Algunos supervivientes presentaban párpados oscuros y orinaban negro como consecuencia del accidente.

Algunos supervivientes presentaban párpados oscuros y orinaban negro como consecuencia del accidente.

Salud

De la orina negra a los ojos de mapache: las tres dudas médicas tras 'La sociedad de la nieve' de J.A. Bayona

La película ha recreado tan bien las consecuencias del accidente de Los Andes que algunos profesionales sanitarios no han dudado en valorarlo.

12 enero, 2024 02:39

En el séptimo arte, a diferencia de en la literatura, existe el riesgo de no ser fiel a la realidad cuando se narra una historia basada en hechos reales. Éste era el reto al que se enfrentaba Juan Antonio Bayona ante La sociedad de la nieve, la obra de Pablo Vierci que recoge el desastre del avión de la Fuerza Aérea Uruguaya y a la que el director de cine debía ponerle imagen.

Más allá de la comparativa con ¡Viven! (el otro filme que cuenta el trágico accidente de Los Andes), lo cierto es que La sociedad de la nieve ha recibido buenas críticas desde el ámbito sanitario.

Una de las más comentadas ha sido la que ha realizado el estudiante de Medicina de la Universidad de Sevilla, Daniel Palma, quien ha ensalzado "el buen trabajo de investigación" que se ha llevado a cabo para caracterizar a los personajes de la manera más exacta posible.

Y es que el desafío de la caracterización no era para menos, teniendo en cuenta las condiciones por las que tuvieron que pasar los supervivientes del accidente aéreo: desde la deshidratación hasta las gélidas temperaturas de la cordillera andina. En escena, esta situación extrema se traduce en personajes con párpados oscuros, orina negra o heridas en la espalda. ¿Hay una respuesta científica a estos detalles o se trata de una licencia de Bayona para darle más dramatismo a la película?

El despertar del coma

Una de las primeras escenas que se narra en la película, y que también ocurrió en la vida real, es cuando los supervivientes salvan la vida a Nando Parrado. Creyendo que el exjugador de rugby estaba muerto, sus compañeros de equipo deciden colocar su cabeza sobre el hielo. "La técnica de aplicar frío sirve para que el aporte de sangre se reduzca y baje la inflamación", explica Patricia Guillem, catedrática en Medicina Preventiva de la Universidad Europea de Valencia, a EL ESPAÑOL.

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Ahora bien, en un traumatismo craneoencefálico (TCE), su eficacia es más limitada: "El hielo no penetra profundamente en el cráneo, pero puede ofrecer un alivio temporal", apunta el director médico del Hospital Universitario HM Torrelodones, Carlos Mascías. Parrado fue, eso sí, el único que sobrevivió de su fila, ya que tanto su madre como su hermana y su mejor amigo fallecieron tras el impacto.

Parrado estuvo en coma durante tres días. Aunque el TCE no siempre es sinónimo de un estado profundo de inconsciencia. Como apunta la doctora Ana Belén Luengo, coordinadora de Urgencias del Hospital Vithas Sevilla, dependerá de la intensidad del traumatismo y de la región del cerebro afectada. "El coma sigue siendo algo bastante desconocido", asegura Luengo, "es decir, no sabemos exactamente qué síntomas va a presentar el paciente una vez que se despierta".

El 'signo del mapache' es común después de fracturas en la base del cráneo.

El 'signo del mapache' es común después de fracturas en la base del cráneo.

En el caso de Parrado, una de las marcas que deja el coma son los párpados oscuros. "Es común después de fracturas en la base del cráneo", indica Mascías. Este signo, que se conoce coloquialmente como 'ojos de mapache', se asocia con una equimosis periorbitaria, que se produce cuando la sangre de la fractura se filtra hacia los tejidos blandos alrededor de los ojos, creando un aspecto similar al del mamífero.

"Quedar en coma por tres días puede incluir problemas de memoria, dificultades cognitivas, cambios en la personalidad o capacidades motoras", enumera Mascías, "y en casos graves, puede llevar a un daño cerebral permanente o la muerte". Las secuelas de una fractura de este tipo puede llegar a desaparecer con el tiempo. De hecho, un TAC que se le realizó en 2006 a Parrado, cuando éste tenía 53 años, no reveló ninguna lesión cerebral importante, como señala este estudio publicado en The Lancet acerca de su caso.

Por qué orinan negro

Otra de las escenas más estremecedoras de la película es cuando algunos de los protagonistas orinan negro. "Puede ser un signo de mioglobinuria, una condición donde la mioglobina, una proteína de los músculos, se filtra en la orina", baraja Mascías.

La liberación de esta molécula puede deberse a la rotura muscular que se produce tras un traumatismo. Aunque también es posible que influyeran las condiciones en las que se encontraban: "Los supervivientes no bebían la suficiente cantidad de agua al día, por lo que su riñón no era capaz de diluir todas las toxinas del cuerpo y por ello la orina estaba más concentrada, más oscura", explica Luengo.

Una escena a la que también se ha referido Palma en su publicación de X (antes Twitter) es aquella en la que se ve a Roberto Canessa y Gustavo Zerbino con heridas en la espalda. Como explica Mascías, las úlceras por presión, también conocidas como escaras, son lesiones en la piel causadas por una presión prolongada. Por ello es común que se produzcan en pacientes que están inmovilizados o encamados durante largos períodos de tiempo. Para prevenirlas, lo ideal es modificar el punto de apoyo.

Más allá del retoque

La tan cuidada caracterización no sólo es mérito del equipo de maquillaje o el de efectos visuales (VFX), sino que los actores también se comprometieron para que el aspecto físico fuera el más fidedigno posible. Como confiesa J.A. Bayona, los intérpretes siguieron una dieta específica que elaboraron los nutricionistas Antonio Escribano padre e hijo, quienes también habían trabajado en la película Gordos.

Los actores también han contado que para conseguir el aspecto físico que se le pedía acudían por las noches al gimnasio que tenían en Sierra Nevada, donde se han rodado algunas de las escenas de La sociedad de la nieve.

Con todo, los especialistas consultados por este periódico coinciden en que ver esta película es un ejercicio ocioso a la par que formativo: "Como médico, valoro enormemente cuando las producciones cinematográficas se esfuerzan por incluir detalles médicos precisos y realistas. No sólo enriquece la experiencia del espectador, sino que también educa en aspectos importantes de la medicina de emergencia", sentencia Mascías.