La investigación de alzhéimer cuenta con varias décadas de historia, pero los avances han sido todavía muy escasos. Es una de las enfermedades más investigadas en el mundo y, sin embargo, todavía se sabe poco de ella: casi todos los estudios realizados sobre ella han resultado negativos. Guillermo García Ribas, portavoz de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explicaba en este artículo de EL ESPAÑOL que los tímidos avances se debían a tres factores principalmente.
La primera, que se desconoce su primera causa; la segunda, la dificultad para observar su evolución; y la tercera, los tiempos dilatados de los estudios farmacéuticos. De momento, la vía de tratamiento que más se investiga es la de eliminar las proteínas amiloide y tau que se almacenan en el cerebro de estos pacientes. Eso sí, todavía no han aportado grandes resultados y los expertos se preguntan si el abordaje es el correcto o si las están eliminando demasiado tarde. Es decir, si los pacientes que participan en los ensayos se encuentran en una fase de la enfermedad demasiado avanzada para ser tratada.
En este sentido, un nuevo estudio podría mejorar la investigación. Un equipo de investigadores del Broad Institute of MIT and Harvard en Estados Unidos ha publicado un artículo en la revista PLOS Genetics en el que presentan un método genético para identificar pacientes con un alto riesgo de padecer alzhéimer muchos años antes de manifestar la enfermedad. Los autores del estudio explican que este método podría acelerar la investigación del alzhéimer porque sería posible observar la enfermedad desde sus inicios y comprobar si algunas estrategias son más efectivas en fases más tempranas.
Cómo se desarrolló
Para desarrollar su método, el equipo del estudio revisó más de siete millones de variantes comunes de ADN que pertenecían a una investigación anterior que contaba con decenas de miles de personas con y sin alzhéimer. Con estos datos se obtuvo un método para calcular el riesgo genético de una persona de desarrollar alzhéimer según las variantes de ADN que tenga. Después de ese paso, los científicos lo validaron añadiendo datos de más de 300.000 pacientes nuevos.
Con el objetivo de demostrar el potencial de esta investigación, los científicos aplicaron el método que crearon para determinar el riesgo de alzhéimer de 636 donantes de sangre. Tras determinar quiénes eran los pacientes de alto riesgo observaron los niveles de 3.000 proteínas de su sangre: los autores del estudio observaron que 28 pueden estar asociadas al riesgo de alzhéimer y, entre ellas, algunas no se habían estudiado nunca en cuanto a su relación con esta enfermedad. El hallazgo de estas proteínas puede servir para investigar nuevos medicamentos más efectivos.
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Ahora bien, este método cuenta con limitaciones. Los propios autores explican que este método puede no ser del todo certero en población que no es de ascendencia europea. El material genético de las personas de este origen debió ser muy predominante en la elaboración de su método. Además, el hecho de poder identificar a una persona muchos años antes como un paciente con alto riesgo de alzhéimer puede causarles ansiedad ante la falta de tratamientos en la actualidad para atajarla.
Por eso, los autores dicen que el método no es recomendable para que los médicos lo utilicen para predecir el riesgo de alzhéimer de un determinado paciente. Sin embargo, si se utiliza de la manera correcta puede servir para mejorar la investigación de esta enfermedad. Amit Khera, investigador principal del estudio, ha destacado: "Hemos desarrollado un predictor genético del alzhéimer asociado tanto con el diagnóstico clínico como con el deterioro cognitivo dependiente de la edad. Al estudiar el proteoma circulante de individuos sanos con riesgo hereditario muy alto versus bajo, nuestro equipo ha nombrado nuevos biomarcadores de enfermedades neurocognitivas".
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En nuestro país existen cerca de 800.000 personas afectadas por el alzhéimer y, según el Plan Integral de Alzhéimer y otras Demencias (2019-2023), en el año 2050 podría llegar a los dos millones casos y a los 132 millones en todo el planeta. Mientras que esta enfermedad es muy rara entre los 40 y los 65 años —sólo un 0,05% de las personas lo presentan a esta edad—, a partir de los 85 años se va haciendo más frecuente y hasta llegar a los 90, una edad en la que el 40% de las personas padecen esta enfermedad neurodegenerativa.
Aunque la cura del alzhéimer se está resistiendo a los científicos, sí que existe una cosa que podemos hacer para evitarlo y reducir su incidencia: mejorar nuestros hábitos de vida saludable. Mientras que los ejercicios mentales, como los crucigramas o los sudokus, han resultado no ser tan importantes para prevenir el daño cognitivo, los ejercicios físicos sí que han demostrado eficacia. En este artículo reciente de Neurology, los científicos observaron que quienes entrenaban o hacían deporte reducían su riesgo de padecer alguna demencia —el alzhéimer constituye el 70% de ellas— en un 35%.