Paperboy Perrito Bar, poniendo a los perritos calientes en su sitio
Paperboy Perrito Bar sirve 14 tipos de perritos calientes con ingredientes de primera y con recetas propias del cocinero Alfonso Bortone, creativos y ricos.
14 marzo, 2018 12:09Noticias relacionadas
Al César lo que es del César y a los hot dogs su hueco en la gastronomía, que ya va siendo hora. Sus compañeras de fast food, la pizza y la hamburguesa, ya subieron de categoría hace tiempo con establecimientos gourmet que desterraban el apellido compuesto ‘comida basura’ para elevarlas a la categoría de delicia gastronómica. Les costó (a quienes lo consiguieron) una ardua búsqueda de buen producto y de exprimirse la cabeza en busca de recetas innovadoras o de otras recuperadas del pasado, pero ahí están, triunfando. Ahora les toca a los perritos, porque cuando son de calidad son un espectáculo, porque mantienen este concepto de comida rápida pero con productos que son un manjar, ¿Que como hemos descubierto las bondades de los perritos? Visitando Paperboy, el Perrito Bar de Alfonso Bortone en Luchana.
Ficha y detalles de Paperboy Perrito Bar
- Paperboy es el perrito bar que el cocinero Alfonso Bortone ha montado en Madrid para poner en valor que los perritos de calidad son un bocado delicioso y que el street food sigue teniendo muchas posibilidades.
- Lo mejor: El The New York Times, porque aun siendo el que nos recuerda a los más clásicos, sorprende y anuncia que se peude arriesgar porque todo está de diez.
- Dirección: Luchana, 11. 28010, Madrid.
- Horario: Restaurante: L a X 13:00 – 17:00 y 20:00 – 23:30h. J a S 13:00 – 17:00 y 20:00 – 00h. D13:00 – 17:00h.
- Precio: 12 -15 €.
- Reservas: En el teléfono 91 649 20 86 y a través de su página de Facebook.
- Nota: 4/5
Del street food de Venezuela y Canadá a Chamberí
Hay algo que une a los viajeros y es el ansia de descubrir algo nuevo y el irremediable echar de menos algo de tu tierra. A Alfonso Bortone le pasó algo así. En su Venezuela natal comía perritos calientes en carritos callejeros (que no son propiedad exclusiva de la Gran Manzana). Después viajó a Canadá y descubrió que también se disfrutaba de esa salchicha entre panes. Y finalmente llegó a Madrid, quería cocinar aquí y para eso estuvo cuatro años conociendo nuestras costumbres. Pero como suele pasar, las ideas le pillan a uno en el momento más insospechado, y a él le pillaron paseando mientras sentía el gusanillo en el estómago y buscaba un perrito bien apetecible para calmarlo. Ni un carrito a la vista, ni un ligero olor a pan caliente y salchichas, nada en todo el centro de Madrid.
Fue entonces cuando decidió cocinar perritos calientes, pero dado que en las calles de Madrid le pusieron mil impedimentos para montar uno de esos pintorescos carritos, se dijo a sí mismo “pues monto un perrito bar y de paso lo hago a lo grande”, no queriendo así montar la pera de negocio sino dando oportunidades en cocina a los perritos. Un plato tan flexible no podía quedarse en una salchicha con pan, y ahí empezó a fraguarse lo que hoy es el perrito bar de referencia en Madrid.
El resultado es una carta divertida con 14 tipos de perritos y diferentes tipos de salchichas (todas de proveedores españoles de calidad y metidas en un pan de receta propia) salidos de la imaginación de Alfonso, con ingredientes que van de los más clásicos a los mçás insospechados, todos empleados con equilibrio y generosidad (vaya tamaño tienen). Un despliegue de sabor y creatividad que anuncia la nueva era de los perritos calientes.
Paperboy Perrito Bar a bocados
Lo de Paperboy no es gratuito, hace referencia al chico de los periódicos que madruga cada día para sacarse unos dólares repartiendo periódicos. Alfonso también se ha buscado esas castañas para tener lo que hoy ha conseguido. Y además el nombre tiene un rollo callejero que le viene al pelo.
Esa referencia a los periódicos no queda ahí. La carta tiene 14 tipos de perritos y cada uno lleva el nombre de un diario. Para más drama para los indecisos, puedes escoger la salchicha: Frankfurt o Bratwurst (de cerdo), la Chicago (de vaca), la Fricandele (de pollo) o de tofu. Y las dos primeras las puedes hacer XXL. Todas son de proveedores seleccionados en España (lo que decía de la importancia del producto), metida en un pan tipo brioche de receta propia que aguanta que no veas la cantidad de ingredientes que acompañan a la salchicha, de guacamole a repollo, chips de plátano, cremoso de cacahuetes, barbacoa casera, chili con carne… Y me quedo cortísima poniendo ejemplos. “Al final, un perrito es un pan con una salchicha, es la base y debe ser la mejor para que lo que creemos esté bueno”, dice Alfonso. Por cierto, todo casero, del inicio al fin de la carta, incluyendo la Guasacaca criolla de los Tequeños (un entrante que hay que pedir, generosos en queso y con una masa fina y sabrosa), buenísima, uno no se cansa de mojar pero solo si le gusta el guacamole y el cilantro.
Un suma y sigue: buena materia (qué salchichas más sabrosas), todo casero y ahora, la creatividad.
Me decido por un The New York Times por eso de que lleva los sabores más reconocibles (o más esperados) en un perrito. Lo pido con la salchicha Chicago (la que recomiendan en carta), de carne de vaca, menos fuerte que la de cerdo pero igualmente sabrosa. Cuando llega, me veo ante un perrito de dimensiones considerables. La salchicha no va “pintada” de salsa, va cubierta de queso Cheddar, cebolla caramelizada, bacon crujiente, cebolla frita, salsa barbacoa casera y salsa editorial, una creación suya parecida a la brava y ligeramente picante. Increíble que todo esto no tape el sabor de la salchicha, igual de increíble es que el pan resista, y vaya si resistió.
Para probar otro y cerciorarme de que efectivamente elegir es difícil, pido el Kentucky New Era., a ver qué tal el pollo. ¿Quería pollo? Pues toma dos tazas, porque a la salchicha que escojo de pollo le ponen queso Cheddar, cebolla frita, bacon crujiente, aguacate, salsa de maíz y nuggets de pollo caseros. Una bomba deliciosa. A destacar el aguacate fresco y recién cortado, le da un puntazo a la mezcla. También la salsa de maíz que más bien es un puré algo dulce y muy agradable. Y los nuggets, muy crujientes. Y que a pesar de toda esta montaña de ingredientes, de nuevo la salchicha no desaparezca en cada bocado.
Acompañando cada perrito, patatas caseras, finas y bien fritas. Puede que no te las termines, aún si vas con hambre y dispuesto a no dejar nada. Pero si es así y queda hueco para un dulce, pide la Cookie calentita, un postre ideal para golosos, pero incluso ellos acabarán compartiéndola.
En cuanto al espacio, sin pretensiones, ligero a la vista (que ya es contundente en el plato), buena música, cerveza artesana de Madrid, dinámico y fácil para ir con amigos, hasta un grupo grande y remodelar mesas al gusto. Eso sí, el espacio no es demasiado grande así que reserva si vais unos cuantos.
Lo dicho, tenemos perrito bar en Madrid, la #hotdogrevolution que propone Alfonso Bortone ya ha comenzado. Y como si estuviéramos en Nueva York, puedes ver desde ejecutivos recogiéndose la corbata sobre el hombro a la chavalería que adora la cocina rápida acudiendo a Paperboy a mancharse las manos en igualdad de condiciones. Porque qué gusto da cuando se come así de bien, sin remilgos ni medias tintas.