Diana Morant, ministra de Ciencia y Universidades

Diana Morant parece sentirse totalmente cómoda en el Ministerio de Ciencia e Innovación. Tras dos años y medio al frente de la cartera, en la que entró sustituyendo al astronauta Pedro Duque, repite cargo en la nueva Ejecutiva de Pedro Sánchez y además incorpora la cartera de Universidades, en la que sustituye a Joan Subirats.

Currículo

Nacida en la localidad valenciana de Gandía en 1980, esta ingeniera de telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Valencia solo estuvo tres años trabajando de lo suyo antes de dar el salto a la política.

En 2011 fue elegida concejal en el Ayuntamiento de Gandía. Cuatro años después, ascendió a alcaldesa, donde se mantuvo hasta ser llamada por Sánchez. Morant ha sido una de las partidarias más leales al presidente y obtuvo su recompensa en julio 2021, cuando aterrizó en Madrid para dirigir una de las carteras más directamente convulsionadas por la pandemia.

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Porque la ciencia ha sido una de las grandes receptores de los fondos europeos Next Generation, que han permitido disparar el presupuesto del ministerio –uno de los más pequeños– hasta cerca de los 4.000 millones de euros este 2023.

En estos dos años y medio también ha vivido un momento histórico: la selección de dos astronautas españoles en el equipo de la Agencia Espacial Europea para desarrollar futuros proyectos espaciales en los próximos años. Algo con lo que seguramente haya dado una profunda envidia a su antecesor en el cargo.

Posición en la amnistía

Más allá de su labor en el cargo, Morant se ha destacado como una ferviente defensora de Pedro Sánchez a lo largo de este tiempo. Prueba de ello son sus declaraciones a favor de la amnistía a lo largo de este tiempo, aunque sin mencionar explícitamente la palabra.

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"Nosotros volveremos a coser la convivencia entre todos los territorios de España como hemos hecho en estos cinco años", proclamó a principios de octubre en un acto de los socialistas valencianos. "Digamos sí a un programa de reencuentro, frente a un programa de enfrentamiento", ha proclamado a principios de noviembre en su cuenta de X (antes Twitter).

Balance de su gestión

El gran logro de sus dos años de gestión ha sido sacar adelante la Ley de Ciencia, con la que se busca dar estabilidad al sector investigador español, aquejado de una precariedad inaudita en profesionales tan altamente cualificados: los contratos de investigación para formar parte de una plantilla estable no suelen llegar antes de los 40 años. 

Un juzgado de Gandía ha abierto diligencias por un presunto delito de prevaricación tras una denuncia de un exalcalde de la localidad por el PP. Arturo Torró, que la acusa de dejación de funciones al no frenar una okupación de un edificio en 2015, cuando era alcaldesa.

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Retos de su Ministerio

Los científicos españoles siguen viviendo con la incertidumbre de sobrevivir a base de becas que muchas veces no tienen solución de continuidad. Esto ha motivado la fuga de cerebros durante años, algo que la ley, en vigor desde hace algo más de un año, pretende solventar.

La Agencia Espacial Española con sede en Sevilla es otro de los retos pendientes de su mandato, un organismo que potencie la industria aeroespacial española. Sin embargo, transcurridos diez meses tras la designación de la capital hispalense, la ruptura entre ambas instituciones es total. El ministerio de Morant ha llegado a acusar a la alcaldía de poner en riesgo el proyecto, en un conflicto con tintes políticos que perjudica a la I+D+I española. +

Además, hereda del anterior ministro de Universidades la tarea de pilotar el curso en el que ha entrado en vigor la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), que obliga entre otras medidas a destinar el 1% del PIB a la educación superior hasta 2030.

Las cesiones de competencias a los nacionalistas, sin embargo, han llevado al Ejecutivo de la Comunidad de Madrid a anunciar que enmendarían la ley. Incluso un presidente autonómico del propio PSOE, el manchego Emiliano García-Page, han advertido que estudia su propia enmienda a la norma en caso de que suponga una desigualdad entre los centros académicos españoles.