La ciencia necesita más mujeres

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el PIB de sus 36 países formantes, los más poderosos del planeta, aumentaría un 12% si se redujera la brecha salarial que realmente existe entre hombres y mujeres. 

Esa diferencia de remuneraciones por sexos se practica en todo el planeta, pero hay lugares en los que la distancia es mucho mayor que en otros. De hecho, según el Foro Económico Mundial, los países donde menos brecha salarial hay son Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia, y también Ruanda. 

Ruanda: un caso extraordinario 

Después de muchos años, las mujeres ruandesas se han convertido en el principal motor económico, político y social del país, y por extensión, de todo el continente africano. Ellas han tomado el pulso de la sociedad poniendo todo su talento al servicio del progreso y apoyadas por una eficiente y decidida labor pública e institucional. 

Ruanda fue el primer país del mundo en cuyo Parlamento nacional hubo más mujeres que hombres, cuenta desde hace años con un potentísimo Ministerio de Género y Protección de la Familia y es líder en inclusión de la mujer en el mundo laboral y retribución económica igualitaria. Además, el número de chicas que se matriculan allí en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas está aumentando exponencialmente curso tras curso. Programas como Miss Geek, TechKobwa y WeCode están en la base de todo este sensacional avance.

Miss Geek, un proyecto que comenzó en Ruanda en 2014, pero que ahora ya, bajo la denominación de Miss Geek África, reúne a 22 países del continente, es una iniciativa destinada a niñas y mujeres de entre 13 y 25 años que resuelven problemas a través de innovaciones tecnológicas transformadas en apps. El último certamen premió el proyecto realizado por Salissou Hassane Latifa, una joven de 21 años procedente de Níger. Salissou creó una aplicación llamada “Saro”, que ayuda a los servicios de emergencia a obtener información básica de primeros auxilios antes de que el personal médico llegue a un accidente. 

Ciencia en femenino. ¿Realidad o ficción?

Resulta indudable pensar que el ámbito de la ciencia y de la tecnología es imprescindible para el progreso de cualquier sociedad. Aunque esos sectores se consolidan como futuros nichos seguros y bien remunerados de empleo, no es precisamente un lugar en el que confluya la igualdad de género, sino que en muchos ámbitos la presencia de la mujer no deja de ser mucho más que testimonial. 

Analicemos qué ocurre en España. La quinta edición de la serie “Científicas en Cifras”, publicada en 2017 bajo el auspicio del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, lo resume así: “Las cifras que esta quinta edición de la serie Científicas en Cifras pone sobre la mesa siguen estando lejos de las deseables para poder considerar que la ciencia española disfruta de una plena igualdad real en la participación de mujeres y hombres en el sistema de I+D+i. Nos muestran que todavía es muy escasa la presencia de mujeres en los cargos de gobierno de universidades y organismos públicos de investigación; que se mantiene el techo de cristal en la carrera investigadora, puesto que no subimos del 21% de mujeres en las cátedras de universidad o del 25% entre el profesorado de investigación; y que todavía encontramos brechas de género en el acceso a las ayudas a recursos humanos y proyectos de I+D+i que se financian en el marco del Plan Estatal, especialmente notables en el caso de las ayudas a proyectos”. 

También añade: “Conseguir la plena igualdad en el ámbito de la Ciencia, las Universidades y la Innovación es ante todo una cuestión de justicia social, orientada a erradicar y prevenir cualquier tipo de barrera y discriminación de género en este ámbito”.

Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación

Fruto del análisis de esta disparidad por género en el mundo de las ciencias, la investigación, el desarrollo y la innovación, se ha puesto en marcha el “Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación”, con la participación transversal de hasta nueve ministerios del Gobierno de España. En su primera reunión, el Observatorio acordó iniciar actuaciones inmediatas para conciliar la vida familiar y profesional en los centros de investigación, así como actualizar los criterios de las convocatorias para garantizar la igualdad de género en la selección, contratación y promoción de personal investigador y en la composición de los tribunales que evalúan las plazas a cubrir. 

Becas Talento Mujer de Banco Santander

A nivel privado, diferentes compañías apuestan por el favorecimiento del talento femenino en el ámbito STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) con el objetivo de acortar la evidente brecha de género que existe en nuestro país. 

Banco Santander lo hace, por ejemplo, con el Programa de Becas Talento Mujer. El objetivo de esta iniciativa es fomentar de manera activa el desarrollo del talento femenino y facilitar su incorporación al mercado laboral. El plan concede 30 ayudas económicas a mujeres para la realización de másters y postgrados de materias en el ámbito STEM. El importe de esta beca será el 75% del total del máster, con un máximo de 5.000 euros por ayuda. 

Banco Santander ha definido la igualdad de género como una de las 10 metas de banca responsable hasta 2025. Tener entre un 40 y un 60% de mujeres en el Consejo de Administración en 2021, contar con, al menos un 30% de mujeres en cargos directivos en 2025, y alcanzar la equidad salarial de género en ese mismo año son los tres objetivos que presenta el Banco en este ámbito. 

Esa igualdad de género ocupa la quinta posición en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) puestos en marcha por la ONU, tras haber sido superados los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Se trata de 17 medidas formuladas para erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medioambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial.

Banco Santander, junto con más de 125 bancos, firma los principios de Banca Responsable para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, en su compromiso por un futuro sostenible e inclusivo.

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