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Probablemente cuando hablamos de cocina japonesa lo primero en lo que se piensa es en el sushi y en el sashimi, pero su gastronomía es mucho más compleja que estas elaboraciones que han llegado a España de forma masiva pero que en Japón son, realmente, para momentos excepcionales. Allí, hay muchos tipos de comida japonesa y lo que triunfan de verdad son las tabernas que ellos llaman "izakaya" donde abundan los yakitori, la tempura o los salteados y muchísimos platillos más. Y es que, en Japón, también se guisa, y ¡de qué manera!
Más o menos laboriosos, hoy vamos con un plato que tendréis listo en 20-30 minutos, casi lo que se tarda en cocer el arroz. El Oyakodon, que no es más que un arroz cocido con cosas, en este caso pollo y huevo. Nos recuerda un poco al Katsudon, ese arroz con un trozo de cerdo empanado y frito por encima y diferentes salsas. Los que hayáis tenido la suerte de visitar a Japón, habréis visto puestos de comida rápida que hacen las delicias de los trabajadores y transeúntes, y en los que es muy típico este plato o los “one bowl meal” o comida en un solo bol.
Básicamente es un arroz cocido en la base, sobre el que se vierte una especie de revuelto hecho con una mezcla de sake, soja, azúcar y caldo dashi en la que se cocina la cebolla y el pollo en trozos pequeños, añadiendo al final el huevo batido. Tiene por tanto un sabor entre salado y ligeramente dulce, que lo hace adictivo. Tanto el sake (que podéis sustituir por mirin o vinagre de arroz), como la salsa de soja y el caldo dashi los podéis encontrar en tiendas especializadas en productos asiáticos o grandes supermercados.
Hablando del caldo dashi, no es más que un caldito de copos de pescado deshidratado (katsuobushi) y algas. Casero se hará con esos copos de bonito seco y alga kombu, cociéndolos en agua durante unos pocos minutos y dejando reposar, pero se puede utilizar un sustituto llamado dashinomoto que son unos polvos instantáneos que disolveremos en agua obteniendo un resultado similar.
La clave de este plato es batir muy poco el huevo, para que la textura final quede suave y sedosa, y cocinarlo lo justo para que esté ligeramente cuajado, pero no seco, para que al verterlo sobre el arroz este absorba el líquido y aúne sabores. Para darle un extra de suavidad, lo termino, una vez ya servido en el bol el arroz y la tortilla de pollo, añadiendo encima una yema en crudo, que procurad que sea de un huevo de calidad y lo más fresco posible.
Cómo hacer arroz japonés con pollo y huevo
Ingredientes
- Agua, 2 tazas
- Arroz redondo, 1 taza
- Sal, c/s
- Contramuslos de pollo deshuesados y sin piel, 4 ud
- Cebolla blanca, 1 ud
- Mirin, 60 ml
- Salsa de soja, 30 ml
- Caldo dashi, 200 ml (o polvos de dashinomoto mezclados con agua)
- Azúcar, 2 cucharaditas
- Huevos, 4 ud
- Yemas, 4 ud
- Cebolleta china verde, 1 ud
Paso 1
Cocer el arroz
Paso 2
Preparar la salsa y cocinar el pollo y la cebolla en ella
Paso 3
Realizar el revuelto
Paso 4
Servir sobre el arroz con la yema por encima
Paso 1
En una olla, poner el agua a hervir y cuando rompa el hervor añadir el arroz. Cocer a fuego medio durante 10 minutos. Entonces, tapar y cocer al mínimo 8 minutos más.
Paso 2
Mientras tanto, mezclar en la sartén donde se vaya a hacer todo el guiso el mirin, el dashi y el azúcar y romper a hervir. Incorporar entonces la soja y también la cebolla pelada y cortada en juliana. Dejaremos el fuego alto para que vaya evaporando bien la salsa y concentrando sus sabores.
Paso 3
Cuando la cebolla esté tierna, agregaremos el pollo previamente troceado o bien en tiras o en cuadrados de bocado. Dejaremos que el pollo se cocine de igual manera en esa salsa el tiempo justo para que esté tierno.
Paso 4
Tras unos minutos de cocción, cuando el pollo ya esté bien hecho, mezclar los huevos del revuelto bien y agregarlos a la sartén, donde apenas ya quedará salsa. Remover constantemente, a fuego mínimo esta vez, para que el revuelto quede muy jugoso.
Paso 5
Servir el arroz en boles y encima el revuelto de pollo y cebolla, terminar con la cebolleta china picada y también con la yema de huevo para darle un extra de cremosidad.