Si estás leyendo esto significa que te la has jugado tratando de limpiar el parabrisas con un producto no destinado para ello. O simplemente el agua de lluvia te ha jugado una mala pasada. La razón por la que aparecen es más simple de lo que crees: como el agua tiene un alto contenido en minerales como el calcio y el magnesio, cuando se evapora deja atrás los restos de estas sustancias, creando manchas blancas en la superficie.
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Cuando tenemos estas marcas de agua dura en las lunas, los cristales o los espejos retrovisores, tenemos que encargarnos de limpiarlas lo antes posible. Si dejamos que se asienten sobre las superficies, cuanto más tiempo pase más difícil será deshacernos de ellas.
E incluso puede ser peligroso hacerlo. Las manchas no pueden dificultar la visibilidad a través del parabrisas. Y es responsabilidad del conductor procurarlo así. La multa por circular con las lunas muy sucias asciende a los 80 euros. Por eso, desde EL ESPAÑOL te enseñamos los productos caseros que puede ayudarte a eliminarlas.
Tipos de manchas blancas
Lo cierto es que estas manchas blancas no siempre son el resultado de una falta de cuidado de los cristales. Hay muchas otras razones por las que nuestras lunas pueden sufrirlas. En su página web, la empresa de servicios para vehículos Way diferencia tres tipos de manchas en las lunas:
- Manchas normales por agua dura: las manchas normales de agua dura se originan por el residuo mineral que permanece sobre el cristal. Y puede proceder de cualquier tipo de líquido acuoso que penetra su superficie: desde el agua de lluvia hasta el de ciertos servicios de lavado de coches, pasando por el agua de los aspersores. Puede degenerar en una mancha de agua permanente que no desaparecerá sin un tratamiento exhaustivo.
- Manchas persistentes con motivos grabados: los depósitos minerales normales no suelen adherirse a las lunas por sí solos. No obstante, si permanecen expuestos al calor del sol durante un tiempo determinado, pueden infiltrarse creando charcos o pequeñas piscinas de agua en los cristales.
Para evitar pasar por la engorrosa tarea de eliminarlas, cada vez que lavemos nuestro vehículo conviene secarlo en lugar de dejarlo a merced del calor de las condiciones meteorológicas.
- Manchas minerales: cuando la lluvia contiene sustancias ácidas o corrosivas, se puede terminar adhiriendo a los cristales o a la carrocería del vehículo.
Los minerales pueden corroer el cristal con el tiempo, haciéndolo frágil y propenso a romperse o simplemente dándole un mal aspecto.
1. Vinagre y agua
El ácido puede ayudar a romper las uniones entre los minerales y las superficies del coche. Por eso, emplear una solución de agua y vinagre puede ser efectivo, sobre todo si ha transcurrido poco tiempo desde que se formó la mancha blanca y todavía no se ha arraigado.
No hay más que mezclar a partes iguales los dos ingredientes y aplicar la solución, con la ayuda una esponja o discos desmaquillantes y dejarla actuar sobre las manchas durante unos minutos. Después solo queda limpiar la superficie con limpiaparabrisas.
2. Bicarbonato de sodio
Al igual que el vinagre, el bicarbonato sódico es un producto que contiene ácido. Por lo que puede ser un buen método, e igual de barato que el anterior, para eliminar las molestas marcas de agua dura del parabrisas. La pasta de bicarbonato contiene gránulos abrasivos que pueden desgastar los minerales de la mancha de agua y la acumulación calcárea.
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Para hacer uso de ella mezcla bicarbonato de sodio con agua caliente. Agrega dos cucharadas de este polvo en un vaso de agua y, con una esponja o paño, aplícala sobre las manchas blancas. Deja actuar 15 minutos y enjuaga la superficie.
3. Zumo de limón
El zumo de limón, con sus propiedades ácidas naturales, también puede ayudar a romper los depósitos minerales y dejar las lunas de nuestro vehículo impolutas.
Exprime zumo de limón fresco en un paño y aplícalo directamente. Tras unos minutos, aclara con agua y seca la superficie con un paño limpio y seco.
Otra solución es el método combinado: emplear dos de los tres productos mezclándolos en una pasta y aplicarlas directamente. También se pueden utilizar otros tipos de ácidos, como el fosfórico, el clorhídrico o el sulfúrico, algo más abrasivos y peligrosos, para eliminar las molestas manchas blancas.