En España se hacen pizzas que ganan premios, incluso las de alguna cadena con restaurantes y servicio a domicilio en muchas ciudades españolas están entre las mejores. Ahora pedir una pizza para cenar no es sinónimo de comida rápida de calidad cuestionable, sino que puede ser una experiencia gastronómica del más alto nivel. 

Pero por muy buena que sea la pizza, a la mañana siguiente el queso estará duro y la masa estará como si fuera un trozo de goma. Lo sé, muchos os la habéis desayunado así y, lo confieso, yo, alguna vez, también lo he hecho. Hay que ver el hambre que da pasar toda la noche de copas y bailoteos, que hace que esa gastronomía de fin de fiesta, la más cutre del mundo, sea la que mejor sienta en ese momento.

[Gastronomía de fin de fiesta]

Alguna vez, con el afán de que, al menos, se funda el queso, se nos puede ocurrir darle un calentón en el microondas y si, el queso se funde, pero la masa sale peor de lo que entró. 

Otras veces, el trozo de pizza revenida por el paso de las horas, acabará directamente en la basura por la pereza suprema que da encender el horno para recalentar un par de trozos de pizza; que podrían ser un entrante majo para la comida del día siguiente y acaban sumando puntos en la estadística del desperdicio alimentario.

[Esta pizza frita napolitana va a hacer que dejes de encender el horno]

Cómo recalentar una pizza en la sartén

La buena noticia es que no hay que tirar la pizza ni comérsela en un estado lamentable. Con el truco compartido por @opelouro en Instagram, solo necesitas una sartén, una tapa del tamaño de la sartén y un poco de agua para transformar un trozo de pizza fría en una pizza digna de ser disfrutada.

Se trata de seguir los siguientes pasos:

Paso 1

Ponemos al fuego una sartén que sea lo suficientemente amplia como para que quepan los trozos de pizza que queremos calentar y quede algo de espacio libre. 

Paso 2

Cuando la sartén esté caliente, ponemos los trozos de pizza y la dejamos a fuego medio hasta que veamos que se empieza a fundir el queso.

Paso 3

Cuando el queso esté blandito y empezando a fundirse, echamos un poco de agua -una media cucharada- en cada lado de la sartén teniendo cuidado de no echarla encima de la pizza. Tapamos y dejamos cocinar durante unos minutos más hasta que se evapore completamente el agua.

Paso 4

Ya tenemos lista nuestra pizza recalentada, que no estará exactamente igual que recién hecha, pero sí estará jugosa y agradable de comer.