El pasado viernes, dos años y medio después de las elecciones municipales de 2019, Podemos Alicante propuso "un primer encuentro botánico alicantino a las direcciones locales de Compromís y PSPV-PSOE para coordinar y acordar cuestiones como la táctica para tumbar la ordenanza contra la mendicidad o las cuentas de Barcala", el alcalde popular de Alicante que gobierna junto a Cs.
Un anuncio como ese no ha pasado inadvertido en los mentideros políticos de la ciudad que lo han acogido con una mezcla de escepticismo e hilaridad. ¿Qué han estado haciendo los partidos de la izquierda alicantina (PSOE-Compromís-Podemos) durante todo este tiempo? Cada cual, que valore su trabajo de dos años y medio.
Lo que más curioso me resulta es que se hable de la ordenanza de "mendicidad" como el gran problema de la ciudad. Si ese es el gran problema de Alicante me aventuro a augurar que poco tienen que hacer u ofrecer los "botanicos" a los ciudadanos de Alicante. Me apropio de una de las frases utilizada en otro contexto de mi amigo y compañero Francisco González, gerente del Consorcio de Alacantí TV: "no se habla de otra cosa en los bares".
Empezando porque que no se trata de la "ordenanza de mendicidad", sino de "la ordenanza reguladora de Convivencia Cívica", no creo que nadie con sentido común pueda estar en contra de "preservar los espacios públicos, fomentar una mejor convivencia entre sus ciudadanos y un mayor civismo, así como actuar contra las actividades de explotación sexual y la mendicidad ilegal y coactiva", su objetivo prioritario.
¿O es que queremos una ciudad turística cuyas calles principales estén llenas de mendigos pidiendo, vendiendo sin licencia o practicando la prostitución? ¿Se han dado una vuelta por Alfonso el El Sabio? ¿Han podido sacar dinero de algunos cajeros sorteando vagabundos y meados? No he visto ni a Sanguino, ni a Bellido ni a López hablar de esto que moneda común todos los días en una de las arterias principales de la ciudad.
¿Les agrada que las principales zonas de aparcamientos se llenen de "gorrillas" que imponen "la voluntad" bajo la extorsión de dañarte la carrocería del vehículo? ¿A quién benefician estas actividades? ¿Quiere la izquierda alicantina dar cobertura legal a las mafias?
Ya está bien de tanto buenismo irresponsable. A todos nos agradan los músicos que espontáneamente animan las calles. Por cierto, esto es más común en otras urbes con peor clima que en Alicante, por algo será. Pero no creo que ni a Sanguino, Bellido o López les guste mucho pasear por una ciudad permisiva con actividades incívicas o ilegales. Si es así, que lo digan claramente, a ver cuántos apoyos suscitan.
Con este tipo de argumentos de la izquierda da la impresión de que las políticas del Gobierno municipal de Alicante de Luis Barcala se parecen más a una dictadura caribeña que a las de un ejecutivo plenamente liberal, social y moderno. Bueno, lo de "caribeña" se ha quedado un poco trasnochado (boomer, que se diría ahora), porque las únicas dictaduras caribeñas que quedan son de corte comunista, más cercanas a socialistas, nacionalistas y podemitas que a otra cosa.
Pero los datos lo desmienten: ¿saben que Alicante gasta 23,5 millones de euros anuales en políticas de inclusión social? Y es que no se trata de esconder a los que peor lo están pasando, sino de ofrecerles una oportunidad para dejar de ejercer actividades ilegales.
Por cierto, ¿saben que la música en directo en los bares de la ciudad es una actividad alegal porque la normativa autonómica no ha desarrollado sus decretos? La izquierda (que Gobierna en la Generalitat) se preocupa por los mendigos pero no por regular convenientemente actividades lícitas que darían un plus cultural al ocio de la ciudad. Podrían hablar con sus compañeros de partido en Valencia y ofrecer algo constructivo. Es sólo una sugerencia.