En la cultura asiática, el arroz frito o salteado es un plato tremendamente popular. Lo vemos en la gastronomía china (arroz frito cantonés), en la tailandesa, en la indonesia (arroz frito indonesio con sésamo) en la vietnamita, en la malaya (nasi goreng) y, por supuesto, también en la japonesa. Es algo que a España llegó gracias a ellos igual que lo hizo a Perú dando lugar a platos que se han convertido en verdaderas estrellas de su gastronomía como es el arroz chaufa. Y, a raíz de todos ellos, todos los arroces fritos que queramos como el arroz frito con pollo. Al final, estamos hablando de una receta de aprovechamiento que surge de los restos de un arroz largo ya cocido con anterioridad - y es recomendable que esté ya frío cuando hagamos un arroz frito - y de lo que haya en la nevera. 

En esta ocasión, trasladándonos a Japón, nada tiene que ver con el oyakodon - una receta de arroz sobre la que reposa un salteado de pollo, cebolla y huevo -  o con el katsudon - un arroz blanco de base con cerdo empanado por encima -, sino que este arroz se realiza como cualquier otro arroz al wok que podamos pensar. Lleva jamón cocido o asado, cebolleta china que siempre podremos sustituir por puerros finos tiernos o el verde de nuestras cebolletas, huevo y el aliño correspondiente en el que no puede faltar la salsa de soja. Si sois amantes de la cocina japonesa, este salteado de arroz es tremendamente humilde, popular como acompañamiento y nada gastronómico; algo que los japoneses podrían comer en un "menú del día".

Quizás no sea una de las recetas más puristas, pero nos acercan a la cocina más callejera y también a la de las casas. Tenemos ya publicadas muchas recetas niponas gracias a nuestro paso por Japón así que si queréis acercaros a esta gastronomía no debéis perderos el tofu frito en salsa (una receta muy popular en las tabernas japonesas, las izakaya), el tamagoyaki (la tortilla con la que se terminan muchos menús a base de sushi), el tremendamente popular sándwich de cerdo frito llamado katsu sando, la tortilla hecha en plancha con verduras y salsas (okonomiyaki), las gyozas (esas empanadillas a la plancha rellenas de infinidad de opciones) o el pollo frito con salsa de curry (chicken katsu cari). Pero si lo que queréis es dulce echadle un ojo a la tarta de queso esponjosa o a las tortitas japonesas esponjosas, ambas etéreas.

Cómo hacer arroz frito japonés

Paso 1

Lo primero será cocer el arroz, si no lo tenemos cocido con antelación. Es importante hacerlo con tiempo porque queremos que se enfríe completamente antes de usarlo para saltear. Para cocerlo sólo habrá que llevar a ebullición el doble de cantidad de agua que de arroz, con sal y una cucharadita de aceite. Cuando el agua hierva añadiremos el arroz y dejaremos cocer a fuego medio-alto durante 8 minutos y luego a fuego mínimo 6 minutos más. Tapar y reposar 5 minutos más. Luego extender sobre un recipiente para que se enfríe rápido y no se pase.

Paso 2

Trocear el jamón cocido y también la cebolleta o el puerro y reservar.

Paso 3

Batir los huevos en un cuenco y añadir sal y pimienta negra. Calentar el wok o sartén grande donde vayamos a hacer el salteado y añadir un par de cucharadas de aceite. Agregar el huevo y hacer una tortilla poco hecha, reservar.

Paso 4

Ahí mismo añadir un poco más de aceite y la parte blanca de la cebolleta, sofreír junto con el jamón hasta que ambos se doren ligeramente.

Paso 5

Incorporar el arroz y remover muy bien a fuego fuerte, salteándolo sin parar de remover con la ayuda de una espátula o espumadera. Durante un par de minutos para que el arroz se seque bien y queden partes crujientes.

Paso 6

Agregar la tortilla y romperla completamente, incorporar también la pimienta, la salsa de soja y el resto de la cebolleta verde cortada. Mezclar todo muy bien a fuego fuerte y servir enseguida.