La fama de la carne no pasa por su mejor momento. Algunos organismos internacionales de salud, como la OMS, han recomendado limitar su consumo. El abuso de carnes rojas y procesadas se ha relacionado con el desarrollo de cánceres de intestino, páncreas y vejiga. Además, la forma de obtener la carne también ha entrado en debate. Las condiciones de los animales o la cantidad de agua que consumen, son otras razones que impulsan a muchas personas a dejar de consumir este tipo de alimentos.
Sin embargo, la carne es una fuente de proteínas y de vitamina B12. Esta última vitamina es muy importante para la salud humana y solo puede encontrarse en alimentos de origen animal. Como en todas las cosas, existen carnes mejores y peores. Lo principal que hay que saber sobre las carnes es que sus calorías dependen, sobre todo, de la cantidad de proteínas y de grasas que contienen.
Por tanto, tal y como recomienda la OMS, lo mejor para la salud de las personas y del entorno en el que viven, hay que hacer un consumo inteligente de este producto. Limitar de manera general la ingesta de carne y aumentar la de verduras y hortalizas. Además, se debe de hacer un consumo más ocasional de la carne roja: una ración a la semana. Las siguientes carnes, que son las más calóricas, son aquellas que tienen una proporción alta de grasas y, por lo tanto, deben consumirse con menos frecuencia.