetas está en este bonito pueblo]
El restaurante ofrece un ambiente actual y encantador, enriquecido con música ambiental que incluye jazz y Bossa nova. En cuanto a sus opciones en la carta, este bar destaca por sus deliciosas tapas, pinchos y aperitivos de elaboración propia.
Entre las opciones preferidas no faltan las clásicas sartenadas, las tostas, mollejas, tablas de quesos y embutidos, revueltos, ostras de San Vicente y una gran variedad de tapas. Todo ello, con su toque distintivo y el uso constante de ingredientes de excelente calidad.
También hay que destacar su selección de vinos de la bodega, con un enfoque especial en vinos españoles. Y es que, cuentan con más de 25 variedades, con una marcada presencia de vinos de las regiones de Ribera, Rioja y Somontano. Todo ello rematado con otras opciones de champagnes y cavas españoles de gran calidad y sabor.