No hace tanto tiempo que la piña está al alcance de nuestro mano en cualquier supermercado. Nuestros abuelos, sin ir más lejos, tenían que optar por comerla en su versión en conserva, convirtiéndose en un postre especial y poco saludable, como el socorrido melocotón en almíbar. Por suerte, en España ya podemos encontrar esta fruta llena de virtudes en su formato fresco sin mayor complicación. Golosa y refrescante, aporta ese plus de hidratación que necesitamos en verano y tiene un sabor que gusta a casi todo el mundo. Del género Ananas comosus, una especie originaria de América del Sur, cuentan que fue uno de los obsequios que los nativos regalaron a Cristóbal Colón cuando pisó el continente.
Actualmente es el segundo cultivo tropical más extendido en el mundo por detrás del plátano y su perfil nutricional la ha convertido en todo un superalimento. La Fundación Española de Nutrición (FEN) explica que únicamente con una maduración satisfactoria en la planta se obtendrán los nutrientes óptimos de la piña, que es toda una bomba nutritiva. Con cerca del 90% de agua, contribuye a la hidratación y al tránsito intestinal, aportando también vitamina C y yodo para proteger las células del daño oxidativo y regular el funcionamiento del metabolismo, así como la función tiroidea. Destacan también sus ácidos orgánicos y la bromelina, la enzima de acción proteolítica que contribuye a digerir las proteínas de los alimentos y que también es la responsable de que nos pique ligeramente la lengua al comerla.
Con potasio y ácido fólico que potencian el crecimiento y bienestar de los músculos, también es antiinflamatoria. Por si fuera poco, estimula la producción proteica, protege el corazón y ayuda a prevenir los resfriados y a disolver la mucosidad. Además, no solamente su carne está llena de nutrientes. Investigadores de las universidades portuguesas de Lisboa, Aveiro y Minho han publicado un estudio procesando subproductos como la cáscara y el corazón, que solemos desechar, convirtiéndolos en polvo apto para el consumo que eleva sus valores de fibra, minerales y función antioxidante.
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Según la FEN, el valor nutricional por 100 gramos comestibles de piña es el siguiente: 50 calorías, 0,5 gramos de proteína, 0 gramos de colesterol, 11,5 gramos de hidratos de carbono, 1,2 gramos de fibra, 12 miligramos de calcio, 14 miligramos de magnesio, 250 miligramos de potasio y 20 miligramos de vitamina C.
¿Cuántas calorías tiene la piña?
Como hemos visto, la FEN cifra en tan solo 50 las calorías de 100 gramos de carne de piña, a lo que ha que sumarle su alto porcentaje en agua que roza el 90% y la fibra. Esta fruta es una gran aliada de las dietas de adelgazamiento porque tiene un equilibrio perfecto entre calorías, fibra insoluble y agua, ejerciendo un efecto regulador en la absorción de los azúcares y controlando así los picos de glucosa en sangre. Una buena compañera para evitar la sensación de hambre y los atracones.
Además, también está considerada como uno de los diuréticos naturales más potentes, ayudando a eliminar líquidos. Por eso, si un consumo de piña regular se combina con una alimentación saludable y ejercicio, puede contribuye a una bajada de peso. No obstante, los expertos insisten en la necesidad de desvincularla con las dietas milagro que, por otra parte, no existen. Está muy extendida una monodieta a base de esta fruta que la relega a ser protagonista de diversos "choques" para echar mano de una ración extra cuando nos hemos pasado con otros alimentos. El exceso de eliminación de líquido puede acarrerar la pérdida de minerales necesarios para nuestro organismo.
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Es importante saber cómo elegir la mejor piña del mercado cuando vayamos a comprarla, teniendo en cuenta que como apuntaba la FEN su maduración es vital para obtener todos los nutrientes. Debe tener un olor dulce y suave, nunca fuerte y fermentado, como alcohólico o avinagrado. Al tocarla no deben hundirse los dedos en su carne, porque estaría pasada. Si suelta el jugo por la base tampoco es buena señal. La perfecta se siente pesada para su tamaño, cede al tacto pero no se hunde. Un truco eficaz es tirar de una de las hojas del penacho y, si puedes arrancarla sin dificultas, está en su punto. Si se desprende sola, coge otra. Y, si no te queda más remedio que comprarla verde, déjala madurar boca abajo durante algunos días.
¿Cómo tomar piña?
El paso que seguramente nos dé más pereza a la hora de tomar piña es pelarla aunque puede ser más fácil de lo que imaginamos con estos consejos. Lo primero es colocarla en una tabla, tumbarla sujetando la base y cortar el tallo y las hojas con un cuchillo afilado. Repetiremos la operación en el lado contrario para que nos quede plana y poder ponerla en vertical con una base de apoyo. En esta posición vamos quitándole la piel en su totalidad antes de cortarla. Si no vamos a tomarla toda en el momento, lo mejor es ir cortando rodajas individuales sin extraer la cáscara y taparla siempre con un trozo de la propia fruta, guardada en la nevera, por supuesto.
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