Tener el coche limpio y reluciente por fuera es un idilio. La carrocería está a merced de la fauna y de las condiciones meteorológicas, es decir, que puede mancharse de la suciedad exterior de la lluvia, la reina o de los excrementos de los pájaros. Por eso se necesita limpiar con mayor asiduidad. Pero tan importante como el exterior es el interior, una parte del vehículo que se tiende a descuidar.
Un ambientador, aunque puede ser la solución a los malos olores, no va a acabar con la suciedad y el polvo que se acumulan en el salpicadero, en las alfombrillas, en los asientos o en el maletero. Un estudio elaborado por Ipsos y The Boston Consulting Group reveló que los españoles pasamos un total de 9 horas y 35 minutos a la semana en el coche.
Arena y grava en las alfombrillas, migas en el asiento y en el salpicadero o manchas de líquidos en los asientos. El interior del coche acaba convirtiéndose en un receptáculo de tickets, envases, bolsas y prendas. Esto hace que parezca casi inevitable que el estado del interior del coche acabe deteriorándose. No obstante, se puede controlar cuán rápido se deteriora, pero obsesionarse como hacen las personas que estrenan coche.
Pero empleando muy poco tiempo y esfuerzo, puedes dejar el interior de tu coche casi como nuevo. Y sin llevarlo a un lavadero profesional —aunque es recomendable hacerlo de vez en cuando—. Existe un método, casero (y barato) que puede rejuvenecer el interior del coche: la limpieza rápida en ráfagas.
Limpieza en ráfagas
El tiempo que se dedica a limpiar el coche depende de la prisa que tengamos en utilizarlo y las zonas que se quieren cubrir. La limpieza rápida en ráfagas es una alternativa a limpieza convencional que consigue que el coche permanezca fresco y reluciente por más tiempo. Consiste en realizar limpiezas rutinarias de breves periodos de tiempo (de 2 a 10 minutos).
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Esta es una estrategia que se aplica normalmente al hogar. Se aprovechan los tiempos muertos cuando se está esperando a que hierva el agua, por ejemplo, para quitarle el polvo a las lámparas o barrer el suelo de la cocina. En el habitáculo del vehículo, no se puede aprovechar al máximo esta artimaña. Es un trabajo más directo.
Kit de limpieza
Para limpiar el interior del coche se necesita tener listos lo mejores accesorios. Los esenciales son:
Dos o tres toallas de microfibra
Limpia salpicaderos (opcional)
Limpiacristales de coche
Un cepillo
Aspirador de mano
Una cesta
Un temporizador
Un ambientador
Paso 1
Abre el coche y todas las puertas y el maletero. Asegúrate de tenerlas todas abiertas, así se aireará el interior del coche, disipando los olores más persistentes. Y será más fácil acceder a los recovecos del habitáculo. Una vez abiertas las puertas, pon el temporizador en 10 o 12 minutos, dependiendo de lo sucio que esté el coche por dentro.
Paso 2
Empieza por el lado del acompañante y sigue el sentido de las agujas del reloj hasta terminar en el lado del conductor. Retira todos los objetos pequeños (ropa, zapatos, paraguas, sombreros, monedas, paquetes, envases) que se hayan podido quedar en los asientos, en los compartimentos de las puertas o en el suelo y quita las alfombrillas.
Coloca todo lo que no pertenezca al coche en una cesta. Y lo que pertenezca al coche déjalo en otra cesta. Con este paso, te ahorrarás la desgracia de que un objeto pueda ser aspirado accidentalmente después.
Paso 3
Utiliza una toalla de microfibra para eliminar el polvo, los pelos o las migas del salpicadero y la consola. En caso de que haya suciedad incrustada, echa una pequeña cantidad de agua en la toalla e intenta eliminarla. Cuando esté libre de micropartículas, puedes darle una última pasada aplicando producto limpia salpicaderos —no aplicar directamente y siempre en pequeñas cantidades— o humedeciendo la toalla con agua.
Paso 4
Después, es el momento de aspirar. Enciende el aspirador de mano y comienza a aspirar los asientos y el suelo del habitáculo. Asegúrate de pasarlo también por los huecos que hay debajo de los asientos y por el maletero. También pasa el aspirador por las alfombrillas polvorientas y si notas que el polvo se ha terminado incrustando, sacúdelas —lejos del automóvil—.
Paso 5
Una vez hayas reducido el polvo que había en las alfombrillas, coge el cepillo, humedécelo y barre la superficie. Con ese mismo utensilio, limpia los pedales.
Paso 6
Coge otro paño o toalla de microfibra y pásala por los cristales, empezando por la luna. Así eliminarás el polvo que se puede haber acumulado. Haz lo mismo con los cristales de los asientos y la luna interior trasera. Después, utiliza el producto limpia cristales, pulverizándolo sobre el paño y pásalo por el cristal hasta que quede reluciente.
Paso 7
Por último, devuelve los objetos del coche donde estaban y cierra las puertas. Coloca el ambientador que más te convenga y disfruta del olor y de un interior casi nuevo.