El truco para alargar la vida es este alimento olvidado de la huerta mediterránea
La ingesta de polifenoles y resveratrol provenientes de frutas específicas se relacionan con una mayor longevidad en mayores de 65.
24 enero, 2022 23:15Noticias relacionadas
Hablar del resveratrol y la dieta mediterránea nos lleva inevitablemente a trata el tema del vino. Esta molécula, presente en las uvas, ha demostrado muchas cualidades beneficiosas in vitro, tantas que hasta se la ha llamado "molécula de la eterna juventud", con propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias.
Sin embargo, el efecto saludable del resveratrol que se encuentra en el vino se enfrenta a un problema, que es el del alcohol. Las continuas revisiones han desterrado el mito de que un consumo moderado puede ser saludable, a lo que se suma su baja biodisponibilidad en la copa. Habría que beber "centenares" de litros para acumular una concentración significativa, con desastrosos efectos para el organismo.
La alternativa está en tomar directamente la uva, la fruta entera, algo que no suele estar entre las prioridades del otoño-invierno en España pese a estar de temporada. Entre los beneficios de su consumo están la mejora de la salud cardiovascular y de la microbiota intestinal, gracias a la fibara alimentaria que aporta.
Ahora, un consumo de uva sumado a una mayor adherencia a la dieta mediterránea se ha asociado con una menor mortalidad en adultos de más de 65 años, según un estudio internacional que ha contado con la participación del Centro de Investigación Biomédica en Red Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) y la Universidad de Barcelona (UB).
El estudio, realizado en colaboración con el Instituto Nacional de Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, ha utilizado un índice elaborado con biomarcadores durante 20 años de seguimiento. Así, se ha demostrado que la medición de biomarcadores dietéticos en plasma y orina puede contribuir al asesoramiento en alimentación individualizado en personas mayores, recoge Europa Press.
Liderado por investigadores del grupo de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional de los Alimentos de la UB y pertenecientes al CIBERFES, ha sido publicado en BMC Medicine y tiene como base el estudio InCHIANTI, en relación a la región de la Toscana italiana, que ha seguido durante 20 años a 642 participantes (56% mujeres) de 65 años o más, con datos completos sobre biomarcadores alimentarios.
Según explica la catedrática de la UB Cristina Andrés-Lacueva, jefa de grupo del CIBERFES y participante en el estudio, "desarrollamos un índice de biomarcadores dietéticos basada en grupos de alimentos que forman parte de la dieta mediterránea, y evaluamos su asociación con la mortalidad".
Se eligieron los niveles de referencia de los siguientes biomarcadores dietéticos determinados en orina: polifenoles totales y metabolitos de resveratrol (provenientes de la ingesta de uvas) y presentes en plasma, carotenoides plasmáticos, selenio, vitamina B12, ácidos grasos y su proporción de monoinsaturados/saturados.
Las asociaciones del índice de la dieta mediterránea y un cuestionario de frecuencia de alimentos validado (FFQ) (como tercilos) con la mortalidad se evaluaron mediante un modelo predictivo.
Durante los 20 años de seguimiento, se produjeron 425 muertes (139 por enfermedades cardiovasculares y 89 por causas relacionadas con el cáncer). Una vez analizados los modelos, la puntuación de la dieta mediterránea mediante los biomarcadores se asoció inversamente con todas las causas de muerte.
Para el investigador del CIBERFES en la UB Tomás Meroño, co-primer firmante del estudio, "concluimos que una adherencia a la dieta mediterránea evaluada por un panel de biomarcadores dietéticos se asocia inversamente con la mortalidad a largo plazo en mayores, lo que respalda su uso en evaluaciones de seguimiento prolongado para monitorizar los beneficios para la salud asociados con la dieta mediterránea".