El Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez ha logrado introducir la ideología en todo, también en la educación, donde debería imperar la enseñanza y la libertad de pensamiento, pero la Ley Celaá dinamita todos estos propósitos, ya que es la imposición del programa socialista en el currículo de los estudiantes españoles, y no se equivoquen, la idea es que los españoles pensemos que el PSOE está por encima de otras maneras de pensar. El mismo temario así lo refleja sin cortarse lo más mínimo. Es descarado.
Pero no solo se trata de un adoctrinamiento desmesurado hacia los alumnos, también busca influir en los maestros de los centros educativos españoles. En Cataluña, llevamos tiempo algunos denunciando precisamente el adoctrinamiento separatista que recoge en el temario escolar mentiras como por ejemplo que el ex presidente de la Generalidad, Lluís Companys, fue un héroe en la Segunda República, en lugar de explicar que fue un golpista contra la República y después un genocida en mayúsculas, culpable del asesinato de miles de catalanes.
Es evidente, que si se analiza con determinación y cautela la educación española, se observa que se está manipulando la historia de España, se reprime al español y se aprueba a los alumnos con un número significativo de suspensos, provocando que las nuevas generaciones desconozcan verdades completas y más incultura. Así que si se refieren a España como un sistema defectuoso en varios informes, no se extrañen, porque como sigamos así, llegaremos a ser un Estado fallido. Llevamos buen paso sin duda. Recuerden una cosa muy básica: sin conocimiento no hay progreso en una sociedad. Aún estamos a tiempo de revertir está terrible situación.