Hernando durante el partido ante el Ibiza.

Hernando durante el partido ante el Ibiza. Hércules CF

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Hernando, el héroe inesperado del Hércules: "Sabía que mi oportunidad iba a llegar"

El portero jerezano sintió un poco de "miedo" cuando conoció minutos antes del partido la lesión de Abad, al que elogia como persona y compañero.

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Pablo Verdú
Alicante
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La victoria ante el Ibiza, más allá del buen tono coral del Hércules, dejó varios nombres propios. Uno de ellos fue el de Hernando Almodóvar (Jerez de la Frontera, 2003), el eterno suplente de Carlos Abad.

El portero andaluz tuvo que relevar contrarreloj a su compañero, lesionado en el calentamiento, en un partido crucial y ante el mejor ataque de la categoría. A pesar de recibir dos goles, Hernando fue determinante para la victoria. "Desde que llegué a Alicante he entrenado cada día para estar preparado si llegaba un momento así", afirma.

Pregunta: Después de lo que pasó el domingo, ¿cómo está viviendo esta semana?

Respuesta: Bien. Después de seis meses sin jugar te sientes vivo y futbolista. Esto es el fútbol, que un día eres suplente y al siguiente te puede cambiar la vida. Aunque lo que es mi día a día no ha cambiado nada.

P.– ¿Cómo vivió ese momento en el que se decide que Abad no puede jugar y que será usted el titular?

R.– Me hubiera gustado enterarme la noche antes, por aquello de estar algo más mentalizado, pero fue tras el calentamiento. Carlos está a un nivel espectacular, pero yo llevaba tiempo preparándome. Siempre puede llegar una lesión o una expulsión. Me tocó hacer un calentamiento rápido. Había visualizado muchas veces qué podía pasar y cómo podría actuar.

P.– ¿Cuál fue su primera reacción?

R.– Pues un poco de miedo, pero es algo normal. Llevaba tiempo sin jugar. Tras esos minutos de cierto miedo, lo siguiente fue centrarme en disfrutar. Una vez salí al campo ya estaba relajado.

P.– Abad no se lesiona casi nunca y su rendimiento es de notable alto siempre. ¿Cómo se lleva ser suplente de alguien tan fiable sin caer en la desesperación?

R.– Carlos es igual de fabuloso como persona que como profesional. Mi relación con él es espectacular. Su nivel es increíble y nos ha salvado en muchos partidos. Mi motivación es estar junto a él y saber que el día que llegue la oportunidad tengo que responder. Sabía que mi oportunidad en el Hércules iba a llegar cualquier día.

P.– ¿Quedó contento de su actuación?

R.– Lo dejé todo en el campo. Estoy orgulloso del partido que hice, pero sobre todo de la victoria.

P.– Y eso que en la primera llegada del Ibiza… gol.

R.– Era algo que podía pasar. Ellos tienen mucho talento ofensivo y son muy buenos.

P.– Y además por ahí estaba Bebé con su cañón amenazando permanentemente. ¿Lo tenía estudiado?

R.– Todos tenemos información de los jugadores rivales y de su capacidad de golpeo. Sabíamos que iba a buscar la portería desde cualquier sitio más que nunca, por lo que estábamos alerta. Ellos también nos estudian y sabían que yo estaba tiempo sin jugar. Iba a intentar probarme.

P.– Casi le sorprende en la segunda parte.

R.– Sí, pero pude tocar la pelota. Luego escuché el ruido del larguero y me quedé más tranquilo.

P.– Usted es muy joven, pero demostró un enorme dominio del oficio en los últimos minutos, en los que logró enfriar el partido tirando del manual canchero.

R.– Esas cosas se aprenden y también te las da el partido. El rival apretó en busca del gol y nosotros ya estábamos cansados. Era importante que pasaran pocas cosas en esos minutos.

P.– La afición vivió ese descuento con angustia por culpa de los precedentes. ¿Hay psicosis en el equipo en los finales de partido?

R.– No. Se pasa peor fuera que dentro. Lo digo por experiencia, aunque es verdad que cuando vas ganando parece que el reloj sea de arena.

P.– ¿Qué le dijo Carlos Abad tras el partido?

R.– Él y Albert, el preparador de porteros, fueron los primeros en venir a abrazarme y felicitarme. Estoy muy agradecido a ellos porque creo que hemos formado una pequeña familia en la portería dentro de la familia que es el vestuario.

P.– La victoria ante el Ibiza ha desatado el estado de ilusión en la hinchada herculana, que sueña con otro ascenso. ¿Tienen motivos para creer?

R.– La afición nos lleva en volandas. Es una locura lo que se vive aquí. Ellos pueden ilusionarse, pero nosotros tenemos la mente puesta en Antequera. Y después, en el Mérida. Y así hasta el día del Sanluqueño. Paso a paso.

P.– Todo apunta a que será titular en Antequera. ¿Cambia algo su preparación o mentalidad durante esta semana?

R.– No cambia nada. Trabajar como siempre, dar la vida en cada entreno y esperar al domingo a ver qué decide el míster.

P.– Usted ya sabe lo que es jugar con el filial del Cádiz en Antequera. ¿Qué le espera allí al Hércules?

R.– El equipo ha cambiado y será un partido bastante diferente a aquella última vez. Ellos también se juegan mucho y va a ser un partido exigente y bonito. Además, tienen un grandísimo entrenador al que le gusta jugar al fútbol y sacar el balón desde atrás. El Antequera es un equipo complicado, pero el Hércules también lo es.

P.– Todos los porteros suelen tener un referente bien definido. ¿Qué guardameta fue o es su espejo?

R.– Ter Stegen. Por todo, por sus reflejos, su liderazgo y su juego con los pies. Ese equilibrio que le da al equipo cuando le pasan el balón es fabuloso y mete miedo a los rivales.

P.– Dígame un secreto. ¿Hacen cábalas en el vestuario sobre la promoción de ascenso?

R.– La verdad es que no hacemos cálculos sobre eso. Vivimos el día a día, aunque nadie se lo crea. Primero Antequera. Y si ganamos, a por el Mérida. Y cuando ganemos al Mérida, a por el siguiente. Lo de siempre: ganar, ganar y ganar.