A Xavier Sardà no le hace mucha gracia tener que esperar en una de las salas contiguas al plató de TardeAR para volver a participar, y es que desde hace unas semanas, el programa que lidera Ana Rosa Quintana en Telecinco ha reorganizado sus contenidos para mejorar sus datos de audiencia, de forma que la actualidad está presente al principio y al final. 

El colaborador ya había soltado algún que otro tirito en las últimas fechas, pero este martes, 2 de diciembre, se produjo un momento de cierta tensión cuando su paciencia se acabó. Ocurrió en los instantes finales, después de que el formato conectara con un pueblo de Córdoba en el que su alcalde se vio obligado a dar él mismo las campanadas con dos platillos porque el reloj del ayuntamiento se estropeó.

"¿No te ha gustado, Sardà?", preguntó Beatriz Archidona, la encargada de presentar el programa cuando Ana Rosa no está. El tertuliano respondió con un comentario lleno de sorna: "Ha valido la pena esperar tres horas desde la mesa anterior". "Aunque no lo parezca, estoy animado por dentro", añadió el que fuera presentador de Crónicas Marcianas, mientras se escuchaban risas en plató.

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Lo que ocurrió fue, que Archidona en un tono mitad de camino entre la broma y la regañina, no se cortó en decirle a su compañero lo siguiente: "Sardà, te voy a decir una cosa. Cuando esté Ana Rosa, que vuelve la semana que viene, todas estas quejas se las trasladas, porque sólo te quejas cuando estoy yo".

La presentadora contó que para hacer más amena la espera hasta que regresan al estudio, el equipo de producción del infoshow de Unicorn prepara un catering a los invitados. "Jamoncito, queso, tortilla, estás con Marina [Rivers]...". "¿Pero tú crees que yo me he quejado?", preguntó un irónico Sardà que reculó para rebajar el tono al ver que Archidona se había molestado. "¡Si estoy bastante pletórico!".

Al final, la presentadora se limitó a seguir la escaleta del día dando paso a otro asunto. "Pletórico te vas a poner con el siguiente tema porque, es verdad, que en una época, sobre todo en los noventa, las mujeres se ponían los pechos muy grandes, como Pamela Anderson. Ahora, la moda es a la inversa: quitarse esos pequeños tan grandes y quedarse con una cosita un poquito más natural".