La piel de la cebolla es algo que siempre desechamos. Pelamos la cebolla y nos quedamos solo con lo de dentro. De hecho, en la Unión Europea se desechan anualmente 500.000 toneladas de desperdicios de la cebolla cada año, especialmente en países como España, Países Bajos y el Reino Unido.
Sin embargo, los expertos señalan que la piel de la cebolla es muy nutritiva y saludable. Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cranfield (Reino Unido), la piel marrón es rica en fibra alimentaria y en compuestos fenólicos, como la quercetina —que es reconocido por sus numerosas propiedades antienvejecimiento y antiinflamatorias— y otros flavonoides (metabolitos de las plantas con propiedades medicinales).
“El consumo de fibra disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, dolencias gastrointestinales, cáncer de colon, diabetes tipo 2 y obesidad”, señaló a SINC Vanesa Benítez, investigadora del Departamento de Química Agrícola en la Universidad Autónoma de Madrid y una de las participantes en el estudio. Por su parte, añade, los compuestos fenólicos previenen las enfermedades coronarias y “presentan actividades anticancerígenas”.
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Así, para Benítez, una solución sería “emplear los residuos de la cebolla como fuente natural de ingredientes con alto valor funcional, ya que esta hortaliza es rica en compuestos que proporcionan beneficios para la salud humana”, explicó a SINC.
El truco definitivo para las pieles
En el ámbito del hogar, Carleigh Bodrug, la cara detrás de la cuenta de TikTok @plantyou, propone un truco que terminaría con los residuos que generamos con las pieles de la cebolla. El método es muy sencillo y es un gran ejemplo de la creciente moda de la cocina de aprovechamiento.
Tan solo hay que lavar y secar las cáscaras de la cebolla. Después, colocamos todas esas pieles en una bandeja y horneamos hasta que queden bien secos. Una vez deshidratadas, pásalas por un procesador de alimentos hasta que se haga polvo. De esta manera, obtienes una cebolla en polvo, que según la autora del vídeo, da un gran sabor a las recetas.
Otras ideas
Otra idea para aprovechar la cáscara de la cebolla es hacer té, tal y como propone la dermatóloga estadounidense Mamina Turegano en la red social Tik Tok. Para ello, tan solo serán necesarios tres pasos y se pueden usar tanto cáscaras de cebolla amarilla como rojas o blancas.
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Al igual que el anterior truco, el primer paso es lavar bien las pieles. Después, hay que colocarlas en una olla llena de agua a fuego medio-alto. Llevar el agua a ebullición y luego dejarla hervir a fuego lento durante 15 a 30 minutos. Una vez finalizado este proceso, colar la mezcla para que no quede flotando ningún resto de cebolla en nuestra taza.
Hacer sopa es otra de las opciones para aprovechar al máximo la cebolla. Con la misma lógica del té, María Sabat, nutricionista y entrenadora personal, propone utilizar ese líquido infusionado como caldo, al igual que se hace con los restos de otras verduras como las hojas del apio o las pieles de la zanahoria. También se puede incorporar dos o tres dientes de ajo para potenciar aún más el sabor.