Entre la vorágine de hechos relevantes vividos en el mundo festero durante las dos últimas semanas y, en especial, relativos a les Fogueres, ha pasado bastante inadvertida la publicación de la distribución por categorías de las 89 obras que se plantarán en Alicante la noche del 20 de junio. Excluyamos de ella la oficial, que un año más confecciona Pedro Espadero, e intentemos extraer algunos detalles de la misma en su vertiente adulta.
Partiendo de unas características bastante similares a las de hace un año, de entrada, hay que valorar que estos baremos se han elevado notablemente. Esperemos que dicho salto, apoyado por el crecimiento en las subvenciones municipales, sortee la elevación de costes de materiales y laborales marcada en los últimos tiempos, y la monumentalidad no se vea resentida.
En cualquier caso, y tomando como referencia la distribución del pasado junio, se observa un tímido, pero estimulante ascenso de participación en las categorías de mitad de tabla arriba y, por el contrario, un descenso en su vertiente inferior. Se estabilizan las dos principales categorías -sumamos una especial y se resta otra en primera- mientras que la segunda asciende a nueve participantes -dos más que en 2022- mientras que tercera mantiene once obras a concurso.
Cuarta aumenta a 16 hogueras -dos más que el pasado junio-. Sin embargo, quinta se reduce a 10 participantes -sobre las 12 de 2022- y, lo que más revelador, la suma de las dos divisiones de la sexta categoría -una dualidad que habría que diluir con ingenio- retrocede a 26 hogueras -cifras similares a 2018-. Es cierto que entre quinta y sexta suman 36 comisiones, pero frente a las 40 del pasado año, algo positivo se está manifestando.
Al margen de este ligero auge, hay que consignar que de las 90 hogueras adultas de 2023 -incluyamos la oficial- 39 de ellas se realizan en talleres alicantinos, mientras que las 51 restantes, son ejecutadas por profesionales del resto de la Comunidad Valenciana.
Estamos hablando de cerca de un 45%. Un porcentaje diluido al contemplar como pocas de las obras de las principales secciones proceden de autores locales. Solo una de especial y primera y otras dos de segunda, se incorporan entre las 26 participantes en las tres categorías más poderosas. No hay evolución en este sentido con respecto a años precedentes, en una tendencia que en las hogueras infantiles se encuentra algo más equilibrada, aunque sin alcanzar tampoco la mitad del censo de estas pequeñas creaciones efímeras.
Retomando el ámbito de las hogueras adultas, hay motivos de esperanza. La ofrece el debut de tres autores locales. El primero de ellos, Roberto Climent, ya fogueado en las últimas fallas de Elda y el pasado marzo en la localidad castellonense de Vall de Uxó, es el artífice de los encargos para Obra Social del Hogar, La Marina y Barri Sant Agustí. Por su parte, Rocío Torreblanca será la segunda mujer artista en activo, probando sus armas en Barrio Obrero tras haber formado parte en marzo en el equipo ‘J de Juanes’ de notable éxito en Valencia. Completa esta terna Mario N. Núñez, quien asume las hogueras de Pla-Metal y Bulevar del Pla-Garbinet. Brotes verdes para el gremio alicantino, en una edición festera que se presenta a menos de cincuenta días ¡Están ahí ya!