Estas legumbres, muy extendidas como alimento en Asia y el Oriente Medio, han tenido a Latinoamérica como puente para entrar en nuestra gastronomía, donde se las conoce como porotos -o frijoles- chinos. En los supermercados podemos encontarlas como 'soja verde', aunque no hay que confundirla con la 'verdadera' soja que se vende en brotes cocidos, el edamame, que es una leguminosa diferente.
Las judías mungo se prestan a toda clase de fusiones apetecibles: de recetas inspiradas en la cocina china a guisos más típicamente españoles, como se prepararían unas alubias. Como en los casos anteriores, el aporte de proteínas roza el 25% a cambio de pocas grasas, incorporando vitaminas de la gama B, C, E y K, además de fósforo, potasio, calcio, magnesio, hierro, cinc, yodo, flúor y cobre.