'Salve María', el 'thriller' psicológico de Mar Coll: cuando el instinto maternal se convierte en asesino
- En su tercer largometraje, la cineasta catalana adapta la novela 'Las madres no', sobre una madre primeriza que se obsesiona con un caso de infanticidio.
- Más información: Laura Alcoba disecciona 'A través del bosque', el libro sobre la madre que ahogó a sus dos bebés en una bañera
"Se dice caprichosamente que las mujeres 'tienen enfermedades en el vientre' y es verdad que encierran dentro de sí un elemento hostil: la especie, que las roe", escribió Simone de Beauvoir en El segundo sexo (1949). A la protagonista de Salve María, filme de la cineasta catalana Mar Coll, le corroe el llanto de su hijo, el latido de su corazón, su cuerpo frágil y vulnerable.
Tanto, que no le mira, no le habla. Para María (Laura Weissmahr, galardonada con el premio a la Mejor Actriz en la Seminci) Erik es un extraño ser que le succiona dolorosamente el pecho y al que fantasea con asesinar una y otra vez. Obsesionada con el caso de una mujer que ahogó a sus dos hijos en la bañera, María desarrolla una fobia de impulsión—algo común durante el postparto—hacia su bebé recién nacido.
En su tercer largometraje, Coll ha adaptado libremente el libro Las madres no de Katixa Agirre, que recoge a modo de thriller, crónica y ensayo la fascinación macabra de una madre primeriza sobre un infanticidio, consiguiendo trasladar esa pulsión magnética y terrorífica a la pantalla.
Sin duda, la maternidad es un tema recurrente tanto en la literatura —desde La historia de los vertebrados (Mar Garcia Puig, 2023) a Las abandonadoras (Begoña Gómez Urzaiz, 2022)— como en la cinematografía patria reciente, con Mamífera (2004) y Cinco lobitos (2022) como últimas incorporaciones. Esta mirada interrogante hacia la maternidad ha sacado a relucir de nuevo la figura de las "malas madres", esas de las que se atrevieron a hablar hace décadas Doris Lessing o Sylvia Plath.
La protagonista de Salve María, agotada tanto física como mentalmente, es casi incapaz de verbalizar el arrepentimiento y la culpa que siente por ver cómo su instinto maternal se convierte en asesino. Lo canaliza a través de la escritura, a la que se dedica profesionalmente y a la que se aferra como vía de escape para su baja laboral forzosa a la que se enfrenta sola, ya que su pareja (Oriol Pla, muy cómodo en el papel de "padrazo" ejemplar) decide postergar su permiso de paternidad.
María, que acude a todas las actividades de mamás novatas para crear un mayor vínculo con su hijo, ve rápidamente que no es como el resto. A excepción de Ana (Giannina Fruttero), una extraña mujer que asegura ser fan de sus libros y le persigue por Barcelona como un fantasma. "¿Tú no te preguntas cómo los contenedores no aparecen todos los días llenos de bebés?", le espeta en una ocasión, como si fuese su propio reflejo, como si tuviese acceso a sus más oscuros e íntimos pensamientos.
Coll filma una puesta en escena perturbadora desde el primer minuto, utilizando con astucia la simbología habitualmente asociada al mal: el cuervo negro, que se cuela en su casa y en su cabeza repetidamente, o la cabra satánica, encarnada por esa infanticida que parece haberse apoderado del cuerpo de María, a la que Weissmahr da vida como una suerte de Mia Farrow extenuada en La semilla del diablo (1968).
La directora, Goya a Mejor dirección novel por Tres días con la familia (2009), rompe con los esquemas naturalistas empleados también en Todos queremos lo mejor para ella (2013), en un filme que oscila entre el thriller hitchcockiano —con una persecución a una misteriosa mujer pelirroja de abrigo verde al puro estilo Vértigo —y el bodyhorror — de la escuela de Julia Ducournau (Titane) y Coralie Fargeat (La sustancia) con una pesadilla en forma de cesárea abierta.
Recuerda en ocasiones también a Nina (Andrea Jaurrieta, 2024), y no solo porque ambas comparten una cautivadora BSO de Zeltia Montes (primera mujer en ganar un Goya a Mejor música original por El buen patrón), sino porque ambas protagonistas están sedientas de venganza y de respuestas.
Reducir Salve María a ser una película sobre la maternidad no sería del todo justo. No solo se acerca al todavía polémico arrepentimiento postparto, sino también a esos recovecos monstruosos (y humanos) a los que preferimos no mirar, convirtiéndose en una atrevida película de género.
Salve María
Dirección y guion: Mar Coll, Valentina Viso. Novela: Katixa Agirre
Intérpretes: Laura Weissmahr, Oriol Pla, Giannina Fruttero.
Año: 2024.
Estreno: 31 de octubre.