Es una de las frutas prácticamente recién llegadas a España, pero en los últimos años se ha multiplicado en consumo por su intenso sabor y su rico perfil nutricional. El mango es el fruto de la Mangifera indica, que pertenece a la misma familia botánica que el anacardo y el pistacho y cuyo origen está ligado a la región de los Himalayas, al noroeste de India.
Se cultiva desde hace más de 4.000 años y, en nuestro país, de los 0,21 gramos por habitante que se tomaban en 2014, se ha pasado a los 0,58 gramos en 2018, los últimos datos que aportan desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja).
Una sola pieza de fruta, que ronda los 200 gramos, aporta la cantidad recomendada de vitamina C y el 60% de la vitamina A que necesita nuestro organismo, en forma de betacaroteno, siendo una de las fuentes más importantes de este nutriente.
El mango posee un porcentaje extraordinario de vitamina E, uno de los antioxidantes y protectores cardíacos más eficaces, llegando a aportar entre dos y tres gramos, el 23% de lo recomendado.
Tampoco se queda atrás su aporte de magnesio y potasio, dos minerales vitales para el buen funcionamiento del cuerpo. Suma también sustancias como el ácido tartárico y málico, que ayudan a contrarrestar el efecto de los residuos ácidos metabólicos.
El valor nutricional del mango lo convierte en una fruta que protege la piel y las mucosas contra la acción de los radicales libres gracias al betacaroteno. Además, los minerales presentes velan por la salud de huesos y músculos, previniendo desde la osteoporosis a los calambres musculares y también ayuda a mantener en equilibrio la presión arterial.
Múltiples beneficios
Con acción diurética, sus ácidos orgánicos son asimilados por el organismo y dan lugar a sales con capacidad de fluidificar y alcalinizar la sangre. Sus enzimas, con propiedades similares a la bromelina de la piña, favorecen la asimilación de macronutrientes y son en parte responsables de que sea un alimento de fácil digestión.
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El mango también es beneficioso para la estimulación de las defensas, por sus vitaminas antioxidantes y los compuestos fenólicos, que ayudan al sistema inmunitario a prevenir y luchar contra las infecciones.
Al igual que la mayoría de las frutas, su aporte de fibra es significativo y contribuye a prevenir enfermedades, como evitar el estreñimiento y bajar el colesterol. Además, un estudio de la Universidad de California publicado en Nutrients, concluye que los mangos del tipo Ataúlfo o Champagne ayudarían a las mujeres en etapa posmenopáusica a reducir sus arrugas hasta en un 23% en apenas dos meses, tomando media taza cuatro veces por semana.
Valor nutricional del mango
El valor nutricional del mango por 100 gramos de producto comestible es el siguiente: Calorías, 59 calorías; hidratos de carbono, 14,98 gramos; grasas totales, 0,38 gramos; proteínas, 0,82 gramos; vitamina C, 36,4 miligramos; calcio, 11 miligramos; magnesio, 10 miligramos; fósforo, 14 miligramos; y potasio, 168 miligramos.
Hemos visto ya que 100 gramos de fruta implican un total de 59 calorías, pero hay que tener en cuenta que esta fruta suele pesar al menos el doble en su porción comestible, por lo que estaríamos pasando de las 118 calorías al tomar uno entero.
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No obstante, se trata de un aporte calórico de calidad y de un alimento saciante, que además combina con una gran variedad de platos. Puede comerse en crudo y sin compañía, pero también es un buen aliado de ensaladas y ceviches, de carnes en su formato de salsa o también de postres variados.
La cooperativa Trops está detrás del cultivo de los mangos que se pueden comprar en Mercadona, que está vendiendo unos 40.000 kilogramos diarios. Su gerente, Enrique Colilles, explicaba a EL ESPAÑOL que es el Osteen el predilecto, pero no el único que se cultiva en España. El Tommy Atkins, el Irwin, el Kent, el Palmer y el Keitt garantizan la oferta de esta fruta desde agosto y hasta noviembre.