
Lidia Rodríguez, dueña y veterinaria del centro Animalia de Valladolid
"Me genera pérdidas y problemas con clientes": el hartazgo de una veterinaria por la nueva ley de medicamentos
Lidia Rodríguez asegura que detrás de esta normativa "hay muchos intereses económicos" y confiesa que está dispuesta a llegar "hasta el final" con tal de conseguir su derogación.
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Lidia Rodríguez es una de los tantos veterinarios que dicen verse afectados por el Real Decreto 666/2023, que entró en vigor de manera efectiva el pasado 2 de enero.
Una nueva normativa que regula la dispensación y el uso de medicamentos en las clínicas veterinarias, estableciendo restricciones en la prescripción de antibióticos para animales de compañía, entre otras medidas.
Ella es dueña y veterinaria del centro Animalia, situado en la calle Morena, 1, de Valladolid, y asegura que esta norma ha hecho que su trabajo se haya visto "bastante dificultado", al suponerla "mucha más carga", fundamentalmente, por no poder recetar un antibiótico "de primeras".
"Primero tenemos que hacer un cultivo y en función de ese cultivo, poner el tratamiento. A veces pasan días y perdemos mucho tiempo", explica en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
Del mismo modo, confiesa que también le está afectando económicamente, al igual que a sus clientes, porque todo lo que implica la ley "lo tengo que repercutir en ellos y muchos no lo aceptan".
En este sentido, revela que, al explicar la situación que viven desde enero los veterinarios en España, "hay gente que se cabrea y nos echa la culpa a nosotros".
"Y esto no puede ser", añade, porque "a mí me está suponiendo problemas con algunos clientes", pese a que reconoce que son casos puntuales y que, "en general", sí se siente "apoyada" por la gran mayoría.
En cualquier caso, confiesa que esta situación también está provocando que haya propietarios que "dejan de aplicar los tratamientos e incluso no los hacen", al saber que, "después de varios días y una vez que el verterinario puede prescribir el medicamento, tienen que ir a la farmacia a comprarlo".
Estos, además, en vez de la medicación exacta que precisa su mascota a coste de veterinario (mucho más económico), "tienen que comprar una caja entera que a lo mejor les cuesta 50 euros".
Por este motivo, tal y como aclara Lidia, hay quienes deciden no comprarlo y no tratar a sus animales "por dinero". Una situación que deriva en pérdidas económicas para el centro, teniendo en cuenta que esto también implica que ciertas personas ni siquiera acudan al veterinario al conocer lo que esto les supone.
Otros, por el contrario, "aprovechan las pastillas del tratamiento anterior y, al más mínimo problema de salud, se las suministran al animal", lo que implica, además de "no cumplir la pauta" y darle un tratamiento que a lo mejor no es el que necesita, ahorrarse visitas al veterinario. Una situación que se traduce en "más pérdidas económicas".
Del mismo modo, afirma que todo ello repercute, a su vez, en los animales, quienes asegura que con la entrada en vigor del citado Real Decreto se están viendo "gravemente perjudicados", por todo lo anterior y porque la normativa implica un retraso en el uso de ciertos medicamentos, que hace que, en ocasiones, el problema de salud que presentan "se les complique".

Lidia Rodríguez, veterinaria de Valladolid
Lidia explica que con la nueva Ley de Medicamentos "solo podemos recetar algunas cosas". En el caso de los antibióticos, "tenemos que empezar por los grupos más sencillos, el D y el C, y para poner el B o el A, que son los más restringidos, tenemos que hacer un cultivo bacteriano". El problema está en que "hay veces que no hay ese tiempo", reconoce.
A esto se suma, además, que "esta ley nos obliga a utilizar dosis, indicaciones y medicamentos según los prospectos, cuando estos están muy anticuados y hechos por farmacéuticas en base a sus estudios, que son bastante limitados".
"Hay actualizaciones científicas que nos dicen que lo mejor es utilizar los medicamentos de otras maneras, pero si lo hacemos así, estaríamos incumpliendo la ley y, por lo tanto, si hay cualquier contratiempo o reclamación, la culpa sería nuestra", explica.
Y es que, infringir la normativa puede acarrearle "sanciones altísimas". Ahora bien, aunque a ella, por el momento, no se le ha dado el caso, tiene claro que si esta medida puede llegar a afectar gravemente a la salud de una de las mascotas que acuden a su clínica, va a priorizar su salud en todo momento. "Yo siempre voy a pensar primero en el paciente", asegura.
Ella, particularmente, sí es de las que piensa que "no se puede tratar al tuntún y que hay que hacer un seguimiento". También que el uso continuado de antibióticos puede llegar a crear resistencia. Incluso está de acuerdo en que "hay que controlarlo, pero no sé si esta es la manera ideal", expresa.
"Porque están evitando que los veterinarios hagamos un control y obligando a los pacientes a comprar cajas enormes de medicación y en la farmacia. Es mucha burocracia, mucho registrar y al final hacen que la gente tenga más acceso a los antibióticos al venderse más cantidad. No tiene mucho sentido", critica.
Así, recalca que "nosotros lo que queremos es que haya un buen uso de los antibióticos, porque somos los primeros a los que nos interesa que estos sigan funcionando". "Nunca hemos hecho una práctica abusiva", afirma con rotundidad.
Por todo ello, están tratando de "hacer presión", fundamentalmente, para que en determinados casos las Administraciones les permitan prescribir antibióticos sin necesidad de "tantos trámites".
A estas les pide que "eliminen este Real Decreto y nos dejen trabajar y cuidar de los pacientes". Porque, a su juicio, "han hecho una ley sin pensar en la práctica diaria y en la que hay muchos intereses económicos detrás".
"Nos prohíben ceder tratamientos cuando en toda Europa es el veterinario el que se encarga de gestionar las medicaciones. Y creo que nosotros somos los que mejor sabemos cuántas pastillas necesita un animal", sentencia.
Así, la veterinaria, respaldada por decenas de compañeros, amenaza con "más movilizaciones y una huega general", auque esto les obligue a cerrar sus clínicas, con sus consiguientes pérdidas económicas.
Aprovecha la ocasión para hacer un llamamiento a los dueños de las mascotas para que se sumen a la causa, al considerar que "esto también es un problema para ellos y necesitamos más gente, más apoyo y que nos den visibilidad".
"También queremos que los propietarios sepan que cuando les decimos que no podemos recetar medicamentos más baratos es por culpa de este Real Decreto", añade.
Y es que, si algo tiene claro, es que va a llegar "hasta el final, hasta que nos dejen trabajar correctamente y deroguen este Real Decreto".