Las famosas han tenido mucho que ver en la explosión de la popularidad de la dieta keto o cetogénica en España, pero ninguna de ellas dejaba claro que cumplir con este régimen podría ser muy peligroso para parte de la población por motivos diversos. Para los que todavía no conozcan este método que difundió Kim Kardashian como si fuera la panacea para perder peso, se trata de una serie de pautas alimenticias que se empezaron a emplear en 1920 como tratamiento anticonvulsivo para reducir las crisis epilépticas.
Consiste en una dieta baja en hidratos de carbono y alta en grasas que, tal y como ha explicado a EL ESPAÑOL la dietista y nutricionista María Carmen Japaz, se basa en que "la glucosa como fuente de energía para las células se agota rápidamente y el organismo utiliza una vía alternativa, los cuerpos cetónicos provenientes de la combustión de las grasas". En resumidas cuentas: que lo que haremos si llevamos a cabo la dieta keto es privar al cuerpo de azúcar para que consiga la energía a través de la quema de grasas y, por lo tanto, conseguir perder peso.
El aguacate, las nueces, las almendras, el pescado azul como el salmón o las aceitunas son algunos de los alimentos fetiche de la dieta keto o cetogénica. Los gurús de este régimen animan a sus seguidores a prepararase sus menús diarios en base a la combinación de este tipo de productos dejando de lado la pasta, los arroces, las harinas y los cereales; pero también otras comidas saludables como la fruta, que tendría demasiado azúcar y recomiendan, por lo tanto, raciones de menos de 200 gramos únicamente de mango, uvas o plátanos.
Quiénes no deben practicarla
Para saber quiénes no deberían practicar la dieta keto y por qué tenemos que acudir al estudio publicado en la revista Frontiers in Nutrition y comandado por la investigadora Lee Crosby, de la Universidad de Washington. Profesionales de varias facultades de Medicina de Estados Unidos y Canadá participan en esta revisión sobre los riesgos que entraña el método cetogénico, que han demostrado que provoca efectos adversos sobre todo en mujeres embarazadas y personas con enfermedad renal, aunque en líneas generales lo desaconsejan para toda la población.
Dietas cetogénicas y enfermedades crónicas: ponderando los beneficios contra los riesgos, que así se llama el artículo, afirma que la keto podría entrañar riesgos a largo plazo, incluyendo enfermedades cardíacas, oncológicas, degenerativas e incluso podría provocar diabetes en todo tipo de personas. Si, como decíamos antes, se trata de una mujer encinta, la cosa se complica todavía más: las dietas bajas en carbohidratos están relacionadas con un mayor riesgo de defectos del tubo neural del bebé aun tomando ácido fólico.
Además, las dietas cetogénicas ricas en proteínas podrían, según la misma fuente, acelerar la insuficiencia renal en personas con patologías renales. "Si bien no todas tienen una alta cantidad de proteína, las que buscan bajar de peso sí, y un alto consumo facilita la hiperfiltración, un fenómeno de aumento de flujo sanguíneo al glomérulo que se cree que conduce a daños a largo plazo en personas con enfermedades renales crónicas", advierten, añadiendo que su "carga ácida puede empeorar la acidosis metabólica".
También subraya el estudio que restringir los carbohidratos en la dieta suele vincularse a enfermedades como el cáncer, y la ingesta de grasas saturadas que normalmente aumenta con la dieta cetogénica está asociada con el riesgo de padecer Alzheimer. "Los alimentos vegetales ricos en polifenoles, como las frutas y verduras, se asocian con un menor riesgo", recuerdan. Por último, Crosby alerta que estos régimenes pueden aumentar los niveles de colesterol malo y no son más efectivos que otros para perder peso.
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